Inicio » Desde el revés de la inopia
miciudadreal - 29 enero, 2016 – 10:00
Existe en muchos grandes medios de comunicación, especialmente en la
televisión de los obispos, esa que cuesta el doble en millones de lo
que la Iglesia dedica a Cáritas, un terrorismo mediático contra la
posibilidad de un gobierno de izquierdas en España.
Sesenta y nueve diputados nuevos del todo han soliviantado a los sectores mandamases de siempre, esos que llevan disponiendo mucho tiempo y que ven peligrar un poquito sus intereses. Si a ellos sumamos los cuarenta de ciudadanos, casi nuevos, los noventa socialistas y los dos de Unidad Popular, cada uno amparado por casi medio millón de votos, más que quince diputados del PP juntos, comprenderemos el miedo y el terrorismo verbal de sectores conservadores, ultraconservadores y poderes económicos.
Tienen cierto desasosiego ante el riesgo de que ocupen los cargos gubernamentales y el Banco Azul del Congreso personas que de momento no “controlan”. Cuando murió el dictador en 1975 supieron articular una alternativa a la dictadura trufada de representantes de los poderes económicos y de falangistas, reconvertidos a la democracia. Lo expresó de manera magistral Ernest Lluch Martín, político del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ministro de Sanidad y Consumo entre 1982 y 1986, asesinado por ETA en el año 2000, cuando ya estaba retirado de la vida política.
Efectivamente, era el 18 de septiembre de 1980 y en el Congreso de los Diputados tenía lugar una sesión con declaración del Gobierno sobre política general, debate y votación de la cuestión de confianza presentada por el Gabinete de Adolfo Suárez. En representación del Grupo Parlamentario Socialistas de Cataluña –entonces se podía– intervino Ernest Lluch y en el fin de su discurso espetó al gobierno lo siguiente: “Por otra parte, y para acabar, yo siempre había tenido una cierta curiosidad, y es por qué al Gobierno se le llama el «banco azul». Evidentemente, uno cree que esto está claro; ahora está muy claro: porque unos vienen del «banco» y otros vienen del «azul»” (Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Sesión 111, 18-9-1980).
Tras el fiasco de UCD, una vez que determinados poderes quisieron desembarazarse de Suárez, le tocó el turno al PSOE, que se mantuvo en el Banco Azul durante casi tres lustros y acabó asediado por la corrupción. Dirigió el barco Felipe González, que en los últimos tiempos se ha convertido en un arma arrojadiza contra un posible gobierno Podemos-PSOE, pero que sólo representa los últimos estertores de un viejo rico y coincidente ahora con Aznar, otro enfadado con casi todo el mundo. Y es que el amigo de Carlos Andrés Pérez, responsable del caracazo o el sacudón, y de Carlos Slim, uno de los más ricos del mundo, estuvo en el Banco Azul muchos años y mostró su adoración por el capitalismo. El escritor chileno Luis Sepúlveda recordaba aquellos años así: “El PSOE hablaba claro y contundente; España era un país en donde sólo los imbéciles no podían ser ricos, o vivir convencidos de que eran ricos” (“Fábula del gato de Felipe González”, Le Monde Diplomatique, 2012).
En política puede pasar de todo y todo es posible de cara a la formación del nuevo gobierno, según mostró el caso catalán hace algunas semanas. Pero creo que los poderosos han decidido probar suerte en una segunda vuelta electoral es decir, en una repetición de las elecciones, en las que echarán el resto. Los españoles, a pesar de la nefasta gestión del PP y de la intensa corrupción en las filas populares, no han castigado con contundencia a Rajoy y su grey, aunque han dejado una situación política endiablada. Por eso, según creo, los herederos de lo azul y los poderes económicos van a intentar con muchos medios cambiar la correlación de fuerzas a su favor.
El conocimiento de una nueva oleada de corrupción –“Yo te quiero, Alfonso, coño”– pone más difícil el apoyo de AR a MR, mientras que PI y PS recelan y se hacen jugadas mutuamente. La insensatez y el terrorismo mediático, azuzados por los añorantes FG y JMA no se detienen y casi todos atacan a 3,1416 y sus seguidores. CV, incluso, se permite insultar a algunos de ellos en el Congreso al llamarles guarros y una vergonzosa decisión trata de alejarles lo máximo posible del Banco Azul. El último cartucho de los poderes reales quizá sea el sacrificio de MR –“Luis, sé fuerte”–, que puede dar un paso atrás o al lado, como Mas. Decía Plinio, el personaje inventado por nuestro García Pavón, “Difícil se presenta el reinado de Witiza”, para significar que una cosa era complicada. En eso estamos.
Isidro Sánchez
Apuntes de historia
Sesenta y nueve diputados nuevos del todo han soliviantado a los sectores mandamases de siempre, esos que llevan disponiendo mucho tiempo y que ven peligrar un poquito sus intereses. Si a ellos sumamos los cuarenta de ciudadanos, casi nuevos, los noventa socialistas y los dos de Unidad Popular, cada uno amparado por casi medio millón de votos, más que quince diputados del PP juntos, comprenderemos el miedo y el terrorismo verbal de sectores conservadores, ultraconservadores y poderes económicos.
Tienen cierto desasosiego ante el riesgo de que ocupen los cargos gubernamentales y el Banco Azul del Congreso personas que de momento no “controlan”. Cuando murió el dictador en 1975 supieron articular una alternativa a la dictadura trufada de representantes de los poderes económicos y de falangistas, reconvertidos a la democracia. Lo expresó de manera magistral Ernest Lluch Martín, político del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), ministro de Sanidad y Consumo entre 1982 y 1986, asesinado por ETA en el año 2000, cuando ya estaba retirado de la vida política.
Efectivamente, era el 18 de septiembre de 1980 y en el Congreso de los Diputados tenía lugar una sesión con declaración del Gobierno sobre política general, debate y votación de la cuestión de confianza presentada por el Gabinete de Adolfo Suárez. En representación del Grupo Parlamentario Socialistas de Cataluña –entonces se podía– intervino Ernest Lluch y en el fin de su discurso espetó al gobierno lo siguiente: “Por otra parte, y para acabar, yo siempre había tenido una cierta curiosidad, y es por qué al Gobierno se le llama el «banco azul». Evidentemente, uno cree que esto está claro; ahora está muy claro: porque unos vienen del «banco» y otros vienen del «azul»” (Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Sesión 111, 18-9-1980).
Tras el fiasco de UCD, una vez que determinados poderes quisieron desembarazarse de Suárez, le tocó el turno al PSOE, que se mantuvo en el Banco Azul durante casi tres lustros y acabó asediado por la corrupción. Dirigió el barco Felipe González, que en los últimos tiempos se ha convertido en un arma arrojadiza contra un posible gobierno Podemos-PSOE, pero que sólo representa los últimos estertores de un viejo rico y coincidente ahora con Aznar, otro enfadado con casi todo el mundo. Y es que el amigo de Carlos Andrés Pérez, responsable del caracazo o el sacudón, y de Carlos Slim, uno de los más ricos del mundo, estuvo en el Banco Azul muchos años y mostró su adoración por el capitalismo. El escritor chileno Luis Sepúlveda recordaba aquellos años así: “El PSOE hablaba claro y contundente; España era un país en donde sólo los imbéciles no podían ser ricos, o vivir convencidos de que eran ricos” (“Fábula del gato de Felipe González”, Le Monde Diplomatique, 2012).
En política puede pasar de todo y todo es posible de cara a la formación del nuevo gobierno, según mostró el caso catalán hace algunas semanas. Pero creo que los poderosos han decidido probar suerte en una segunda vuelta electoral es decir, en una repetición de las elecciones, en las que echarán el resto. Los españoles, a pesar de la nefasta gestión del PP y de la intensa corrupción en las filas populares, no han castigado con contundencia a Rajoy y su grey, aunque han dejado una situación política endiablada. Por eso, según creo, los herederos de lo azul y los poderes económicos van a intentar con muchos medios cambiar la correlación de fuerzas a su favor.
El conocimiento de una nueva oleada de corrupción –“Yo te quiero, Alfonso, coño”– pone más difícil el apoyo de AR a MR, mientras que PI y PS recelan y se hacen jugadas mutuamente. La insensatez y el terrorismo mediático, azuzados por los añorantes FG y JMA no se detienen y casi todos atacan a 3,1416 y sus seguidores. CV, incluso, se permite insultar a algunos de ellos en el Congreso al llamarles guarros y una vergonzosa decisión trata de alejarles lo máximo posible del Banco Azul. El último cartucho de los poderes reales quizá sea el sacrificio de MR –“Luis, sé fuerte”–, que puede dar un paso atrás o al lado, como Mas. Decía Plinio, el personaje inventado por nuestro García Pavón, “Difícil se presenta el reinado de Witiza”, para significar que una cosa era complicada. En eso estamos.
Isidro Sánchez
Apuntes de historia
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