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El Obrero de Tomelloso, 150 años de su nacimiento
El año 1909 se inicia en España con el Bloque Liberal –también denominado Alianza Liberal o Bloque de Izquierdas– en plena actividad política, formado entre otros por Melquíades Álvarez y González. Francisco Martínez Ramírez, conocido como “El Obrero de Tomelloso” y secretario del entonces político republicano, participa en diversos mítines por la geografía española.
El 17 de enero se celebra uno en Ciudad Real, con la presencia de Melquíades Álvarez, Rafael Gasset Chinchilla y Marcelo Rivas Mateos. Además, como miembros de la juventud del Ateneo de Madrid, participan Melchor Almagro San Martín y Francisco Martínez. Este último se refiere en su intervención al “problema clerical y del sistema político, desarrollando ambos temas con perfecto conocimiento de ellos y con hermosa elocuencia, que el público premió con sinceras ovaciones”, según se escribe en el periódico El Obrero de Tomelloso (24.1.1909). Es sólo un ejemplo de su actividad política, que continúa al menos hasta el nombramiento como gobernador civil de Huesca en 1932.
Nace “El Obrero” en Tomelloso en 1870, estudia la carrera de Derecho y trabaja durante algún tiempo en el Ayuntamiento de Málaga. Conoce el deficiente estado de educación y civismo en su población, que intenta cambiar, da vida al periódico El Obrero de Tomelloso desde 1903 a 1909, crea el Círculo Instructivo del Obrero, inaugurado el 12 de febrero de 1904, pone en funcionamiento una cooperativa agrícola, introduce el tractor en Tomelloso, trabaja para consolidar la industria vitivinícola en La Mancha, pone en marcha el ferrocarril de Tomelloso a Cinco Casas y es autor de diferentes libros.
Su actividad es notable en diversos campos pero hay que destacar como hecho muy importante la constitución de una empresa para la puesta en funcionamiento del ferrocarril. En Tomelloso, a comienzos del siglo XX, hay mucho vino, mucho alcohol, mucho aguardiente, pero el transporte hay que hacerlo en carretones hasta las estaciones de ferrocarril de Alcázar, Cinco Casas, Manzanares o Socuéllamos. Hasta el 10 de septiembre de 1914, fecha de la llegada del primer ferrocarril a Tomelloso, gracias a las campañas periodísticas y a la actividad empresarial de Francisco Martínez.
Efectivamente, el 27 de septiembre de 1912 se firma la escritura de constitución de la sociedad anónima denominada Ferrocarril de Argamasilla-Tomelloso, por el concesionario, Francisco Martínez Ramírez, y Cayetano Lapoya, director del Banco Hispano Romano, creado poco tiempo antes (El Liberal, 28.9.1912). Dos meses más tarde se inauguran las obras del trazado ferroviario, con la presencia de representantes oficiales y personalidades como el general Aguilera, el senador Arturo Ballesteros y el marqués de Casa-Pacheco (Mundo Gráfico, 4.12.1912). Y el 15 de enero tiene lugar la inauguración del ferrocarril en el tramo Cinco Casas a Argamasilla de Alba, entre el entusiasmo de la población (Mundo Gráfico, 21.1.1914).
Pero la preocupación por La Mancha y sus acciones en favor de Tomelloso no encuentran muchas veces comprensión. Como recuerda el profesor Francisco Alía Miranda, cuando trabaja por conseguir el ferrocarril para Tomelloso un vecino llega a decirle: “El que quiera tren que se vaya aonde aiga”. Sin embargo, la falta de reconocimiento llega sobre todo tras nuestra última guerra civil.
Así lo pone de manifiesto Francisco García Pavón en su necrológica ante la muerte de “El Obrero”, cuando hace afiladas preguntas en el diario Lanza (5.9.1949), a la vez que que sostiene que los que le olvidan serán juzgados por el crimen de lesa patria chica: “¿Es posible que ya no recuerde nadie aquellas campañas pro Tomelloso, en las que Martínez Ramírez se empeñó en El Obrero de Tomelloso, aquel antiguo periódico de principios de siglo que fue el mejor, el más eficiente y el que más larga vida ha logrado en Tomelloso?”. Es destacable la fundada opinión de García Pavón sobre la publicación periódica de Martínez. Y sigue preguntándose: “¿Es posible que no se recuerde que él sólo quemó los más y mejores años de su vida hasta conseguir la construcción de nuestro ferrocarril? (¡Que dirían de este olvido nuestro abuelos, los que tenían que mandar el vino en carretones hasta Cinco Casas o Río Záncara!)”.
García Pavón lo recuerda en 1949 como pequeño, nervioso, ágil, elegante, correcto, con un “cabello absolutamente blanco que le daba cara de norteamericano de película, de business man”. E indica que todos lo conocen con el sobrenombre de “el obrero de Tomelloso”, no sólo por la dirección del periódico con ese nombre, sino porque dedica toda su vida a eso, “a obrar por Tomelloso, a ser obrero de la empresa común de Tomelloso”.
El año se acaba y el Ayuntamiento de Tomelloso parece ignorar que estamos en el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Francisco Martínez y en el setenta y uno de su muerte. Siempre nos quedará París, en este caso Almud, ediciones de Castilla la Mancha, que en los próximos días da a la luz pública una biografía de “El Obrero” realizada por Santiago Arroyo Serrano, profesor de la Universidad Europea Miguel de Cervantes y desde junio de 2020 miembro y tesorero del Consejo de Dirección de la Red Europea de Centros Culturales (ENCC, European Network of Cultural Centres), que denomina a nuestro hombre, con toda justicia, “idealista de la llanura”.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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