miciudadreal - 29 julio, 2016 – 09:23
La derecha política, con la inestimable ayuda de la Iglesia católica, tuvo como objetivo, desde el mismo momento de su proclamación, derrocar a la República, cosa que consiguió con el golpe militar que desencadenó la guerra. Esa derecha sigue hoy fiel en general a Franco y a su mundo. Homenajea a las víctimas del terrorismo de ETA pero no la veremos condenando a la dictadura y honrando a sus víctimas. Al contrario, pone todas las trabas que puede para evitar su rehabilitación y reconocimiento.
Resulta muy llamativo, por ejemplo, ver a José María Yanguas Sanz, obispo de Cuenca y miembro del Opus Dei, abrir las puertas de la catedral para la exposición del artista y activista chino Ai Weiwei, inaugurada el pasado martes 26 con el título La poética de la libertad, dentro de los actos programados con motivo del IV centenario de la muerte de Cervantes, cuando se niega a retirar una gran cruz en memoria de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange y las JONS, que todavía hoy se puede ver en la fachada lateral de la catedral de Cuenca, incumpliendo de forma evidente la Ley de Memoria Histórica.
Exposición, por otra parte, a la que el Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por Emiliano García-Page Sánchez, ha dedicado 1.120.000 euros, a los que hay que sumar 380.000 aportados por el Consorcio de la ciudad de Cuenca. Esa cantidad la convierte en la exposición más cara de la temporada, más que la ya costosa dedicada a El Bosco. Una vez más se muestra que hay dinero para lo que se quiere. La situación de penuria que vive la cultura en Castilla-La Mancha no parece justificar un gasto tan grande, aunque, como afirma el presidente Page, con un poquito de demagogia la inversión “va a transformar la ciudad y toda la región”.
Así es nuestra derecha, a años luz de su homónima europea. Otra muestra. El día 18 de julio la 2 de TVE emitió la película El Santuario no se rinde (Arturo Ruiz Castillo, 1949), cine bélico al servicio propagandístico del golpista y dictador Francisco Franco Bahamonde Salgado-Araújo y Pardo de Andrade. Ya se sabe, los partidarios del golpe militar al mando del capitán Santiago Cortés González se encerraron en el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza (Andújar, Jaén) y aguantaron durante nueve meses el cerco de las tropas republicanas.
Sin embargo, nuestros vecinos franceses pudieron ver una producción cinematográfica muy diferente, dedicada a Federica Montseny, además de aparecer su figura histórica analizada en distintos medios de comunicación. France 3 emitió el documental de Jean-Michel Rodrigo titulado Federica Montseny, L’Indomptable (Federica Montseny, indomable), homenaje a la anarquista y a la modernidad de sus ideas. Se pone de manifiesto su talla intelectual, además de su trayectoria naturista, feminista y libertaria; se da cuenta de que la ruptura entre comunistas y anarquistas le obligó a salir del gobierno; y se recuerda que en en el exilio francés fue detenida y juzgada por el régimen pro fascista de Vichy, aunque no llegó a ser extraditada a la España franquista, como otros políticos republicanos, por estar embarazada.
Federica Montseny Mañé (Madrid, 1905-Toulouse, 1994) fue anarquista e hija de anarquistas. Efectivamente, sus padres fueron el periodista y escritor Juan Montseny Carret (conocido como Federico Urales) y la maestra Teresa Mañé Miravet (que firmaba como Soledad Gustavo), editores de La Revista Blanca, publicación periódica muy significativa dentro del pensamiento libertario español del primer tercio del siglo XX, en la que ella también colaboró. Conocida en algunos lugares como “la mujer que habla”, pues entonces era poco frecuente que una mujer participara en mítines o discursos, en noviembre de 1936 fue nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social del gobierno de la República, cargo que aceptó a pesar de su declarado antigubernamentalismo debido a la situación de España.
Se convertía así en la primera mujer ministra de España y una de las primeras de Europa. En Dinamarca, Finlandia, Reino Unido y URSS ya habían visto antes a mujeres desempeñar el cargo de ministras. Es preciso recordar que tuvieron que pasar casi cincuenta años para que otra mujer, María Soledad Becerril Bustamante –marquesa de Salvatuerra–, ocupara un puesto en el Consejo de Ministros español, cuando fue nombrada ministra de Cultura en 1981.
A pesar de que Federica Montseny estuvo en el Gobierno sólo seis meses realizó una interesante y pionera labor pues en tan corto espacio de tiempo planeó lugares de acogida para la infancia, comedores para embarazadas, liberatorios de prostitución, una lista de profesiones a ejercer por minusválidos y el primer proyecto de Ley del aborto en España.
Tras la guerra tuvo que seguir el camino del exilio, como tantos otras personas, donde murió en 1994. Como síntesis se puede decir que fue una mujer rebelde, que se negó a interpretar los papeles que la sociedad imponía a las mujeres en su época, que luchó contra el autoritarismo patronal y también contra el poder patriarcal.
Nota: El próximo artículo de la sección “Desde el revés de la inopia” no aparecerá hasta el primer viernes de septiembre.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
No hay comentarios:
Publicar un comentario