miciudadreal - 28 abril, 2017 – 09:38
Hace unos pocos días ha muerto José Utrera Molina. Muchas de las biografías del falangista fallecido lo presentan como abogado y político. Pero él llega a decir en varias ocasiones que su título mayor es el de cabo honorario de la Legión, “que me obliga permanentemente a estar fundido en el honor de su Credo y en el alma de sus ordenanzas”.
Forma parte de la Fundación Nacional Francisco Franco, creada en 1976, y es procurador en Cortes desde 1958 hasta 1977, bien como componente del Consejo del partido único durante cuarenta años (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) o como miembro del Gobierno.
La esquela de ABC (23.4.2017) relaciona una serie de cargos y recompensas con un orden buscado: “Falangista. Cabo Honorario de la Legión. Ministro. Gobernador civil de Ciudad Real, Burgos y Sevilla. Medalla de oro de Sevilla y de su provincia. Medalla de oro e hijo predilecto de Málaga. Hijo predilecto de Nerja. Grandes cruces de Carlos III, Alfonso X El Sabio, Gran Cruz del Mérito Civil, Agrícola, Militar, Naval y Aeronáutico. Gran Cruz de Cisneros y de la Orden Imperial del Yugo y Flechas”.
Se puede recordar que el último distintivo citado, Orden Imperial del Yugo y las Flechas, primero denominada Orden Imperial de las Flechas Rojas, fue creado por Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo de Andrade por decreto 373 y las tres primeras concesiones llegaron gracias a los decretos 374, 375 y 376 (BOE, 4.10.1937). Utrera comparte honor, entre otros muchos agraciados por el Régimen, con Vittorio Emanuele Ferdinando Gennaro Maria di Savoia “S.M.I. y R. Víctor Manuel III, rey de Italia y emperador de Etiopía”; con el asesino Benito Amilcare Andrea Mussolini, “Duce de Italia y fundador de su Imperio”; y con el genocida Adolfo Hitler Pölzl, “Fuhrer Canciller de la Nación alemana”.
Y por evocar también, pues el olvido no es bueno, se puede citar la última entrevista a Ian Gibson a propósito de la aparición de Aventuras ibéricas, su último libro, en la que dice del dictador español, creador de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas, lo siguiente: “Tener en el Valle de los Caídos al mayor asesino debajo de una cruz es un asco y una vergüenza” (eldiario.es, 23.4.2017).
Utrera Molina, cuya extradición ha sido solicitada por la Justicia argentina por su pasado franquista, tiene en su haber diferentes cargos, como se ha visto, entre ellos el de gobernador civil de la provincia de Ciudad Real entre 1956 y 1962, entonces unido al de jefe provincial del FET y de las JONS,. Cuando finaliza su estancia en La Mancha y marcha a Burgos, para ocupar similares cargos, un periodista anónimo de Lanza califica al camarada Utrera como “mano firme, comprensiva y justiciera” y afirma que durante su “mando” la provincia da un “salto gigantesco en las más diversas actividades” (Lanza, 26.2.1962).
En el órgano propagandístico manchego de ese día se citan sus principales realizaciones: terminación del pantano de Peñarroya, inicio del embalse de Torre de Abraham, residencia del Seguro de Enfermedad, Santuario-Albergue de Horcajo de los Montes, Colegio Menor El Doncel, electrificación de la zona de los Montes, embellecimiento de los pueblos ‒flores, macetas y jardines‒, plan de construcciones escolares o desecación de las márgenes del Guadiana.
Eso si, una cosa se puede reconocer a Utrera y es la coherencia, trasnochada pero coherencia al fin y al cabo, además del mantenimiento de sus convicciones. Ya lo dice su hijo en la bitácora Arriba: “Te has ido como soñaste: cara al sol, mirando al mar y sin cambiar de bandera”. Muchos franquistas, tipo Rodolfo Martín Villa o Manuel Fraga Iribarne, pasan sin rubor de sostener una dictadura asesina a proclamarse demócratas de nuevo cuño. Utrera afirma en 1974, aunque con la demagogia propia del Régimen, que el Movimiento “significa la búsqueda continua e ilusionada de nuevos espacios para una convivencia nacional pacífica, cada día más generosa, limpia concurrente e integradora” (Lanza, 5.6.1974). Y pensamientos similares mantiene hasta su muerte.
Claro que, a diferencia de Alemania o Italia, la coherencia en el fascismo es fácil en España, donde existe una increíble impunidad. Por eso hemos visto las manifestaciones fascistas ocurridas en el entierro de Utrera, con el canto del Cara al sol, el saludo nazi y los gritos de rigor. Que no son diferentes a la exaltación o enaltecimiento del franquismo; la apología de la dictadura, incluso por cargos elegidos democráticamente; el mantenimiento del Valle de los Caídos como enseña del franquismo; o el funcionamiento de organizaciones, con sustanciosas ayudas públicas, como la Fundación Nacional Francisco Franco.
Una fundación Benito Mussolini en Italia o Adolf Hitler en Alemania, asesinos como Franco, no son posibles. Y es que su simple idea atenta contra la más elemental sensibilidad democrática, puesto que las sociedades europeas se construyen con la pretensión de huir del fascismo.
Evidentemente, los medios de comunicación de la derecha ‒la mayoría‒ trasladan una visión dulcificada del suegro de Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez, presidente de la Comunidad de Madrid (1995-2003), alcalde de Madrid (2003-2011) y ministro del PP. Pero no debe desconocerse que participa activamente en la represión y es un firme defensor de la impunidad del franquismo.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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