viernes, 30 de octubre de 2015

Apuntes de historia: Auge y colapso de la Educación (y 2)

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- 30 octubre, 2015 – 00:50

En 1940 se editó en San Sebastián el libro Una Poderosa fuerza secreta. La Institución Libre de Enseñanza, repleto de resentimientos, mentiras, medias verdades y críticas malsanas hacia esa Institución, la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas o sus diversos centros y laboratorios. Las colaboraciones que contiene se habían editado en forma de artículos en El Noticiero, de Zaragoza, en julio de 1937. Se pueden leer lindezas como esta: “A la revolución roja, el socialismo le ha dado las masas y la Institución Libre de Enseñanza le ha dado los jefes”.


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Pues bien, José Talayero Lite, maestro e inspector de Enseñanza Primaria, trataba la parte dedicada a la enseñanza primaria. Sus ideas se pueden resumir con unas frases. Los “antiespañoles”, además de la prensa, utilizaron la primera enseñanza para “infectar a la masa”. La masonería controlaba el Ministerio de Instrucción Pública y se creó la Escuela Superior de Magisterio para la formación de profesores de Escuela Normal. Fueron, para Talayero, “fabricantes” de maestros e inspectores eternos vigilantes de la política, no de las aulas, y describía el “pecado” de esta manera: “El ambiente intelectual de la escuela era marcadamente kantiano y krausista. El espíritu pedagógico era el aleteo viviente de Rousseau. La entraña de las ciencias experimentales, a pesar de su objetividad, era profundamente cartesiana. La asignatura de Religión, cuando la hubo, sin vida, sin calor, como un producto pétreo puesto de espantajo. La Historia seguía el concepto evolucionista que tantos errores lleva consigo. Serio, no había nada”. Impresionante, pero así era el pensamiento impuesto a machamartillo. Ya se sabe, lo “serio” llegó con el franquismo y Talayero lo expresaba con una mezcla de falangismo y catolicismo.

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Pero lo que se produjo tras la guerra civil, en el marco de un conflicto bélico en el mundo que permitió a la “Nueva España” cometer las mayores atrocidades sin casi condenas internacionales, fue el fracaso del proceso modernizador de España, iniciado con el movimiento regeneracionista a principios del siglo XX e intensificado con la Segunda República. Esa evolución positiva, truncada por el golpismo militar en julio de 1936, dio paso al integrismo, al conservadurismo, al clericalismo, con ropajes fascistas en los primeros momentos y nacional-catolicos después. El control de la educación y la cultura fue prioritario para el nuevo Régimen, que se mantuvo durante casi cuarenta años gracias a la violencia institucionalizada. De cultura de la violencia habla el historiador Manuel Ortiz en su obra La violencia política en la Dictadura franquista 1939-1977. La insoportable banalidad del mal (Albacete, 2013), con mayor o menor intensidad según las diversas etapas y con diferente estrategia en cada momento.
Dionisio Ridruejo, falangista de primera hora que después rechazó esa ideología, destacó las principales características de forma contundente: “la investigación y la enseñanza se convierten en empresas oficiales de un Estado dogmático que con frecuencia las delega a una Iglesia de cruzada” (“La vida intelectual española en el primer decenio de la postguerra”, Triunfo, 17-6-1972). Todo ello adobado con la actividad de una censura “de inspiración predominantemente eclesiástica”, según quien había sido jefe de propaganda. Eso para las personas que quedaban pero, se preguntaba Ridruejo, ¿cuántas quedaban? Muertos, depurados, inhabilitados o “voluntariamente inhibidos” estaban fuera. Es decir, la represión se ensañó con los docentes y la cultura. Un gran número, confirmado por diversas investigaciones, de universitarios, profesores de instituto, maestros, investigadores, artistas, escritores, poetas, divulgadores, traductores, etcétera.
En fin, los aires modernizadores que la sociedad española conoció durante la Segunda República fueron sustituidos por una escuela patriótica y una educación religioso-moral, un bombardeo de ideas y preceptos retrógrados, según Miret Magdalena, bañados de obligación religiosa estricta que lo inundó todo y que todavía tenía incidencia social en la Transición (“La educación nacional-católica en nuestra posguerra”, Tiempo de Historia, 1-3-1976). Esa educación se desarrollaba en una escuela unitaria, con unos maestros, sobre todo en el ámbito rural, normalmente inmersos en un ambiente lleno de pobreza, desamparo y soledad.
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Una escuela que generalmente era rectangular, con paredes desconchadas y mapas, carteles o trabajos escolares esparcidos. La hemos visto en fotografías, recreaciones cinematrográficas o descrita en un buen número de libros, pero la evocación de Jesús Asensi Díaz puede servir para recordar la imagen de aquellas aulas del nacional-catolicismo (“Memoria de un maestro. Memoria de la escuela”, Tendencias Pedagógicas, 2009). En el frontal aparecía el crucifijo, flanqueado por los retratos del dictador Franco y del falangista José Antonio. Bajo ellos la mesa y el sillón del maestro, normalmente sobre una tarima o estrado, desde donde se oteaba el espacio docente. Un desvencijado armario de madera guardaba el escaso material que había en la escuela y “el gran encerado –la pizarra le decíamos todos– siempre estaba escrito con tiza blanca y de colores, señalando la fecha, los temas del día, los ejercicios, las muestras caligráficas, los resúmenes y las consignas religiosas y patrióticas”.
Una educación que se desarrolló en la estela del nazismo alemán y el fascismo italiano y en la que demasiadas veces se manifestaba una notable aversión hacia los libros, sobre todo a los considerados antiespañoles, comunistas, pornográficos y un largo etcétera en el que cabía casi todo. Sólo como ejemplo es posible recordar un verdadero “auto de fe” que tuvo lugar en Madrid, en los jardines de la Universidad Central, el domingo 30 de abril de 1939, como acción purificadora, se decía. Falange Española, con la preparación del SEU, encabezó una quema de libros procedentes del Ateneo Libertario. El secretario de la organización estudiantil decía que esas acciones eran necesarias en la España Nueva, “dispuesta a inspirarse en nuestras gloriosas tradiciones, tan olvidadas en los pasados años”. El jefe provincial del Sindicato aconsejaba, por otra parte, alejarse de “libros perniciosos, cuya lectura ha envenenado tantas conciencias juveniles, arrastrándolas al materialismo marxista, al vicio  y a la incultura” (ABC, 3-5-1939).
La visión de la prensa del exilio sobre el vandálico acto fue muy diferente. En el periódico España Democrática (Montevideo, 12-5-1939), por ejemplo, se escribía lo siguiente: “Pero la incredulidad se convirtió en realidad actuante. Los nuevos bárbaros erigidos en dueños de los derechos inalienables de los Hombres han reeditado a aquellas orgías grotescas de las hogueras infernales, creyendo que en las llamas que se extinguen, extinguen también las más altas concepciones de la mente humana. Rousseau, Lamartine, Freud, Marx, Gorki, Voltaire, Remarque, Arana y Goiri, Moya, Canalejas, Bécquer, etc., junto a la colección del Heraldo de Madrid que ha tenido el honor de representar a la prensa liberal española en la hoguera fascista por haber sido siempre un representante de la cultura y de la tolerancia en España, han caído juntos en la hoguera satánica de los que desgobiernan a esta España de hoy, más grande y más sublime que nunca por el sufrimiento estoico de sus hijos”.
En fin, el auge de la educación y la cultura, en un proceso que se inició a comienzos del siglo XX, llegó con la Segunda República. Y el colapso se produjo en los  años cuarenta, de la mano del fascismo y el nacional-catolicismo. De aquel trauma, siento expresarlo así pues me duele, todavía no nos hemos recuperado del todo.

Isidro Sánchez

Apuntes de historia

    viernes, 23 de octubre de 2015

    Apuntes de historia: Auge y colapso de la Educación (1)

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    - 23 octubre, 2015 – 13:40

    En 2016 se cumplirán ochenta años del comienzo del levantamiento militar, que concluyó con la victoria en España del fascismo y el fin de la Segunda República. Asistiremos a múltiples conmemoraciones, pero ahora es oportuno recordar lo que llegó a España con aquel triunfo en el terreno de la educación, recordar un trozo de nuestra historia.
    Es cierto que durante la República, denominada frecuentemente “de los maestros”, se juntó un pueblo que deseaba aprender y unos docentes que querían enseñar. Pero esa conjunción se vio favorecida gracias a la importante financiación aportada, a los propios enseñantes motivados y a los principios constitucionales, inspirados en ideas de la Institución Libre de Enseñanza y en la acción de un movimiento obrero clásico, que consideraba a la educación como elemento importante para la transformación social.
    El artículo 48 de la Constitución de 1931 declaraba el servicio de la cultura como atribución esencial del Estado, que lo prestaría mediante instituciones educativas enlazadas por el sistema de la escuela unificada. En ella, la enseñanza primaria se contemplaba como gratuita, obligatoria, laica e inspirada en ideales de solidaridad humana. Además, se reconocía a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, a enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.
    Aquello era, además de otras transformaciones que figuraban en el texto constitucional para intentar resolver problemas de siglos, mucho más de lo que sectores terratenientes, conservadores, clericales y católicos podían aguantar. Se puede ver como ejemplo de esa resistencia el libro de Paul Preston, El holocausto español. Odio y exterminio en la Guerra Civil y después (Barcelona, 2011).Y desde el primer momento de su existencia empezaron las conspiraciones y las acciones de desgaste contra la Segunda República, que fue ahogada, como la Primera, por las armas de militares golpistas, que no repararon en medios para acabar con lo que consideraban inadmisible.
    Franco habló frecuentemente de delincuentes al referirse a los presos republicanos y llegaba a afirmar que su cifra impresionaba y su gravedad movía a meditación. Se pueden recordar sus palabras en una entrevista publicada en 1 de enero de 1939, en la que afirmaba que le interesaba “guardar la vida y redimir el espíritu de todos los españoles”, sobre todo de aquellos capaces de amar a la Patria, de trabajar y luchar por ella. Luego estaban los delincuentes, de dos tipos para él: los criminales empedernidos, sin posible redención, y los capaces de sincero arrepentimiento. Y decía tajantemente que los primeros no debían “retornar a la sociedad”, tenían que expiar sus culpas fuera de ella y sus seguidores ya sabían perfectamente lo que eso significaba. Para los segundos anunciaba, arropándose en un sentido cristiano, no “mazmorras lóbregas, sino lugares de tarea”, para redimirse, por supuesto (Manuel Aznar, “S. E. el Generalísimo habla a los españoles desde EL DIARIO VASCO. Entrevista con el jefe del Estado”, en El Diario Vasco, San Sebastián, 1-1-1939).

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    El dictador se refería a los exiliados como “emigrados” y con división similar a la de los presos, establecía dos grupos. El primero estaba formado por los “jefes”, muchos de ellos docentes, responsables de la “catástrofe revolucionaria de España”, y el de los “autores de delitos de sangre, de robos, saqueos, asaltos, violaciones, etc., etc”, que tenían que renunciar necesariamente a vivir en sociedad con el resto de los españoles, igual que los “criminales empedernidos”. En cuando al segundo grupo, afirmaba, era el de los que fueron instrumento de aquellos, el de los engañados y envilecidos.
    Decía Mauricio Rodríguez-Gastaminza que su abuelo fue fusilado por las tropas franquistas al llegar a Álava el 9 de agosto de 1936. Era maestro en Gordoa y la denuncia del cura de Salvatierra por rojo le llevó, sin juicio, a la muerte. No había cometido ningún delito, pero era igual, se trataba de un “peligroso” maestro (El Diarionorte.es, 29-9-2013). Bernardo Atxaga recogió los hechos en su libro El hijo del acordeonista, lo que hizo que la historia fuera conocida y no olvidada, como tantas otras en España. Y Mauricio llegaba a afirmar en la entrevista que “la Iglesia católica tenía más miedo de los maestros dedicados a sacar al pueblo de la ignorancia que de los milicianos que defendían con las armas la legalidad democrática. Para ellos eran mucho más peligrosos, por eso los curas del pueblo los señalaban y los fascistas los ejecutaban”.
    Es sólo un ejemplo de la terrible represión que se ensañó con los maestros. El objetivo era claro. Se trataba de eliminar drásticamente, como afirmaba Sara Ramos Zamora en la Revista Complutense de Educación (2006), a los elementos que identificaban la escuela y los docentes con principios renovadores, tanto desde el punto de vista ideológico como pedagógico, para instaurar después una escuela basada en el nacional-catolicismo y unos maestros capaces de someterse en cuerpo y alma al nuevo Régimen.
    Los efectos de la represión y la depuración sobre el Magisterio español durante el primer franquismo fueron trágicos y duraderos. La depuración afectó a todo el Magisterio, es verdad, aunque se eliminaron sus componentes más valiosos. La acción represiva se centró en el sector más dinámico, innovador, progresista y comprometido y su lugar fue ocupado en la escuela por miles de arribistas, excombatientes, excautivos, falangistas, mutilados de guerra, sacerdotes o familiares de “caídos por España”, personas, generalmente, de clara adhesión al Régimen dictatorial y muchas veces sin competencia profesional.

    Isidro Sánchez

    viernes, 16 de octubre de 2015

    El capitalismo

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    - 16 octubre, 2015 – 09:22  

    Hace unas semanas, al comentar mi artículo sobre los conflictos bélicos, un lector afirmaba que yo culpaba a Occidente de las guerras en marcha. No, no es así. Al leer con detenimiento se puede observar que yo recrimino al capitalismo, ese capitalismo que, según Gregorio Morán, mata más que el tabaco (“Tiempo de patrañas”, La Vanguardia, 8-3-2014). La afirmación del escritor y periodista parece evidente, pues la lógica de la acumulación capitalista mantiene su dominio sobre la vida.


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    Y es que hoy las grandes empresas petroleras, el complejo entramado militar-industrial y la catedral financiera de Wall Street, como ya mostró Michael Moore en su estupenda película documental Fahrenheit 9/11, funcionan de forma combinada para conseguir un mismo objetivo: la expansión y acumulación de ganancias a escala mundial. Así, según un informe de OFXAM de 20 de enero de 2014, la riqueza mundial está dividida en dos: “casi la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra mitad se reparte entre el 99% restante”.
    La estafa Volkswagen, uno de los principales iconos del capitalismo europeo e importante apoyo del nazismo en su momento, muestra a las claras que lo primordial es la obtención de beneficios, aunque sea con la mentira para conseguir subvenciones y propagar una falsa imagen ecológica. La empresa ha admitido que unos once millones de sus vehículos emiten gases en todo el mundo por encima de lo permitido. Pero no pasará nada, no habrá responsables, no habrá sanciones, como en otras ocasiones. El presidente del Consejo de Administración, el Sr. Martin Winterkorn, ha dimitido, eso sí, con una pensión privada de 66 millones de euros.
    La Academia de la lengua española presenta dos acepciones de capitalismo: “Régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza” y “Conjunto de capitales o capitalistas, considerado como entidad económica”. En los ámbitos académicos suele aceptarse que es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, el mercado y la competencia entre agentes, con el objetivo de maximizar su capital en el menor tiempo posible. Y lo que es muy importante, aunque no suele decirse, teniendo al Estado cada vez más como herramienta al servicio de la reproducción del capital y no como una institución para toda la sociedad.
    Pero la realidad amplía las definiciones pues, a pesar de lo que repiten sus cantores y sus grandes medios de propaganda, el capitalismo representa una sociedad injusta y depredadora, ha fracasado socialmente, está borrando del mapa la idea de democracia y, de forma clara, se ha manifestado inviable desde el punto de vista ecológico. Más contundente y gráfico es el periodista y analista Manuel Freytas –al que no es posible leer, ver o escuchar en los grandes medios de comunicación españoles– cuando escribe que “el capitalismo no es nada más que una empresa de ladrones comunes, que niveló a escala planetaria un ‘sistema’ (económico, político y social) para legalizar y legitimar con leyes e instituciones un robo masivo y planetario de trabajo social y de recursos naturales, disfrazado de ‘economía mundial’”.
    No obstante, el capitalismo con sus medios de persuasión e información intenta vender una visión del mismo que no se corresponde con la realidad. Por ejemplo, en España uno de los principales paladines del sistema capitalista es el diario El País, cuyos mentores están bastante enfadados con el Papa pues esperaban una condena del castrismo en su reciente visita a Cuba y ha dicho “inconvenientes” que no les han gustado nada a los endeudados mandamases del grupo Prisa.
    El Papa ha llegado a manifestarse en la Isla a favor de los verdaderos creadores de riqueza, los trabajadores manuales, la clase media, los pequeños y medianos empresarios, es decir, la gran mayoría. Y en contra del capitalismo, una minoría en torno al uno por ciento, los usureros de la modernidad, los principales culpables o cómplices, directa o indirectamente de la existencia del narcotráfico, la trata de personas, el racismo, el tráfico de armas, el cambio climático o la explotación infantil, por recordar algunas de sus “bondades”.


    Pirámide-capotalismo-(2)


    A la vista de algunos comentarios a mis colaboraciones en micr.es de las últimas semanas ya se que lloverán las líneas situando este artículo dentro de los esquemas del comunismo. Y no necesariamente es así. Aquello de que “quien está contra el capitalismo, está con el comunismo” es una tontería y una discusión estéril, como ha escrito el autor y activista político Christian Felber, teórico y partidario de la “Economía del Bien Común”. Una Economía para todos y no para provecho principal de unos pocos, como ocurre ahora. En algún momento trataré brevemente esa cuestión.
    Por último, si se compara la Pirámide del Sistema Capitalista, publicada en la revista anarquista Industrial Worker (EE UU, 1911), con la versión actualizada del artista gráfico italiano Pippo Lionni pueden entenderse muchas cosas. Dejo a la perspicacia de los lectores la lectura de los dibujos y las conclusiones.

    Isidro Sánchez Sánchez

    Desde el revés de la inopia

      viernes, 9 de octubre de 2015

      Elecciones en Portugal: Podemos y el Bloco

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      - 9 octubre, 2015 – 09:00     

      El anticomunismo del diario El País no es nuevo, pero en la portada del día 3 de octubre de 2015 rizan el rizo al tratar las elecciones en Portugal. Muestran el anticomunismo habitual pero, además, el desconocimiento de la realidad portuguesa. El título de la noticia es el siguiente: “Por qué no hay un Podemos en Portugal”. Y el sorprendente y sesgado antetítulo “La ortodoxia comunista cierra el paso a nuevas fuerzas de izquierda en las elecciones”.


      isidroSanchez

      Manda carallo, por no utilizar la expresión del popular Federico Trillo cuando era presidente del Congreso. El Partido Comunista Portugués (PCP) es para el “periódico global” culpable de la no emergencia de nuevas fuerzas de izquierda como Podemos o como Syriza. Y, seguramente, de la muerte de Manolete, de la crisis mundial o de la existencia de paraísos fiscales, tan frecuentados por los amigos capitalistas del diario. Bueno es que existan comunistas para culparles de todo lo que parezca conveniente.
      Pero es que, además, en este caso es una nueva mentira del diario de la endeuda PRISA. No es posible que el PCP corte el paso a nuevas fuerzas de izquierda como Podemos pues ya existe una equivalente a la formación de Pablo Iglesias o de Alexis Tsipras y se llama Bloco de Esquerda. Está presente en las instituciones portuguesas desde hace tiempo y ha cosechado un magnífico resultado electoral en las elecciones del pasado domingo. Podría decirse que es un antecedente de las citadas fuerzas políticas.

      Bloco-de-Esquerda

      Si los periodistas de El País hubieran querido podrían haber comprobado en su propia hemeroteca que en noviembre de 2014, cuando se celebró la convención del Bloco de Esquerda, hubo representantes, entre otros, del Syriza griego y del Sinn Fein irlandés. Pero la estrella fue, precisamente, Pablo Iglesias, líder de Podemos. Asimismo, tanto el Bloco, como Podemos o Syriza pertenecen al Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL) del Parlamento Europeo.
      Por cierto, la falta de rigor en el resultado de las elecciones del día 4 de octubre es muy grande en El País y en la mayoría de los medios de comunicación españoles controlados por la banca, la derecha conservadora y la ultraderecha. Victoria de la derecha conservadora, escriben y dicen sin parar cosas como “Portugal respalda al Gobierno que aplicó la política de austeridad” (El País, 5-10-2015). Ahí querían llegar en portada los paladines en España del capitalismo estadounidense, ese era el titular preciso para apoyar el austericidio.
      Si se analizan con detenimiento los resultados, con 226 mandatos atribuidos y a falta de cuatro por asignar, y no se hace caso a los titulares de la mayor parte de los grandes medios españoles de persuasión podemos ver una realidad muy distinta a la que nos cuentan. Animo a los lectores a que visiten la pagina de Internet del Ministerio de Administración Interna (http://www.legislativas2015.mai.gov.pt/index.html#none). Resulta que la derecha política portuguesa, PPD/PSD.CDS-PP, esta vez se presentaba unida y ha obtenido 99 escaños y casi dos millones de votos. En las elecciones de 2011 el PPD/PSD consiguió 105 y CDS-PP un total de 24. Entre ambos cerca de dos millones ochocientos mil sufragios. O sea, la derecha ha perdido treinta escaños y ochocientos mil votos.

      Podemos

      El Partido Socialista por su parte, con una mejora insuficiente, ha pasado de 73 a 85 escaños y el Partido Comunista junto a Los Verdes, de 16 a 17, con porcentajes de voto del 24 o 21 en distritos como Beja o Évora. Pero el gran avance ha sido para la fuerza política similar a Podemos, esa que no existe para El País. En 2011 logró ocho asientos en el Parlamento y en 2015 ha conseguido diecinueve. En síntesis, la derecha ha sido la ganadora de las elecciones generales, pero se ha quedado lejos de renovar la mayoría absoluta. El Partido Socialista sube, pero poco, y se fortalecen los grupos antiausteridad, con casi el veinte por ciento de los votos. Una sorpresa ha sido la entrada en el Parlamento de un diputado por Lisboa de PAN (Pessoas-Animais-Natureza), que reclama entre otras cuestiones la auditoría de la deuda portuguesa.
      Y todo ello con una abstención del 43 por ciento, realmente la ganadora de las elecciones, junto a un dos por ciento de votos blancos y un 1,6 de sufragios nulos.  Pero, ya se sabe, el pueblo portugués respalda el austericidio según nuestra prensa al servicio de la banca y de los medios financieros. Por cierto, la derecha portuguesa es más abierta, más eficaz, más demócrata y menos corrupta que la neofranquista española. Una derecha presidia por Passos Coelho que no dudó en dejar caer al imperio Espírito Santo. A diferencia de la española, que ha dado generosamente a la banca millones y millones de todos los españoles.

      Isidro Sánchez Sánchez

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      viernes, 2 de octubre de 2015

      A Pedro Peinado, en el recuerdo

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      - 2 octubre, 2015 – 09:44

      A pesar de la política de tierra quemada practicada por el Gobierno de Mariano Rajoy Brey en el tema de la Memoria Histórica muchas actividades, afortunadamente, siguen su curso. Como no podía ser de otra forma, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, presidida por María Dolores de Cospedal García, siguió ese camino cercenador en dicho ámbito, que llegó, incluso, a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).


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      Pero el edificio que Pedro Peinado Gil levantó, ayudado por muchas personas, sigue en pie tras su muerte en diciembre pasado. Y una muestra es la celebración durante los días 2 y 3 de octubre de 2015 de las XVI Jornadas El maquis en Santa Cruz de Moya. Crónica Rural de la Guerrilla Española. Memoria Histórica Viva, que servirán, como siempre, para el debate, para el conocimiento de paginas de nuestra historia, que otros se empeñan en ocultar o tergiversar, y para rendir un merecido homenaje al activista y político de la sonrisa permanente.
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      Pedro y yo nos veíamos casi siempre en Santa Cruz de Moya, durante las Jornadas. Pero la última vez que estuvimos juntos fue en Ciudad Real. En mi casa, al calor de la mesa camilla, conversamos durante varias horas. De la Memoria Histórica, de la Universidad, de los proyectos de La Gavilla Verde (LGV) y del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (CECLM), del Centro de Documentación de La Gavilla, de la situación política, de nuestras vidas… Y es que en el marco del convenio entre la asociación cultural LGV y la UCLM la colaboración del CECLM, que dirigí hasta mi jubilación, fue intensa y fructífera.
      Las Jornadas tuvieron su primera edición en el año 2000, cuando en España se dieron los primeros pasos para la recuperación de la Memoria republicana, la memoria de unos hombre y mujeres que en el tiempo que siguió a la muerte del dictador no se reivindicó, por la acción de la ultraderecha y la derecha conservadora, además de la omisión de buena parte de la izquierda. Y en los últimos tres lustros han pasado por Santa Cruz de Moya abogados, actores, archiveros, cineastas importantes, documentalistas, escritores destacados, familiares de desaparecidos, fiscales, fotógrafos, guardias civiles, guerrilleros, historiadores, jueces, médicos, músicos, memorialistas, periodistas, políticos de distinta ideología, profesores universitarios, representantes de muy diversos asociacionismos, etcétera. En fin, hombres y mujeres dispuestos para el debate y comprometidos con la Memoria.

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      En septiembre de 2002, cuando el milagro laico ya se había producido, se firmó el primer convenio de colaboración entre LGV y la UCLM. Santa Cruz de Moya, el pequeño pueblo de la Serranía conquense, y sus Jornadas eran todo un referente en España. Pedro y sus compañeros lo habían conseguido. La profesora de la UCLM María del Carmen Utanda Higueras, parafraseando a Luis Cernuda, lo expresaba entonces así: “Santa Cruz de Moya es el lugar donde habita la memoria”.
      La colaboración entre LGV, UCLM y CECLM continuó, con la firma de sucesivos convenios en 2007, 2009 y 2011 para apoyar la celebración de actividades científicas, culturales y académicas, además de promover la publicación de monografías y documentos. Sin embargo, el 17 de marzo de 2012 acabó y el paraguas académico desapareció. Nuevas prioridades y viejas intolerancias.
      Pero hoy lo importante es el homenaje a Pedro, al que no me puedo sumar en persona. Me adhiero con todas mis fuerzas desde la distancia y recuerdo, como escribía Remedios Palomo en El País el día 25 de diciembre de 2014 en representación de LGV,  que “la pérdida de Pedro Peinado supone un golpe muy duro, no sólo para La Gavilla Verde, sino también para todo el movimiento español de recuperación de la Memoria Histórica, así como para las actividades de dinamización rural”.

      Isidro Sánchez Sánchez

      Desde el revés de la inopia