miciudadreal - 31 marzo, 2017 – 08:38
Primero una definición, la de paraíso fiscal: jurisdicción especializada en atraer inversión extranjera utilizando para ello el secreto bancario, la baja o nula tributación para los no residentes, la opacidad respecto al fisco de otros países, la no exigencia de actividad económica local y la desregulacion financiera (Diccionario crítico de empresas transnacionales. Claves para enfrentar el poder de las grandes corporaciones, 2012).
Oxfam International acaba de hacer público el informe Bancos en el exilio: cómo los principales bancos europeos se benefician de los paraísos fiscales (Marzo de 2017). Se trata de una investigación sobre el sector bancario en la UE, una primera aproximación al perjuicio que causan los abusos fiscales en todo el mundo. Y las conclusiones son dramáticas para la mayoría de la población pero muy halagüeñas para las grandes empresas, especialmente para los bancos.
La estratagema consiste en trasladar artificialmente los beneficios obtenidos en países con tipos del impuesto de sociedades más altos hacia países con tipos muy bajos o nulos. La primera conclusión es que los veinte mayores bancos europeos contabilizan en 2015 uno de cada cuatro euros de sus beneficios en paraísos fiscales, un total estimado en 25.000 millones de euros, con sólo el doce por ciento de su facturación y el siete de su personal. Además, en el informe se presenta a los bancos como “facilitadores de la evasión y la elusión fiscal”. Ya lo vimos con los llamados “Papeles de Panamá”.
Otra, que muestra el chollo, es que las empresas subsidiarias en paraísos fiscales resultan mucho más lucrativas para los bancos que las ubicadas en otros lugares. Así, por cada 100 euros de actividad, los bancos consiguen un rendimiento de 42 euros en los paraísos fiscales, en comparación con los 19 que obtienen de media en otras ubicaciones. Son muchos los datos aportados en el estudio, en el que se presentan también diferencias entre las entidades, pero la realidad es que en general sólo les importa las ganancias, los beneficios, a cualquier precio y cuantos más mejor.
Oxfam denuncia, además, lo que supone el hábito financiero: “Estos trucos contables despojan a los países de una gran cantidad de potenciales ingresos provenientes de la recaudación fiscal. En consecuencia, estas prácticas aumentan la desigualdad y la pobreza, ya que los Gobiernos tienen que decidir entre aumentar los impuestos indirectos (como el impuesto sobre el valor añadido, IVA), que asume desproporcionadamente la ciudadanía, o recortar los servicios públicos, que de nuevo afecta en mayor medida a las personas más pobres, y de manera destacada a las mujeres”.
La confederación internacional de veinte organizaciones que trabajan juntas en más de noventa países recomienda en el informe una serie de medidas que debe tomar la UE, aunque ya sabemos que hasta ahora está para apoyar a los bancos no para tomar decisiones que les metan en vereda. Y es que la Europa de los Mercaderes está para lo que está y no para proteger a la ciudadanía de la voracidad de las grandes corporaciones económicas.
La primera, elaborar una lista para establecer con claridad cuáles son los paraísos fiscales, con criterios más allá de las medidas de transparencia, como la inclusión de tipos impositivos muy bajos o nulos y la divulgación de la existencia de prácticas fiscales nocivas que suponen reducciones sustanciales de la tributación efectiva de las grandes empresas.
La segunda, debe pasar por la aplicación de normas estrictas sobre sociedades extranjeras controladas, que permitan a los Gobiernos gravar los beneficios aparcados artificialmente en paraísos fiscales.
La tercera, apoyar la creación de un organismo mundial que lidere y coordine la cooperación fiscal internacional, que incluya a todos los países en igualdad de condiciones para garantizar que los sistemas fiscales operan a favor del interés público en todos los países y no a favor de las entidades financiera, como hasta ahora.
Entre los veinte grandes bancos europeos están BBVA y Santander que, por ejemplo, en Irlanda lograron márgenes de beneficios de más del 100 por cien, o sea, beneficios mayores que su facturación, lo que hace sospechar que se están trasladando beneficios a Irlanda. El BBVA sobresale en la relación beneficios por trabajador: sus trabajadores generan de media 33.000 euros de beneficios cada uno, mientras que un empleado medio en Irlanda origina 6,8 millones de euros, es decir, 200 veces más.
Con el chollo, todo va a más. Oxfam Intermón y el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa denuncian el 11 de mayo de 2016 que el Ibex35 sigue aumentando su presencia en paraísos fiscales. El número de filiales de sus empresas en paraísos fiscales se ha incrementado en un 10 por ciento, al pasar de 810 en 2013 a 891 en 2014. Por ejemplo, el Banco Santander tenía 55 filiales en paraísos fiscales en 2011. Pues bien, al cierre de 2014, mantiene ya 235 filiales, 53 más que en 2013, una más por semana. Además, en 2014 eran 2,7 veces más rentables que la actividad global del banco.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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