viernes, 24 de enero de 2020

Galdós contra el fanatismo (y 3)

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- 24 enero, 2020 – 09:41

El anticlericalismo de la época, que representa bien la obra de Galdós, es propiciado por un clericalismo asfixiante. En el diario católico El Siglo Futuro (23.2.1887), por ejemplo, se vierten afirmaciones como esta: “El liberalismo es infaliblemente pecado”. Esa idea se puede ver también en obras como El liberalismo es pecado. Cuestiones candentes (1884), título de un libro con un buen número de ediciones, muy divulgado por la prensa y traducido a varios idiomas.


Su autor, el clérigo Félix Sardá y Salvany (1841-1916), escribe que el liberalismo, al que llega a calificar de secta, es pecado tanto en el orden doctrinal como en el de los hechos: “¿Qué es el Liberalismo? En el orden de las ideas es un conjunto de ideas falsas; en el orden de los hechos es un conjunto de hechos criminales, consecuencia práctica de aquellas ideas”. Incide y ahonda: “Más claro, en el orden de las doctrinas el Liberalismo es la herejía universal y radical, porque las comprende todas: en el orden de los hechos es la infracción radical y universal, porque todas las autoriza y sanciona”.

Fuente: Madrid Cómico (15.4.1883)
El pater, en el totum revolutum de Naturalismo, mete en el mismo saco a Racionalismo, Socialismo, Revolución o Liberalismo. Todo es lo mismo para él, todos niegan la fe cristiana. Incluso, el Liberalismo católico o Catolicismo liberal. El Liberalismo práctico, dice Sardá, es un mundo completo de máximas, modas, artes, literatura, diplomacia, leyes, maquinaciones y atropellos. Es el “mundo de Luzbel, disfrazado hoy día con aquel nombre, y en radical oposición y lucha con la sociedad de los hijos de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo”.

Fuente: Internet Archive (https//:archive.org)
Esa posición del Vaticano y de la Iglesia española es la que critica el liberal Pérez Galdós en sus escritos. Por ejemplo, en el episodio Cánovas (1912), sexta y última novela de la quinta serie de los Episodios Nacionales, se puede leer lo siguiente: “-Dos ideas son esas, ma cherie, que rabian de verse juntas. ¿Liberal y católico? ¡Pero si el Papa ha dicho que el liberalismo es pecado! Como no sea que el Príncipe Alfonso haya descubierto el secreto para introducir el alma de Pío IX en el cuerpo de Espartero...”.

1939
 El Catecismo y exposición breve de la doctrina cristiana, compuesto por el jesuita Jerónimo Ripalda en 1616, más conocido como Catecismo Ripalda, tiene múltiples ediciones. Pues bien, la condena del liberalismo por parte de la Iglesia tiene la virtud de potenciar al fascismo español y la primera edición del catecismo Nuevo Ripalda en la España nueva se publica en 1937. En 1951 sale la trigésimoquinta edición y durante gran parte del franquismo se siguen presentando los denominados errores modernos condenados por la Iglesia, concretamente catorce.

Extra de la revista dedicado a Galdós (2018)
Son los siguientes, por el orden en que figuran en el catecismo: Materialismo, Darwinismo, Ateísmo, Panteísmo, Deísmo, Racionalismo, Protestantismo, Socialismo, Comunismo, Sindicalismo, Liberalismo, Modernismo, Laicismo y Masonería. En concreto el Liberalismo es descrito así: “Pecado gravísimo contra la fe. Enseña que el Estado es independiente de la Iglesia, aunque el Estado debe sujetarse a la Iglesia como el cuerpo al alma y lo temporal a lo eterno”. Parecidas lindezas pueden leerse en el Catecismo patriótico español (1938) o en el Catecismo de Cristo Rey (1951), base del nacional-catoliscismo franquista. En este último llega a decirse que hay que procurar por todos los medios, incluso la violencia, el triunfo de los derechos de Cristo y de su Iglesia, “hasta poner a sus enemigos a sus pies”.
Pero, además, la relación de Galdós con las mujeres hace que sectores católicos y reaccionarios le consideren libertino y mujeriego por su vida sentimental que, por otra parte, no se conoce bien. La estudia Manuel Herrera Hernández en “Amores, amoríos y rumores en la vida de Galdós” (Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2009) y el lector interesado puede consultar en el enlace. Quizá su relación con la escritora Emilia Pardo Bazán es la más conocida. Pero hay otras como las que mantiene con Lorenza Cobián, con Concha Morell o Teodosia Gandarias.

Cubierta del catálogo de la exposición (2019)
Algunos autores identifican a Carmen Morell con la protagonista de la novela Tristana (1892), que convierte en magnífica película Luis Buñuel Portolés (1900-1983), en la que, además de contar la historia del libro, recrea el Toledo de los años treinta del siglo pasado. Se trata de una muy personal adaptación de la novela de Galdós estrenada en 1970, que Fernando Martínez Gil presenta así: “Podría explicarse Tristana como un triángulo cuyos vértices estuviesen constituidos por su director, Toledo y Pérez Galdós, el autor de la novela en que se basa” (Con él llegó el escándalo. Una historia del cine y de los cines en Toledo (1896-1936), Toledo, Almud, 2017).
Por todo ello no es de extrañar que, como cuenta Almudena Grandes en el extra de la revista Mercurio (Septiembre de 2018) dedicado al escritor canario, durante la primera sesión celebrada en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tras la victoria de Franco, se acuerde solicitar al Registro Civil la eliminación de la inscripción del nacimiento de Benito Pérez Galdós en la página correspondiente al 10 de mayo de 1843. De esa manera, el escritor liberal, laico y republicano, único autor que puede competir con Miguel de Cervantes por el título de gran novelista español de todos los tiempos, como afirma Grandes, entra en el limbo de la inexistencia oficial. Es difícil, escribe la escritora “concebir una venganza peor”.
Finalmente, recordar que para conocer vida y obra de Galdós todavía se puede visitar la magnífica exposición organizada por la Biblioteca Nacional de España titulada Benito Pérez Galdós. La verdad humana (1 de noviembre de 2019 a 16 de febrero de 2020). Comisariada por Germán Gullón Palacio y Marta Sanz Pastor, abarca sus muy diferentes facetas: literatura, música, periodismo, pintura, política o vida sentimental, presentadas como “Las mil caras de Galdós”. Es una panorámica cronológica de su vida con motivo del centenario de la muerte, con más de doscientas obras entre esculturas, grabados, libros impresos, lienzos y manuscritos de las colecciones de la Biblioteca y de otras entidades españolas y colecciones privadas.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 17 de enero de 2020

Galdós contra el fanatismo (2)

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- 17 enero, 2020 – 08:33

Cuando la Real Academia concede el Nobel a Gerhart Johann Robert Hauptmann, Heraldo de Madrid (17.11.1912) se pregunta si ha influido en la decisión “la especie de alegato que en favor de Menéndez Palayo envían a Suecia los reaccionarios españoles”.


Es evidente que la división tiene consecuencias. Las sucesivas peticiones del Nobel en favor de Galdós tienen parecida oposición de la “caverna”. O sea, esos sectores prefieren que España no tenga el premio a que lo consiga un escritor maldito para ellos. Y todo por su permanente denuncia del fanatismo.

Candidatura republicana por Madrid (El País, 16.3.1907)
Hay que constatar –y no justificar– la postura contra Galdós por parte de la reacción. Ramón Pérez de Ayala describe a la perfección la importancia de su obra en la lucha contra el fanatismo: “Raro es el libro de Galdós donde no se insinúan o se desarrollan los términos cardinales en que debe estar planteado el problema religioso, en cuanto problema capitalmente humano. Por eso su obra es la mejor profilaxia contra el fariseísmo, contra la superstición y el fanatismo, contra el ascetismo. Aunque obra de creación, es, en el tuétano, obra de crítica, de contraste de valores y selección de los más serios y vitales, como lo es –como debe ser– la propia vida de los hombres dignos en sociedad” (El Sol, 27.12.1923). Rechazo del fanatismo, si, también de la superstición y de la intransigencia religiosa.
Pero no se trata sólo de la frecuente actitud crítica de Galdós en su obra. Lo que remueve a sectores conservadores, clericales y reaccionarios es su praxis política, sobre todo la toma de partido por el republicanismo primero y en favor de la Conjunción Republicano-Socialista a partir de 1909. Su carrera política, a la que no suele prestarse demasiada atención en las biografías, comienza a principios de los ochenta del siglo XIX. Se recuerda a continuación, con datos oficiales del Congreso (http://www.congreso.es/), la evolución de su presencia parlamentaria .

Candidatura Republicano-Socialista por Madrid (El País, 8-5-1910)
Se afilia al Partido Progresista de Sagasta y desde 1886 a 1890 es diputado por Guayama (Puerto Rico). Todavía funciona la vergüenza del sufragio censitario y en aquella circunscripción sólo figuran 118 electores, de los que votan 112, todos a Galdós. Sólo tienen derecho a voto los que cumplen ciertos requisitos, fundamentalmente tener un nivel económico elevado. Poco a poco el escritor evoluciona del monarquismo al republicanismo, sobre todo tras el estreno teatral en 1901 de su obra Electra, denostada por la prensa católica, con acaloradas críticas desde periódicos como El Correo Católico o El Siglo Futuro. Aunque no abandona el pensamiento liberal, pierde la fe en la burguesía como transformadora de España, corroída por caciquismo, oligarquía e Iglesia católica.
En 1907 encabeza la candidatura republicana por Madrid. Lógicamente, la prensa afín alaba al escritor metido a político. El diario republicano El País (16.3.1907) lo presenta así: “Galdós es un amante decidido –ahí están todos sus libros– de una España redimida por el trabajo y la cultura; de una España libre, alegre, rica, ilustrada, amable; de un Estado europeo emancipado de la tutela afrentosa del Vaticano. He ahí algo de lo mucho que significa D. Benito Pérez Galdós al frente de la candidatura republicana, candidatura franca, valientemente antivaticanista, antijesuitica, anticlerical”. Es preciso recordar que la postura del Vaticano, fielmente reflejada en la Iglesia católica española, es absolutamente contraria a la secularización de la sociedad y que en 1910 establece para todos los religiosos el llamado juramento antimodernista, mantenido hasta 1967.

Por el contrario, la prensa conservadora y católica siembra ataques sin fin. Por ejemplo, el diario tradicionalista El Correo Español (19.4.1907) le dedica estas lindezas: “Galdós, en ésta su tercera salida pancesca  á la vida política, se mueve y se agita como un azogado para lograr un acta de diputado republicano por Madrid”. Y es que el escritor reprueba en sus artículos al tremendo cáncer del caciquismo, al que suma los que considera no menos importantes de clericalismo y ultramontanismo.
Es elegido diputado por Madrid con 16.879 votos, junto a los abogados republicanos Luis Morote y Greus (16.272) y Rafael Fernández Calzada (16.263). Después se suma al Bloque Liberal, que coaliga a liberales, demócratas y republicanos de tendencia moderada, encabezados por Melquíades Álvarez. Hace campaña por diferentes lugares de España hasta que el también denominado Bloque de Izquierdas se deshace.

El dormitorio de Galdós (La Esfera, 17.1.1914)
Pero cuando se convierte en receptor de las iras de los elementos conservadores, clericales y reaccionarios es al figurar como presidente de la Conjunción Repúblicano-Socialista. En mayo de 1910 se ponen a la venta retratos de Galdós y de Pablo Iglesias al precio de diez céntimos y eso es algo que esos sectores no pueden tolerar, ellos, tan españoles y tan monárquicos. Además, encabeza la candidatura de concentración por Madrid, en la que figura también Pablo Iglesias, que obtiene el triunfo y todos los componentes son elegidos diputados. Galdós consigue el mayor número de votos y Pablo Iglesias, a pesar de su tercera posición, el menor, pero se convierte en el primer diputado socialista.
Las siguientes elecciones se celebran el 8 de marzo de 1914 y esta vez el escritor se presenta, ciego y con 71 años, por la circunscripción de Canarias y distrito de Las Palmas, bajo el paraguas del Partido Reformista, que su amigo Melquíades Álvarez pone en marcha en 1912. Con 11.204 votos es el candidato más votado. El 24 de marzo de 1914 es la fecha de alta, el 12 de mayo la de jura y el 16 de marzo de 1916 causa baja en el Congreso.
 En suma, tanto la participación política de Galdós, expresada desde el republicanismo, como su crítica contra fanatismo religioso, egoísmo, superstición o prejuicios sociales, enfurece a la jerarquía eclesiástica, enerva a muchos grupos de la Iglesia y exaspera a los sectores más reaccionarios. Por otra parte, sus ideas y su práctica son aplaudidas por la sociedad liberal y progresista.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
e figura también Pablo Iglesias, que obtiene el triunfo y todos los componentes son elegidos diputados. Galdós consigue el mayor número de votos y Pablo Iglesias, a pesar de su tercera posición, el menor, pero se convierte en el primer diputado socialista.
Las siguientes elecciones se celebran el 8 de marzo de 1914 y esta vez el escritor se presenta, ciego y con 71 años, por la circunscripción de Canarias y distrito de Las Palmas, bajo el paraguas del Partido Reformista, que su amigo Melquíades Álvarez pone en marcha en 1912. Con 11.204 votos es el candidato más votado. El 24 de marzo de 1914 es la fecha de alta, el 12 de mayo la de jura y el 16 de marzo de 1916 causa baja en el Congreso.
 En suma, tanto la participación política de Galdós, expresada desde el republicanismo, como su crítica contra fanatismo religioso, egoísmo, superstición o prejuicios sociales, enfurece a la jerarquía eclesiástica, enerva a muchos grupos de la Iglesia y exaspera a los sectores más reaccionarios. Por otra parte, sus ideas y su práctica son aplaudidas por la sociedad liberal y progresista.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 10 de enero de 2020

Galdós contra el fanatismo (1)

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  - 10 enero, 2020 – 09:05

El pasado 4 de enero se han cumplido cien años de la muerte del gran escritor Benito Pérez Galdós (1843-1920). Casi nadie pone en duda que el autor canario fue desdeñado por el mundo de consignas de la autocracia.
Sobre todo sus novelas contaron con el rechazo de los censores franquistas pues era considerado anticlerical, liberal, republicano e inmerso en el naturalismo, corriente literaria valorada entonces inmoral, soez y contraria a las posiciones del catolicismo español. Además, el contenido de muchas de sus obras se considera contrario a los valores propugnados por los prebostes de la dictadura.
Galdós yacente (La Esfera, 10.1.1920)
Y es que Galdós es capaz de plasmar en su escritura lo sombrío y oscuro de una España retrasada, clerical, caciquil y excluyente, que impera y campa a sus anchas desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo de la actitud de esa España lo tenemos en el reciente debate de investidura de Pedro Sánchez, con una derecha asilvestrada, en palabras de Gabriel Rufián Romero, que miente e insulta con profusión.
Los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP), al mandado de los poderes financieros y en buena medida al servicio de la extrema derecha y de la derecha extrema, informan del mismo y citan bronca en el Congreso, repartiendo culpas de la ignominia entre los diversos grupos políticos, cuando todos hemos visto que la camorra es exclusiva de una derecha montaraz, atrabiliaria, e inverecunda. Con pateo e insultos constantes, con la representante del partido veleta que llama a los diputados socialistas a la traición o con algunos políticos que desde el neofascismo llegan a sugerir, incluso, la intervención del Ejército. 
2019
Galdós, que se identifica con las causas populares, muestra la mezquindad de los poderosos, así como el servilismo de las masas incapaces de levantarse. Desnuda a la Iglesia católica, cuando muestra su cerrazón y perseverancia en controlar y destrozar cerebros, a la vez que somete al pueblo a los dictados de una monarquía absolutista y corrupta.
Según afirma Francisco Cánovas Sánchez en su magnífica biografía, editada el año pasado, el escritor canario muestra admiración por Pablo Iglesias Posse (1850-1925), fundador del PSOE, a quien reconoce gran mérito en la dirección de un partido disciplinado, y describe a unos sectores políticos conservadores siempre en el machito. Esa derecha cainita deja sin premio Nobel de Literatura a Galdós, como recuerda Cánovas en su obra, lo que hasta puede leerse en el cultural de ABC (4.1.2020), al ser “víctima de varias campañas orquestadas por grupos de intelectuales y políticos conservadores que convencieron a la Academia Sueca de que no le concedieran el gran galardón de las letras”.
Es decir, en varias ocasiones sectores conservadores, reaccionarios y clericales, con una escasa cultura democrática, impiden que Galdós gane el Nobel, con campañas de desprestigio hacia su candidatura, a pesar de estar avalada por muchos de los más importantes intelectuales españoles de la época, como Jacinto Benavente Martínez, José Echegaray Eizaguirre, Ramón Pérez de Ayala Fernández del Portal, Jacinto Octavio Picón Bouchet o Santiago Ramón y Cajal. Y por instituciones y organizaciones muy diversas, como la Asociación de la Prensa Diaria de Barcelona, la mayoría de las fuerzas políticas presentes en el Congreso o el Ateneo de Madrid.
Por otra parte, en el mundo de la prensa se desarrolla en esos años una intensa polémica con una guerra entre blanco o negro, sin matices, tan frecuente en España: Galdós, si o Galdós, no. Por ejemplo, Vida Socialista (3.12.1911) toma posición en los términos siguientes: ¿Acaso no suponen nada sus novelas españolas contemporáneas y su magnífica labor teatral? ¿Acaso no conoce nadie ese monumento grandioso, magistral, insuperable que se llama Episodios Nacionales, y que es la historia más notable, más prolija y más verídica de esta paciente y desdichada España? No; ante Galdós no caben comparaciones ni se admiten controversias. Galdós, como Cervantes, como Dante, como Shakespeare, es único y es indiscutible”.
Otra muestra. Mariano de Cavia escribe también sobre el tema en El Imparcial (21.1.1912) y se expresa en los términos siguientes: “Esperé asimismo que ante la altísima significación de Galdós en la cumbre del Arte y  en el seno de la Raza, se acallaran, por una vez siquiera, los rencorcillos de secta y las  disputas de bandería; pero la primera lección de desengaño hubieron de dármela unos apreciables jóvenes, á quienes no puedo envidiar la juventud, qué siempre debería ser  envidiable, porque de bien poco sirve la primavera de la vida cuando ya están el pensar y el sentir de riguroso invierno”. Y es que a Galdós no se le perdona, sigue Cavia, el que se haya convertido en  el “Don Quijote de la Conjunción”, por supuesto de la republicano-socialista, recuerdo. Y llega a afirmar que la “intolerancia y la cuquería no perdonan”.
Andrés Rábago García El Roto (El País, 6.1.2020)
El dramaturgo Jacinto Benavente, premio Nobel en 1922, escribe en varias ocasiones a favor del Nobel para Galdós. Y a fines de febrero de 1912 llama a los que hacen la campaña contraria intransigentes desaforados, malos cristianos y peores españoles (Nuevo Mundo, 29.2.1912). Por culpa suya, afirma, “daremos una vez más ante el extranjero el lamentable espectáculo de nuestras divisiones y de nuestras intolerancias”.
Pero la prensa católica, con El Siglo Futuro a la cabeza y el apoyo vaticano a través de L'Osservatore Romano, se lanza en tromba y de manera persistente contra Galdós. A mediados de febrero se envía un telegrama a la Academia sueca con este texto: “La clásica España de los Reyes Católicos, de Cisneros, Santa Teresa, Cervantes y Calderón, ruega a esa ilustra Academia que para honrar al más insigne de los hombres de letras, adjudique el premio Nobel a D. Marcelino Menéndez Pelayo, verdadera encarnación del alma nacional española” (El Castellano, 17.2.1912). Lo firman, entre otros, representantes de El Siglo Futuro, El Correo Español, El Debate, Centro de Defensa Social de Madrid y Liga Católica de Valencia.
 Ese periódico clerical toledano, El Castellano, inserta en el mismo número un artículo con ataques a la candidatura de Galdós titulado “Por Jesucristo y por España”. Firmado por J. Marín del Campo, se escribe que está sostenida por “jadaizantes, masones, protestantes y demagogos (y tal vez algunos católicos incautos)”. ¿Les suena la canción? Hoy los enemigos de España son comunistas, podemitas, frentepopulistas, bolivarianos, separatistas o golpistas. La reacción siempre entona la misma cantinela: verdaderos españoles, derecha y ultraderecha, ahora neofranquista; traidores y antiespañoles, los demás.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 3 de enero de 2020

El Sembrador

- 3 enero, 2020 – 08:34

Isidro Sánchez Sánchez.- En octubre de 2018 comienza su andadura la escuela de hostelería y restaurante El Sembrador, puesta en marcha por Cáritas en la calle Sancho Panza de Albacete como experiencia novedosa en Castilla-La Mancha.
La primera iniciativa de este tipo fue de la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM), que tiene domicilio en Guadalajara. Aunque en realidad dicha organización está presente en doce comunidades autónomas. Pero la sede en la ciudad alcarreña u otro lugar de la Comunidad Autónoma es obligada para conseguir ayudas de la Junta de Comunidades. Se trata de las denominadas empresas de inserción.
En el registro correspondiente figuran a fecha de hoy sólo seis empresas: Savia Nueva Servicios Generales S.L.U. (ACCEM, Guadalajara), Reciclamoda S.L. (Cáritas de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara), Cortijo Covaroca S.L. (Fundación El Sembrador), Recuperaciones El Sembrador S.L. (Fundación El Sembrador), Viveros El Sembrador S.L. (Fundación El Sembrador y Tecnología de La Mancha S.L.) e Integra Todos S.L. (Asociación entre todos: por la integración sociolaboral en la Sierra del Segura). En el registro, consultado el día último de 2019, todavía no figura la escuela y restaurante de Cáritas Albacete y, como puede observarse, salvo la ubicada en Elche de la Sierra, las demás tienen una relación directa con la Iglesia Católica.
Viveros El Sembrador (Memoria 2017)
Esta última, El Sembrador, trata de formar a personas en riesgo de exclusión social para obtener un certificado de profesionalidad en hostelería. En las aulas, bien dotadas, reconocidos profesionales imparten clases teóricas y en el restaurante aprenden a cocinar, servir mesas o atender una barra. Como entidades financiadoras figuran, en lugar preminente del restaurante, empresa Arcos, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Unión Europea.
Foto ISS (13.11.2019)
Además, aparecen Bankia, Banco Santander y Obra Social La Caixa, firmas financieras con mera labor propagandística en apoyo de actividades contra la exclusión social, pero que realmente tienen un marcado protagonismo en desigualdad, exclusión y dificultades para el uso bancario en territorios y colectivos socialmente vulnerables. En ese sentido se puede ver, por ejemplo el artículo de Beatriz Fernández Olit, de Economistas sin Fronteras, “Servicios bancarios: ¿una barrera para la integración social?” (Revista Contexto, https://ctxt.es, 8.8.2018). Esta frase pertenece al citado artículo: “El impacto que la crisis ha ejercido sobre los colectivos socialmente vulnerables ha sido intenso: un 3% ha perdido su casa por impago de la hipoteca, un 9,5% se ha visto afectado por la morosidad, el 9% ha tenido que cerrar su cuenta bancaria”.
También en lugar preferente, al lado de las financiadoras financieras, expertas en AE (Ayudas del Estado), PEF (Paraísos y elusiones fiscales), PG (Puertas giratorias) y JA (Jubilaciones anticipadas para sus trabajadores, pero defensores de los 67 años o más para otros sectores), figura enmarcada la siguiente frase: “Caritas apuesta por una economía que no genere desigualdad, exclusión y pobreza, poniendo en el centro a las personas y sus derechos”. Desde luego, esa no es la apuesta de los bancos, por lo que cabe pensar en la fábula del lobo al cuidado de las ovejas.
Portada de la Memoria 2016 (Fundación El Sembrador)
Otra frase contigua reza así: “La Fundación el Sembrador impulsa la economía social y solidaria a través de la inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión social”. Y es que tras el restaurante escuela está la Fundación El Sembrador, en cuya página de Internet sólo se pueden consultar las memorias de 2010 a 2017, La Fundación se define como entidad sin ánimo de lucro, constituida en el año 2007 por Cáritas Diocesana de Albacete, Cámara de Comercio e Industria de Albacete (después sustituida por la Confederación de Empresarios de Albacete) y Universidad de Castilla-La Mancha, con el objetivo fundamental de promover la inserción sociolaboral de colectivos en situación o riesgo de exclusión social a través del empleo.
En la Memoria de 2010 se relacionan los colectivos con los que trabajan: Internos de centros penitenciarios cuya situación permita acceder a un empleo, liberados condicionales y exreclusos, víctimas de violencia doméstica y en estado de exclusión social, minorías étnicas en situación de exclusión social, parados de larga duración mayores de 45 años, hombres o mujeres sin hogar, personas con baja empleabilidad y formación que viven en el medio rural, personas sujetas a algún tipo de adicción o drogodependencia o mujeres con dificultades de inserción laboral por falta de formación y/o experiencia laboral previa.
Para tener una idea de los fondos que manejan se puede hacer referencia a la situación de 2017, últimos datos que se conocen a través de Internet. La suma total de recursos económicos invertidos ese año en los distintos proyectos de la Fundación es de 652.383,99 euros, 270.881,41 (41,52 por ciento) procedentes de ayudas y subvenciones públicas recibidas y 381.502,58 (58,48) de recursos privados y propios (Memoria 2017).
Foto ISS (13.11.2019)
Quizá la Iglesia católica ve las orejas al lobo y es consciente de que la opacidad en sus cuentas no es posible por mucho tiempo. Además, el maná del Estado se pone un poquito más difícil, sobre todo por las indicaciones de Europa. No me atrevo a dar una cifra de la cantidad de millones de euros que entre todos pasamos a la institución eclesiástica, pero si puedo recordar las vías: asignación tributaria vía IRPF, aportaciones directas para fines muy diversos o exenciones y beneficios fiscales y administrativos. Sin cuantificar, por falta de transparencia, bienes inmatriculados, donaciones de suelo público o beneficios fiscales al mecenazgo (exenciones por entradas a instalaciones eclesiásticas, herencias o donativos). Además, sus pastores cada vez pastorean menos ovejas. Por eso, tal vez, la Iglesia explora otras vías de financiación para el desarrollo de sus actividades.