viernes, 27 de septiembre de 2019

Cincuenta años de ITA (y 3)

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- 27 septiembre, 2019 – 09:14

El profesor Félix Ureña Pardo es uno de los alumnos que comenzó sus estudios justo con la puesta en marcha de la Escuela y me ha dejado ver interesante documentación, cosa que agradezco públicamente, como la Memoria de actividades de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Ciudad Real desde el inicio del curso académico 1969/70 hasta finalizar el 1972/73 (2014).


Se cuenta en ella que en el aspecto económico los comienzos son “sumamente difíciles”. Desde octubre de 1969 hasta enero de 1970, cuando el Ministerio transfiere la primera cantidad, no se dispone de “un solo céntimo”. Incluso, algún cargo directivo tiene que adelantar dinero para gastos ineludibles.


Fuentes diversas
Una frase del primer director, José Moreno de Acevedo, puede resumir la situación en los inicios del Centro: “Tuvimos que empezar el curso sin autorización legal, lo que me dio la voz de alarma sobre la falta de previsión de todo orden que supuso la creación de la escuela, reconocido después por el propio Ministerio de Educación” (La Tribuna, 25.10.2014). Dirige el centro desde 1969 hasta 1973 y, a pesar de las dificultades importantes, su recuerdo de aquellos años es positivo. Igual que el de Félix Ureña, para quien esos comienzos son ilusionantes.
Tuvieron que llegar necesariamente fondos de instituciones más cercanas. Para que todo pudiera seguir, durante el primer curso la Escuela cuenta con 200.000 pesetas de la Cámara Oficial Sindical Agraria y otras tantas de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia. De las penurias puede dar idea el hecho de que los haberes de los profesores, que empiezan su labor, en octubre de 1969, no se abonan hasta mayo de 1970.

Alumnos de las tres primeras promociones. Fuente: 20.000 km2 (1975).
Como ejemplo del esfuerzo económico de instituciones he visto los presupuesto de la Diputación Provincial de Ciudad Real desde 1968 hasta 1980. Así, en los primeros años de funcionamiento de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola se consignan, para ayudar a su desarrollo, las cantidades siguientes: 1971, 350.000 pesetas; 1972, 1.000.000; 1973, 800.000; 1974, 500.000; 1975, 750.000; 1976, 750.000; 1977, 750.000; 1978, 750.000; y 1979, 750.000.
En cuanto a alumnos se refiere, el primer año, con oficiales y libres, hay 135 matrículas. De ellos sólo nueve finalizan sus estudios en el curso 1971-1972, es decir, constituyen la primera promoción de ITA. Por orden de nota obtenida, son los siguientes: Félix Ureña Pardo, Casimiro Adrade Plaza, Eusebio Romero Arévalo, Manuel García Arévalo, Juan Manuel Atochero Sánchez-Elipe, Buenaventura Caballero Díaz, Vicente Rincón Moreno, Francisco Rodríguez Ruiz y Cipriano Salvador Rubio. La segunda promoción la forman trece alumnos y la tercera sólo diez.
En septiembre de 1971 el nuevo edificio para la Escuela está terminado. Se proyecta la entrada en servicio a comienzos de 1972 pues hay que instalar mobiliario y laboratorios. Pero realmente no es entregado hasta febrero de ese año. Las especialidades de la Ingeniería son entonces las siguientes: Explotaciones Agropecuarias, la única que se imparte en Ciudad Real durante estos años, Industrias Agrícolas, Mecanización Agraria y Construcciones Rurales y Hortofruticultura y Jardinería.



El edificio a comienzos de los setenta. Fuente: Lanza, 25.9.1971
El nuevo edificio cuenta con cuatro plantas, con un total de 8.500 metros cuadrados. Tiene once aulas, diez laboratorios, biblioteca, salón de actos, preparado como capilla, sala de proyecciones, sala de conferencias, otras instalaciones, patios, galerías, pasillos…  La urbanización de los espacios exteriores no llega hasta 1973. En ese año el Ayuntamiento adjudica las obras de urbanización de los “Paseos exteriores de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola, con un tipo de licitación de 850.046 pesetas (Lanza, 14.3.1973). Por otra parte, el decreto 1.377/1972 de 10 de mayo (BOE, 7.6.1972), dispone la integración, al amparo de la Ley General de Educación de 1970, de las escuelas de arquitectura e ingeniería técnica en la Universidad y como consecuencia de ello, queda integrada como Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola en la Universidad Politécnica de Madrid, con efectividad desde el 1º de octubre de 1972. Que se hace por resolución de 28 de septiembre (BOE, 25.10.1972), con la Comisión Gestora de Integración de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de Ciudad Real formada por los miembros siguientes: José María Mateo Box (Catedrático de Universidad), César Gómez Campo (Catedrático de Universidad), José Luis de Miguel Arenal (Catedrático de Universidad), José Moreno de Acevedo Sampedro (Director de la Escuela) y Juan Ignacio Calvo Gabás (Catedrático de la Escuela).

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 20 de septiembre de 2019

Cincuenta años de ITA (2)

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- 20 septiembre, 2019 – 07:41

Antes se producen peticiones, pero en 1964 se intensifica la reclamación de centros universitarios en Ciudad Real y en los primeros meses de 1966 se hace una demanda concreta al Ministerio, creación de un centro de ingenieros agrónomos.



Luis Martínez Gutiérrez, alcalde de Ciudad Real, propone en un pleno extraordinario solicitar a la Dirección General de Enseñanzas Técnicas Superiores la instalación en la capital de una Escuela de Ingenieros Técnicos Agrónomos. Para ello, se acuerda ceder los terrenos necesarios y las edificaciones que albergaron la Escuela de Peritos Agrícolas, en la zona de La Granja. Además, se pide colaboración y apoyo a organismos, entidades ciudadrealeñas y procuradores en Cortes de la provincia (Boletín de Información Municipal, noviembre de 1966).


Acto de inauguración de ITA (Boletín de Información Municipal, Diciembre de 1969)
La propuesta es aprobada por aclamación y se reciben en el Ayuntamiento adhesiones de ayuntamientos de la provincia, Hermandades de Labradores, jefaturas de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, Jefatura Agronómica Provincial, Cooperativas del Campo, Unión Territorial de Cooperativas del Campo, etcétera. La Cámara Sindical Agraria ofrece terrenos para campos de experimentación, la Diputación Provincial acuerda contribuir con ayuda económica y de otro tipo. En Lanza, diario del Movimiento, se muestra apoyo entusiasta mediante escritos diversos. Pero en octubre de 1966 todavía no hay contestación oficial, según pone de manifiesto Dulce Néstor Ramírez Morales, que reitera la demanda de centros de enseñanza técnica y superior (Lanza, 6.10.1966).


Acto de inauguración de ITA (Boletín de Información Municipal, Diciembre de 1969)
La decisión se hace esperar y desde Madrid se lanza un “caramelo” para calmar los ánimos: por orden de 1 de junio de 1967 se crea en Almagro la cátedra especial “Miguel de Cervantes”, perteneciente a la Universidad de Madrid, dedicada al estudio de la obra cervantina. La elección tiene que ver con su situación geográfica, su tradición universitaria, contar con residencias, locales y con un corral de comedias, “singularmente adecuados para el desarrollo de estas lecciones y seminarios” (BOE, 3.7.1967).
Pero la demanda de centros universitarios no cesa. El 30 de septiembre de 1967 Luis Martínez envía un escrito al rector de la Universidad de Madrid pidiendo “filiales de facultades”. Y el 18 de marzo de 1968 el pleno del Ayuntamiento acuerda solicitar al Ministerio de Educación y Ciencia la creación de una facultad dependiente de la Universidad de Madrid.
No obstante, hasta 1968 no se publica el decreto de creación de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola (854/1968, de 4 de abril, BOE, 22.4.1968), como centro de grado medio. Hasta julio del año siguiente no se hace la subasta por parte del Ministerio de Educación y Ciencia para la construcción del edificio de la Escuela, con un presupuesto de contrata cercano a los treinta y tres millones de pesetas y un plazo de ejecución de dos años (Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, 7.7.1969). Y dos meses más tarde se dicta la orden de 15 de septiembre –se publica casi un mes después– que dispone la puesta en marcha, con la enseñanza correspondiente al primer año de carrera en el curso académico 1969-70 y en los sucesivos, los restantes, curso por curso (BOE, 10.10.1969). Como no hay edificio, se anuncia que las clases se imparten en la planta tercera del Instituto Masculino de Enseñanza Media, concretamente en las aulas de preuniversitario y Dibujo (Lanza, 23.10.1969).


Acto de inauguración de ITA intervención del director de la Escuela (Boletín de Información Municipal, Diciembre de 1969)
Por fin, el 4 de noviembre se inaugura el curso con una acto solemne celebrado en el paraninfo del Instituto (Lanza, 5.11.1969). La mesa presidencial la forman las siguientes personas: Antonio Rodríguez Núñez, secretario general del Gobierno, que representa al gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, José María Roger Amat; Juan Hervás Benet, obispo prior de las Ordenes Militares; José Daroca de Val, gobernador militar; Luis Martínez Gutiérrez, alcalde de la capital; Fernando Barreda Treviño, vicepresidente de la Diputación; Federico Collado, delegado del Ministerio de Agricultura; y José Moreno de Acevedo, comisario-director de la Escuela.
En primer lugar hace uso de la palabra el director que, además de mostrar su satisfacción, da la gracias a diversas autoridades y agradece al Instituto su hospitalidad. A continuación, el profesor de la Escuela José María Oñate Cid, doctor ingeniero agrónomo y jefe provincial del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), pronuncia la lección inaugural, referida a los estudios realizados para la captación de aguas subterráneas en la región. Finaliza los parlamentos Antonio Rodríguez que muestra gratitud y reconocimiento “para el Caudillo, Ministerio de Educación y Ciencia, alcalde de Ciudad Real y Corporación Municipal, Diputación y Delegación de Educación por la entusiasta colaboración prestada hasta conseguir, tras diversas incidencias, esta satisfactoria realidad”.


Acto de inauguración de ITA intervención del profesor José María Oñate Cid (Boletín de Información Municipal, Diciembre de 1969)
Por otra parte, el representante del gobernador civil indica que el acto es de complacencia y emoción para todos, ya que la consecución de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola era una aspiración muy sentida que, ya lograda, viene a elevar el rango docente y de formación en Ciudad Real.
Las clases comienzan ese mismo día, por la tarde, con una matrícula de 125 alumnos. En la planta primera del Instituto, donde se encuentran dirección y secretaría de la Escuela, se expone en un tablón de anuncios la siguiente información: horario, cuadro de profesorado, horario de clases teóricas y prácticas, temario de cada una de las asignaturas, horario de visitas para el director y horarios de secretaría (Lanza, 23.10.1969).

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 13 de septiembre de 2019

Cincuenta años de ITA (1)

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- 13 septiembre, 2019 – 09:34
Se cumplen en 2019 cincuenta años de la puesta en marcha de la actualmente denominada Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y ciento trece de la creación de la Granja Agrícola. Creo que es conveniente recordarlo.



Prácticamente, la historia de este centro de enseñanza superior coincide en el tiempo con la historia de la Universidad en la capital de la provincia. Es verdad que en 1969 empieza a funcionar la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola (ITA), pero tiene un breve precedente con la creación en 1918 de la Escuela de Peritos Agrícolas de Ciudad Real, como agregada a la Granja Agrícola entonces existente.


Molino de viento de la Granja Agrícola. Fuente: Vida Manchega (9.5.1912)
Vayamos por partes. En el marco del espíritu regeneracionista de principios del siglo XX, tras la grave crisis del 98, se crea un buen número de centros de enseñanza, entre ellos las llamadas granjas institutos de agricultura. En la constituida oficialmente como Región Agronómica de La Mancha y Extremadura se decide crear dos centros pues la Comisión técnica estima que, además de la enorme superficie, siete millones y medio de hectáreas aproximadamente, o sea, más del doble de las demás regiones, existe una variada producción agrícola predominante en cada una de las subregiones en que se divide. En Extremadura tiene preferencia cultivo de cereal y ganadería y en La Mancha, además del cereal, la viticultura, “que representa una importantísima riqueza, que el Estado debe, al igual de aquéllas, atender y fomentar” (Gaceta de Madrid, 4.4.1905).


Máquina trilladora de la Granja Agrícola. Fuente: El Labriego (15.8.1915)
Por tanto, el decreto de 3 de abril de 1905 establece la creación de dos Granjas Institutos en la región agronómica: una, de carácter agro-pecuario, en término de Badajoz, para esta provincia y Cáceres; y la otra, de Agricultura general y Viticultura, en término de Valdepeñas, para las de Ciudad Real y Albacete. Y se exponen las razones de tal decisión. Primero, se estima que dicho término se encuentra en el punto más céntrico de ambas. Segundo, el Ayuntamiento valdepeñero facilita una finca “de inmejorables condiciones para la instalación de la Granja”.
Aunque, ya se sabe, en España demasiadas veces lo razonable y conveniente es orillado por presiones poderosas. El establecimiento en Valdepeñas tiene que ver con las gestiones de Juan Francisco Gascón y Fernández Rubio, diputado conservador desde el 29.04.1904 al 17.08.1905 por la circunscripción de Ciudad Real y distrito de Almagro. Pero desde diciembre de 1905 Rafael Gasset y Chinchilla, diputado liberal por La Coruña, es ministro de Fomento y cambia la decisión tomada de un plumazo, al atender la exposición del Ayuntamiento de Ciudad Real. Por decreto de 18 de mayo de 1906 (Gaceta de Madrid, 21.5.1906), se establece la Granja Instituto de Agricultura en el término municipal de la capital.


Invernadero y casa de obreros de la Granja Agrícola. Fuente: El Labriego (15.8.1915)
El espacio elegido para ubicar la Granja es el que se corresponde, más o menos, con el ocupado por el actual campus  universitario. Y en los años siguientes, aparte de los edificios que se construyen, se hacen diversas actuaciones. Por ejemplo, construcción de un paseo desde la carretera de circunvalación hacia la Granja Agrícola (1908); relleno de una cantera que existe frente a la Granja, propiedad de Vicente Astilleros, para evitar el peligro (1911); instalación de un molino de viento para la extracción y elevación de aguas de los pozos para utilizarla en el riego (1912)…
Y en agosto de 1918 llega la puesta en funcionamiento de la Escuela de Peritos Agrícolas de Ciudad Real, de la que sólo salen tres promociones pues se cierra en septiembre de 1923, y se hace en el marco de la Granja Agrícola. Cuenta Francisco Pérez Fernández (Lanza, 13.8.1966), que conoce y entrevista a algunos alumnos, que el primer ingeniero-director es Ricardo Albendín Orejón, auxiliado por el también ingeniero Víctor Risueño y los ayudantes Andrés Oliva y Dimas Díaz-Salazar, que constituyen el equipo de profesores.


Edificio donde estuvo la Escuela de Peritos Agrícolas. Fuente: Boletín de Información Municipal (Noviembre de 1966)
El funcionamiento se hace entre múltiples problemas, tanto económicos como docentes. Gracias a Vida Manchega (5.7.1919), conocemos un escrito de los alumnos en el que se solicita “visita inspeccional de acción fiscalizadora” para depurar hechos y responsabilidades relacionados con la enseñanza. Se indica que el ingeniero director, profesor en las asignaturas de Mecánica Agrícola, Botánica y Zoología y Física y Química, no cumple con su deber por las “repetidas ausencias” y por la desacertada didáctica con la que imparte las asignaturas.


Profesores y alumnos de la Escuela de Peritos. Fuente: Boletín de Información Municipal (Noviembre de 1966)
Los tiempos cambian y a mediados de los sesenta del siglo pasado se construye en los terrenos de la Granja el nuevo edificio para el Instituto de Enseñanza Media. Después, a comienzos de los setenta, los que albergan la Escuela de Magisterio y la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola. Al denominado Polígono Educacional de la Granja llegan también colegios, instalaciones deportivas y, ya en los noventa, los edificios del campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Ciudad Real.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 6 de septiembre de 2019

Una ciudad realmente sucia

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- 6 septiembre, 2019 – 09:53

Los ciudadanos lo dicen frecuentemente: Ciudad Real está muy sucia. Es una verdad incuestionable. En los años de la alcaldesa Rosa Romero la ciudad estaba igual de sucia que ahora, salvo para el equipo de gobierno municipal, para el que vivíamos en el mejor de los mundos posibles.


Aunque sólo los incondicionales veían una ciudad limpia, de las mejores de España, como le gustaba decir a la señora Romero. Hoy el PP denuncia constantemente la suciedad en Ciudad Real, mientras las alcaldesas, la de diez y la de tres, callan sobre el tema. Pero ya se sabe, el que calla otorga.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) presentó en el pasado mes de abril el estudio 2019 de limpieza en las ciudades españolas. Y, en general, la conclusión no es positiva pues los datos de la encuesta realizada a los vecinos de sesenta ciudades revelan que la situación en cuanto a limpieza urbana se refiere ha empeorado en los últimos cuatro años en España.

 
 Fuente: OCU


Oviedo (con una puntuación de 79 sobre 100) es, una vez más, la ciudad con mejor valoración de la limpieza por parte de sus ciudadanos. Siguen en la clasificación de ciudades más limpias las nueve siguientes: Bilbao (77), Vigo (76), Logroño (74), Pamplona (73), Getxo (71), San Sebastián (71), Gijón (68), Burgos (67) y Segovia (66). De la Región no hay ninguna ciudad en el agrupación de mejor puntuadas. Entre las que se encuentran en el grupo medio están Albacete (60) y Toledo 60).  Y en el bloque de las más sucias figuran, además de Ciudad Real (44), Guadalajara (40) y Cuenca (36).
Así, Ciudad Real está situada en el grupo de las que reciben peor valoración, como no podía ser de otra forma dada la muy deficiente limpieza viaria. En el estudio, Ciudad Real suspende con una clara evolución negativa en los últimos años. En el estudio de 2015 obtuvo una puntuación de 47 puntos sobre 100 (50 aprobado y 55 media nacional) y en el de 2019 baja la valoración hasta 44 (con media nacional de 53) y se ubica, como ya he dicho, en los últimos puestos, en cuanto a limpieza se refiere, concretamente el lugar 45 de 60 ciudades analizadas. O sea, el actual equipo de gobierno mantiene a Ciudad Real entre las dieciséis ciudades más sucias de España.


Fuente: OCU
Por una parte se analizan los medios destinados a la limpieza, según declaran los propios ayuntamientos y por otra la opinión de un buen número de encuestados sobre la limpieza en sus ciudades. El primer indicador, gasto medio por habitante, varía entre los 32 euros al año de Gijón o Valladolid y los 106 de Barcelona. No obstante, hay que considerar también la cuestión de las privatizaciones, esas que se hacen para beneficiar a los “amigos”. Así, el gasto medio por vecino se eleva en el país a 68 euros cuando la gestión la hacen empresas privadas, frente a los 48 que dedican los ayuntamientos que gestionan de forma directa. En Ciudad Real la cantidad es de 54 euros por habitante, igual que Logroño, por ejemplo, aunque la capital de La Rioja ocupa el cuarto lugar entre las ciudades más limpias.
En cuanto a la satisfacción de los vecinos en la encuesta se valoran los siguientes temas: limpieza en calles y aceras, estado de parques y jardines, excrementos (tan frecuentes en nuestra ciudad), pintadas y carteles (abundantes en Ciudad Real), entorno de los contenedores, contaminación y limpieza en los barrios de la periferia.
En casi todas las magnitudes Ciudad Real está peor que la media española. El indicador 44 en limpieza de calles y aceras de nuestra ciudad contrasta con 78 de Bilbao o 77 de Oviedo. Estado de parques y jardines tiene el 53, por encima de la media pero lejos de de Bilbao (81) o de Oviedo (79). En excrementos sólo 29, 48 en pintadas, 44 para indicar la falta de limpieza en torno a los contenedores, 46 en limpiezas de los barrios y, la mejor puntuación, 67 en contaminación, el valor más alto de las sesenta ciudades tras Oviedo y Lugo (71).
Pese a la generalmente buena labor de los trabajadores de limpieza –que a veces tienen que limpiar zonas que no les corresponden–, tenemos una ciudad sucia, con papeles, bolsas, cáscaras de pipas, cera de las procesiones, excrementos, restos de gomas de mascar pegadas a las aceras y otras basuras por doquier. Pero también hay que indicar que la educación de las personas es un elemento muy importante, que podría incrementarse mediante más campañas publicitarias de fomento de la limpieza, aunque, ya se sabe, lo suyo son las campañas de autobombo pagadas con dinero de todos. No abundan acciones como el proyecto ¡Nosotros Proponemos! Ciudadanía, sostenibilidad e innovación en la educación, desarrollado en el IES Torreón del Alcázar durante el curso 2018-2019, que deberían hacerse con más frecuencia para conseguir un debate ciudadano.


Proyecto ¡Nosotros Proponemos! IES Torreón del Alcázar (5.4.2019)
Al contemplar los datos se comprueba que las ciudades más limpias no son en muchos casos las que más gastan, ni las más sucias las que menos invierten, siempre que no se busque el beneficio de los “amigos” con las privatizaciones, por lo que el tema económico no es un factor decisivo. Es verdad que las condiciones climáticas influyen, mas tampoco son determinantes. Si lo son, sin embargo, la educación cívica y la buena gestión de los recursos, imprescindibles para mantener una limpieza adecuada y un elevado índice de satisfacción.            
El silencio de las alcaldesas, la de diez y la de tres, se ha roto hace unos días. Comienza  el plan de limpieza intensiva, una especie de acción de choque. Aparte de la foto de cara a la galería de la concejala de Sosteniblidad y Agenda 2030 del Ayuntamiento de Ciudad Real, la medida está bien. Pero hay que ver los resultados y cuánto tiempo se mantiene. Y es que las ciudades no se limpian con propaganda, hacen falta medios materiales y humanos, además de la conciencia cívica de sus habitantes.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia