viernes, 31 de julio de 2015

Tiempo de silencio (1)

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- 31 julio, 2015 – 15:30    5 Comentarios
isidroSanchez

Con la aprobación por el Partido neofranquista de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, más conocida como “Ley mordaza”, se nos quiere trasladar por parte de los extremistas del PP al tiempo de silencio, tan añorado por algunos de ellos. Aquellos años de escasez, miedo, feroz represión y cruel dictadura. Aquel tiempo de silencio que criticó de manera magistral, mediante la utilización de la ironía, Luis Martín-Santos.
Dice el profesor Malefakis (Universidad de Columbia, Nueva York), experto en el estudio de los fascismos europeos, que por cada asesinato político de Mussolini, Franco cometió 10.000. Aquí, los neofranquistas, esconden o enmascaran lo que quieren, pero en el exterior no pueden. Aquí, con el control de los tribunales, ganan casi todo pero fuera de España pierden la mayoría de los contenciosos. Por ejemplo, quitaron de en medio a Baltasar Garzón, que intentó esclarecer los crímenes del franquismo, pero Naciones Unidas sentenciaba hace poco tiempo que “España ni investiga, ni deja investigar violaciones de derechos humanos cometidas durante el franquismo”.

2015-07-31. Luis Martín-Santos

Martín-Santos, en realidad Luis Martín Ribera, pues su padre formó el compuesto con sus dos apellidos para que perdurasen en el tiempo, nació en Larache (Marruecos), en 1924. A los pocos años la familia llegó a San Sebastián, donde fue trasladado Leandro Martín-Santos, médico militar. Tras el levantamiento contra la legalidad republicana y una vez caída la ciudad en manos franquistas, el médico africanista congenió con el primer fascismo y dirigió la depuración del cuerpo médico donostierra. El carácter autoritario del padre, junto a otras razones, podrían explicar la militancia socialista de Luis Martín-Santos, que dio con sus huesos en la cárcel.
Estudió medicina en Salamanca y allí inició sus aficiones literarias. Después se trasladó a Madrid para hacer el Doctorado y especializarse en cirugía. Pero cambió de especialidad, a la psiquiatría, y trabajó junto al doctor López Ibor. Además, pudo desarrollar sus inclinaciones literarias, con frecuentes participaciones en tertulias, como la del Café Gijón.
El abril de 1951 ganó por oposición –“una parodia pensada para otorgarle el cargo al hijo del Dr. Leandro”, escribe Gregorio Morán en su obra El cura y los mandarines (2014)–, la plaza de director del Psiquiátrico Provincial de Guipúzcoa. Pero antes pasó unos meses por Ciudad Real, como veremos después, y murió, en enero de 1964, a consecuencia de un accidente de circulación. Tras su muerte, por recordar cómo era aquella época de incienso y represión, hubo una polémica sobre si se había confesado o no, y si podría o no ser enterrado en tierra sagrada, como se dice en una de sus biografías.
En 1962 se publicó su libro Tiempo de silencio, novela que provocó más sorpresa que admiración en los comienzos de los años sesenta y que significó una renovación literaria muy importante, gracias a las nuevas técnicas narrativas utilizadas. Ambientada en el Madrid de 1949, Martín-Santos no siguió la línea de las novelas del realismo social, como La Colmena (Cela) o El Jarama (Sánchez Ferlosio), pero compartió con ellas una crítica a la penosa situación de la España de posguerra.
En el complejo libro aparecen signos de rebeldía y críticas a la resignación, con la utilización, por ejemplo, de la leyenda de San Lorenzo: “sanlorenzo era un macho, no gritaba, no gritaba, estaba en silencio mientras lo tostaban torquemadas paganos, estaba en silencio y sólo dijo –la historia sólo recuerda que dijo– dame la vuelta que por este lado ya estoy tostado… y el verdugo le dio la vuelta por una simple cuestión de simetría”.

Isidro Sánchez Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 24 de julio de 2015

Hay dinero para lo que se quiere

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- 24 julio, 2015 – 09:00 
 
isidroSanchez

El bipartidismo se ha apuntado otro tanto, según dicen sus voceros. PSOE y PP han votado juntos la conversión de la base de Morón de la Frontera (Sevilla) en sede permanente de las fuerzas estadounidenses de intervención en África. Diego López Garrido, portavoz socialista en el Congreso, declaraba que su grupo lo hacía “por coherencia y porque es bueno para la seguridad de España”. Entre otras cuestiones, se incrementarán los marines en una cifra importante. Hay que recordar que para ejercer su control en el mundo EE UU cuenta con una amplia red de bases desplegada por todo el planeta, con más de tres millones de militares.
Con esta decisión, el bipartidismo sólo habla de beneficios, pero la realidad es que la base queda convertida en objetivo del terrorismo internacional, con el peligro consiguiente. O de Rusia, en caso de conflicto, es decir, las bases estadounidenses en nuestro país podrían ser también destino de los cohetes atómicos rusos. Los “señores de la guerra” habían buscado otras opciones, como Argelia, Marruecos, Mauritania, o Senegal, pero finalmente, ante las facilidades del gobierno, han elegido Morón como base de AFRICOM.
Y es que el bipartidismo es muy nacionalista español, excepto cuando EE UU se mete por medio. Entonces se les hace el caletre agua y pasa lo que pasa, a rendir pleitesía. Por supuesto, PSOE y PP pueden votar lo que quieran en el Congreso, pero yo puedo criticar una decisión que significa la entrega de un territorio a una potencia extranjera que, además, contradice los propósitos del referéndum de 1986 convocado por Felipe González. Si vencía el si, como ocurrió, España no se incorporaría a la estructura militar integrada –entró–, se prohibiría instalar o introducir armas nucleares en su territorio –a saber lo qué instalan o introducen– y se produciría una disminución progresiva de la presencia militar extranjera –a la vista está–.
En la cuestión de la Defensa y otros “temas de Estado” –como el famoso artículo 135 de la Constitución–, los componentes del bipartidismo andan a la par, se ponen de acuerdo sin problemas. Un titular de eldiario.es, de 16 de julio de 2015, es claro al respecto: “PP y PSOE han gastado 10.864 millones para Defensa al margen de los presupuestos desde 2008”, es decir, los gastos del Departamento se han inflado en torno a un veinte por ciento mediante aprobaciones extrapresupuestarias. Recortes sociales a raudales, pero hay dinero para lo que se quiere.
Cuando se elaboraron los presupuestos se incluyó la partida de Defensa con el cuento de que se reducían los gastos militares (“los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos”, “el llanto del hombre lo taponan con cuentos”, decía el gran León Felipe). El último incremento, de 856 millones de euros, con vía libre gracias a la mayoría absoluta del PP, se ha aprobado en el Congreso hace pocos días, en plena canícula, y se gastarán en armas y equipos para el Ejército.
Una vez más se muestra que hay dinero para lo que se quiere. Es verdad que la oposición al completo ha rechazado la maniobra. Pero Mariano Rajoy Brey no hace nada diferente en este terreno a lo que antes hizo José Luis Rodríguez Zapatero. De momento, los señores de la guerra y los “negociantes”; los patrocinadores de la injusticia, el odio y la barbarie; los opresores y los que desprecian al ser humano, son capaces de presionar más que los desposeídos.
Por cierto, los recortes los inició el PSOE tras aquella famosa frase de Zapatero: “bajar los impuestos es ser de izquierdas”. Hubo una rebaja fiscal que en 2007, año de inicio de la crisis, creó un gran agujero en los ingresos del Estado. Para compensar el bajón llegó la congelación de las pensiones, preferida por el presidente y sus asesores. Sin embargo, no se decidió revertir la bajada del impuesto de patrimonio o el de sucesiones, con lo que se habría conseguido más ingresos que con el recorte de pensiones. Hay dinero para lo que quiere y en ese caso Zapatero eligió lo que creyó más conveniente, aunque bien caro le costó a su partido.
En fin, ya se sabe. Hay dinero para lo que se quiere, aunque sea a costa de recortes para la mayoría social y con intereses de la deuda sagrados, tras la reforma del célebre artículo 135. Y cuando se habla de pobreza, de paro, de familias sin ingresos, de personas en la calle por la voracidad de los de siempre, de no llegar a fin de mes, de pensiones congeladas, del ser humano, en suma, entramos en el campo de la demagogia, según muchos políticos del régimen del 78 y sus propagandistas mediáticos. Pero la realidad es que hay dinero para lo que se quiere, incluso durante la crisis que se está alargando y que muestra un sistema capitalista agotado.

Isidro Sánchez Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 17 de julio de 2015

Cursos de formación

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- 17 julio, 2015 – 09:00
 
isidroSanchez 

Es sabido que algunos de los cursos de formación subvencionados por distintas instituciones tienen múltiples irregularidades o estafas, que en ocasiones se convierten en delitos contra la Hacienda Pública, prevaricaciones, malversaciones, fraudes de subvenciones o delitos continuados de falsedad documental. Los escándalos en este sentido están siendo frecuentes en Andalucía o Madrid, donde tanto responsables empresariales como de la Administración son detenidos con cierta frecuencia.
Las ayudas públicas para la formación de los trabajadores se han convertido así en una fórmula poco eficaz, que no cumple adecuadamente sus objetivos de formación, en la que se emplea un verdadero río de millones, utilizados a veces de manera inverecunda, por el engaño, el amiguismo, el clientelismo y, en fin, la corrupción.
La “picaresca” es muy variada, como puede observarse en la prensa: cursos anunciados que no se realizan, descontroles administrativos, justificación de más horas de profesorado de las realizadas, un precio mayor de la hora de profesor en la justificación que en la realidad, cantidad abonada al profesor menor que la acordada, conocimiento de la llegada de los inspectores con la consiguiente preparación de todo,  traslados de informes con anomalías por parte de inspectores que no tienen consecuencias, subcontrataciones de cursos, actuaciones administrativas para dar apariencia de legalidad a métodos irregulares…
Y es que los cursos de formación para el empleo, gestionados por el ministerio correspondiente, comunidades autónomas, muy diversos agentes sociales y empresas están de forma reiterada en las páginas de los periódicos por su importancia social, pero también por los escándalos que se han desarrollado con relativa frecuencia. Mueven más de 2.000 millones de euros al año y es un sistema que tiene poco más de cuatro lustros de vida, cuya imagen se ha deteriorado por los frecuentes fraudes.
Ante los escándalos producidos, en marzo de 2015 se aprobó en el Congreso una reforma del sistema con el que se buscaba, según sus promotores, acabar con el fraude y mejorar la eficacia de los cursos y en la que las únicas beneficiadas han sido las empresas. Uno es escéptico, visto lo visto, pero hay que esperar para ver el desarrollo de la cuestión.
Pero no todo debería acabar con la reforma del sistema. En un país caracterizado por el descontrol, la picaresca y una corrupción sistémica, las instituciones tendrían que controlar mucho más el sistema de formación, haciendo investigaciones de las actividades desarrolladas. Y no sólo por vía judicial, cuando media denuncia de algún tipo, sino mediante la elaboración de auditorías y controles en Andalucía y en Madrid, pero también en otras zonas de España.
En este sentido, es posible pensar que en Castilla-La Mancha también se habrían podido producir irregularidades, aunque no se han denunciado hasta ahora. Y al amparo de la tercera medida del acuerdo entre PSCM-PSOE y Podemos CLM para el apoyo de los diputados de Podemos a la investidura, como Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, de Emiliano García Page, se podría indagar en las fórmulas empleadas en los cursos de formación y en la realización del gasto. Parte del texto de dicha media es el siguiente: “Plantear una Auditoría para aclarar las cuentas públicas y crear un nuevo órgano de fiscalización externo (Cámara de Cuentas) que reemplace al que el Partido Popular ha suprimido. Se publicarán los informes internos y externos de evaluación de los servicios y políticas públicas”. Si se investiga, quizá nos llevaremos alguna sorpresa. Y hasta aquí puedo escribir.

Isidro Sánchez Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 10 de julio de 2015

Universidad, de los PNN a los “contratos basura”

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- 10 julio, 2015 – 01:25
 
isidroSanchez

Hace casi tres años me jubilé y la docencia que impartía fue asignada a dos compañeros. Una de las razones de mi pronta jubilación –los profesores funcionarios en la universidad pueden aguardar hasta los setenta años para jubilarse– fue la de dar paso a la juventud. Pero la política de recortes del PP no lo permitió. Ahora, tras tres décadas de dedicación, sólo mantengo una leve relación con el mundo universitario gracias a mi condición de profesor colaborador honorífico. 
En cuarenta años he conocido la evolución de la universidad, como alumno en el Colegio Universitario de Toledo y luego en la Universidad Complutense de Madrid –época de los PNN (Profesores no Numerarios)–, hasta mi actividad como profesor, primero en el Colegio Universitario de Ciudad Real y después en la Universidad de Castilla-La Mancha.
En ese tiempo ha tenido un cambio significativo en variados aspectos. Con la Democracia que sustituyó a la Dictadura, con las carencias que se quieran, se instauró una política que puede llamarse universitaria y poco a poco se desarrolló un sistema aceptable, ligado a la autonomía, la ciencia y la consideración de servicio público. En el caso de Castilla-La Mancha la autonomía política permitió la creación de la Universidad. Puesta en marcha en 1985, posibilitó la restauración de una tradición universitaria suprimida en el siglo XIX, al cerrarse las de Almagro, Sigüenza y Toledo.
En general, con problemas diferentes, las universidades en España y, desde luego, la de Castilla-La Mancha, han tenido buenos resultados, aunque es preciso revisar su funcionamiento pues se han cometido errores. Pero hoy no están a la altura de lo que la sociedad necesita y es preciso establecer un debate nacional para conocer el tipo de universidad que queremos.
Mientras tanto, se toman medidas que conducen al modelo anhelado por las elites económicas, las que mandan, y por las fuerzas conservadoras o ultraconservadoras. Con la excusa de la crisis económica –otra vez el “esto no es una crisis es una estafa”, del 15M– se han reducido de forma más o menos drástica todas las partidas, como en el caso de la Universidad de Castilla-La Mancha, y se está produciendo una reestructuración importante de las universidades. Se adoptan decisiones, a la vez que se pasa por alto la autonomía, que llevan a una selección de estudios y del profesorado con criterios de mercantilización y de centralización, a una clara burocratización y a una postergación de la docencia. Es cierto que la investigación es muy importante en la universidad pero sin la docencia no tiene sentido.
Y docencia e investigación sólo serán adecuadas a un sociedad desarrollada si los profesores disfrutan de buena consideración social, están bien remunerados y tienen perspectivas de promoción. Sin embargo, en los últimos años se ha paralizado prácticamente la vía funcionarial, a pesar del gran número de profesores acreditados –en la UCLM no llegan a la decena los nuevos profesores funcionarios en los últimos cuatro años– y no existe una vía de contratación laboral eficiente.
Por el contrario, se ha creado un numeroso colectivo de profesorado precario, inestable, con “contratos basura” y muy mal pagado –en torno a los 400 euros al mes–, que cubre la docencia de los jubilados y otras necesidades muy variadas. En algunos casos no llegan a cobrar el mes de agosto. O sea, se vuelve de alguna manera a la época de los PNN, a una mano de obra barata, poco valorada y que se puede quitar de en medio cuando sea preciso. A ello hay que unir la tremenda subida de las tasas, que impide estudiar a un número indeterminado de alumnos y la pérdida de un buen número de brillantes alumnos que al conseguir sus títulos y terminar sus becas no pueden seguir su vida universitaria y tienen que marchar al extranjero.
Así está la situación. Altísimos niveles de paro juvenil y una política universitaria que lleva a una especie de suicidio colectivo en la docencia y la investigación. Con esa realidad, ¿Qué futuro tiene nuestro país?

Isidro Sánchez Sánchez

Desde el revés de la inopia

viernes, 3 de julio de 2015

Otra cara de la “Ley Mordaza”

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- 3 julio, 2015 – 01:19 
 
Desde el 1 de julio de 2015 la edad mínima del consentimiento sexual en España ha pasado de los 13 años a los 16. Esto significa que si un adulto tiene relaciones sexuales con un chico o chica que aún no haya cumplido los 16 años, aunque sean consentidas, podrá ser condenado por “abusos”, con penas que pueden alcanzar hasta los doce años de cárcel. En principio se intenta reforzar la protección a menores.

isidroSanchez


Se hace con bandazo. De estar en el rango más bajo de los países de nuestro entorno pasamos al más alto. Alemania e Italia, por ejemplo, a los 14, Francia y Suecia a los 15 o El Vaticano y Reino Unido de Gran Bretaña a los 16. La ONU y la UE habían recomendado subir la edad y así lo consensuaron todos los grupos políticos en su momento, aunque no acordaron el rango. Gran parte de la oposición quería establecer la edad en los 15 años.
En este sentido, la revista Diario Médico publica en junio de 2015 un interesante artículo del abogado Fernando Abellán titulado “Relaciones sexuales y menores maduros”, que se centra en sus preocupaciones sobre el complejo tema del menor maduro. Y es que la norma tiene una excepción, las relaciones entre iguales, es decir, las relaciones sexuales consentidas con un menor de 16 años, no será delito “cuando el autor sea una persona próxima a la víctima por edad y grado de desarrollo o madurez”.
El tema del menor maduro ha sido bien acogido en general por las legislaciones civil y sanitaria, aunque en la práctica clínica se va asentando lentamente. Otras dificultades son la dispersión de las normas sobre el tema y las diferentes interpretaciones, aunque la Ley de Autonomía del Paciente, de 2002, se ocupa de la cuestión. Recuerda Abellán que, con carácter general, el médico puede considerar a un paciente de menos de 16 años como menor maduro cuando tenga capacidad intelectual y emocional suficiente para entender el alcance de la intervención, y sólo procede informar a los padres en caso de actuación de grave riesgo.
Pero con la nueva situación, según advierte Abellán, ya no habrá menor maduro por debajo de 16 años en lo referente a las relaciones sexuales y no podrán decidir por sí mismos en la cuestión de métodos anticonceptivos. Surge el problema, según parece desprenderse de la reforma del Código Penal, que si se exige la presencia en la consulta de los padres “las chicas de 14 ó 15 años que mantienen con frecuencia relaciones sexuales podrán retraerse de ir al médico y quedar sin atención anticonceptiva, con el grave riesgo de tener embarazos no deseados y, en definitiva, de ver perjudicada su salud sexual”.
Por eso, Abellán y otros profesionales hablan de fijar protocolos de actuación para afrontar las situaciones más controvertidas, con criterios que permitan una mayor seguridad a los profesionales que realizan su labor en relación con la anticoncepción.
En fin, en España la edad media de inicio de relaciones sexuales ha bajado en la última década, relaciones que suelen iniciarse entre los 14 y 16 años en un porcentaje elevado. Veremos si con la nueva norma no se criminalizará o judicializará lo que actualmente es una realidad social.

Isidro Sánchez Sánchez

Desde el revés de la inopia