viernes, 5 de mayo de 2017

La barbarie

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- 5 mayo, 2017 – 09:49
Han pasado ya más de tres lustros del siglo XXI y se puede afirmar que no se ha producido el fin de la barbarie. Por el contrario, hay una repetición cada vez más sofisticada de la misma, como afirma Belja Rubin de Goldman. isidroSanchez
No estamos ante un final, sólo ante “un nuevo comienzo acompañado por un concepto diferente de hombre, de guerra, de humanidad, de trauma y de síntoma” (Nuevos nombres del trauma. Totalitarismo, shoah, globalización, fundamentalismo. Buenos Aires, 2003). El nacimiento en Alemania y la vida en Argentina marcan su trayectoria vital. También su reflexión sobre el trauma, la devastación, la catástrofe, la shoah, que tanto distinguen a la centuria pasada.

Centro de Stalingrado tras la liberación (1943). Fuente: Historygram
Centro de Stalingrado tras la liberación (1943). Fuente: Historygram

Pero al centrar la atención en el tema de la violencia en el siglo XX es preciso indicar que nunca en la historia de la humanidad se produce tal barbarie. Se suceden violencias, exterminios, genocidios, guerras, masacres y atrocidades. Suele identificarse la centuria pasada con un gran desarrollo en diversos aspectos y es cierto. Pero el crecimiento positivo se produce junto a la extensión de la barbarie. Nunca habían muerto tantos millones de personas como resultado de enfrentamientos bélicos y otros episodios de violencia.
Aunque es muy difícil establecer cifras exactas y de hecho hay diferencias importantes en las investigaciones realizadas, dos ejemplos pueden ayudar a entender la cuestión. En la primera Guerra Mundial pierden la vida en torno a nueve millones de militares y en la Segunda la cifra se eleva hasta los veinte millones. Pero la relativa novedad es la muerte de civiles y su incremento constante: En la Primera Guerra Mundial son civiles el diez por ciento de todas las bajas; con la II Guerra Mundial el número de civiles muertos se eleva al cincuenta; durante la Guerra de Vietnam, el setenta por ciento de todas las bajas son civiles; y en la Guerra de Iraq, los civiles representan más del noventa por ciento de todas las muertes (Bitácora Una antropóloga en la luna (“El porqué de la guerra: la guerra que usted no ve”, 6.9.2013).

Colonia destruida por los bombardeos aliados (1945). Fuente: Historygram
Colonia destruida por los bombardeos aliados (1945). Fuente: Historygram
Los gráficos de Matthew White en el Historical Atlas of the 20th Century son muy ilustrativos de la barbarie del siglo XX, uno con los millones de víctimas por guerras, masacres y atrocidades y el otro con el porcentaje de población nacional fenecida en episodios de violencia. Es un reflejo de muertes producidas por la barbarie, desde los conflictos mundiales a las represiones en diferentes países, entre ellos la Alemania nazi o la Rusia de Stalin, pasando por atrocidades como las víctimas causadas por las dos bombas atómicas lanzadas en Japón por EE UU o los bombardeos sobre ciudades sin ningún interés militar.
Por ejemplo, hace unos días hemos recordado el ochenta aniversario del bombardeo de Guernica por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana. Y hay que recordar que, en el colmo del engaño, la propagada franquista achacó durante años a los propios republicanos la destrucción, como puede verse en la fotografía que acompaña a este artículo rescatada de un libro propagandístico publicado en 1942.
Fuente: Historical Atlas of the 20th Century (Consultado el 4.5.2017)
Fuente: Historical Atlas of the 20th Century (Consultado el 4.5.2017)

El historiador Julián Casanova, a propósito de su libro La venganza de los siervos. Rusia 1917, afirma que “Sin las revoluciones de 1917 no es posible entender Europa”. Y es cierto. Otra cosa es la violencia represiva que Stalin desarrolla para asentar la Revolución, que genera millones de víctimas, cuyo número sigue siendo un debate abierto entre los historiadores. Del genocidio nazi hay información a mansalva, a pesar de la corriente negacionista del holocausto.
Pero el hecho cierto es que el siglo XX empieza con violencia y termina del mismo modo. El cantante de Costa de Marfil Tiken Jah Fakoly lo dice en su canción Ya nada me asombra (2004), al describir los intereses de las grandes potencias, generadoras normalmente de los conflictos bélicos por meros intereses económicos: “Si tu me dejas Chechenia, / yo te doy Armenia. / Si tu me das Afganistán, / yo te entrego Pakistán. / Si no te vas de Haití, / yo te embarco hacia Bangui. / Si tu me ayudas a bombardear Irak, / yo te arreglo lo de kurdistan”.

Fuente: Historical Atlas of the 20th Century (Consultado el 4.5.2017)
Fuente: Historical Atlas of the 20th Century (Consultado el 4.5.2017)

Y sobre su continente africano Fakoly canta lo siguiente: “Se han repartido África sin consultarlo. / Se sorprende de que estemos desnutridos. / Una parte del imperio mandiga, / se encuentra donde los wolof. / Una parte del imperio Mossi, / se encuentra en Ghana. / Una parte del imperio Sousso, se encuentra en el imperio Mandiga. / Una parte del imperio Mandiga, se encuentra donde los Mossi”. La conclusión, siguiendo la canción del marfileño, es que se reparten el mundo y que ya nada asombra.
Fuente: A Epopeia de Espanha. Madrid (1942)
Fuente: A Epopeia de Espanha. Madrid (1942)

Casi lo último en África es la destrucción de Libia, el país con mayor desarrollo de todo el continente, que sigue a las innumerables guerras de todo el siglo XX. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, mediante la red social Twitter, se ha referido a Hillary Clinton como “la carnicera de Libia”. Ya antes Assange la acusó en una entrevista de ser “figura clave en la destrucción del Estado de Libia”. En esta ocasión, según una serie de correos desvelados, no son sólo razones económicas. La excandidata del Partido Demócrata trata de conseguir un trampolín desde el cual aspirar a la Presidencia de EE UU. Repugnamte.


Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia

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