miciudadreal - 28 septiembre, 2018 – 09:07
Hace sólo unos días se he hecho público el impresionante informe 2018. Análisis y perspectivas. Exclusión Estructural e Integración Social, de la Fundación Foessa, ligada a la organización Cáritas, confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica española.
Entre sus conclusiones se pueden recordar unos mínimos datos. Actualmente, 8,6 millones de personas se encuentran en el espacio de la exclusión social, 1,2 millones más que en 2007. La cifra significa un incremento de la exclusión global de un doce por ciento respecto al inicio del ciclo y de un cuarenta en la exclusión social severa, en la que se encuentran 4,1 millones de personas que viven en 1,5 millones de hogares.
Y es que, se puede leer en el informe, “la recuperación no está llegando de igual manera a las personas y hogares en situaciones de exclusión y además aumentan cada vez más los casos de exclusión más críticos”, a pesar de lo que cuentan los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP). Es decir, Cáritas cuestiona una recuperación económica que favorece la desigualdad social.
Hace unos días lo corroboraba la prensa al dejar constancia del aumento en España del número de superricos, con imponente crecimiento en una década: “El número de personas que declaran a Hacienda patrimonios de más de 30 millones de euros se ha más que duplicado desde que arrancó la crisis, con un avance del 150% entre 2007 y 2016”, según los datos más recientes publicados por la Agencia Tributaria (www.lavanguardia.com, 5.9.2018).
También se ha conocido hace sólo dos días, el 26 de septiembre, el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Una de las preguntas a los encuestados es si consideran que en el Parlamento se discuten los problemas reales de los españoles. La respuesta es apabullante pues el 75,9 por ciento cree que no. Está claro, para una parte muy importante de la población, nuestros diputados y senadores no se ocupan de los verdaderos problemas.
Uno de los temas preferidos como pantalla en los últimos tiempos es el de los nacionalismos. El nacionalismo español contra el catalán o, dicho de otra forma, el conflicto entre los monárquicos borbónicos (que impiden cualquier investigación sobre las presuntas trapacerías del rey emérito) contra los independentistas republicanos. Tal tema centra la vida política, la actividad parlamentaria y la información de los GMPP. Cuando flojea la guerra de banderas borbónicas contra esteladas, se sacan otros temas para seguir sin ocuparse en profundidad de lo que verdaderamente interesa e importa a la ciudadanía. Incluso, la corrupción, pero la pasada no la actual.
Evidentemente, esos temas u otros son importantes, pero su utilización política y mediática es capaz de tapar los problemas de la gente, el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población. Por ejemplo, las rentas del trabajo han pasado de representar el 50,1 por ciento de todas las rentas en 2008 a un 47,3 en 2017. Contrasta con la rentas del capital, 41,7 por ciento de todas las rentas a un 42,4 en el mismo período.
Las causas hay que buscarlas, según el profesor Vicent Navarro, en las políticas neoliberales desarrolladas durante la crisis, en especial las reformas laborales, las reformas fiscales y las políticas de austeridad. Así, sólo como muestra, el gasto sanitario pasó del 6,8 por ciento del PIB en 2009 a un 6,4 en 2014, mientras que en educación se redujo del 4,34 al 4,15 en el mismo período.
De esa forma, la cuestión social es ocultada en la medida de lo posible por el tema territorial y otros, cuando decae el conflicto nacionalista. O sea, la disputa de banderas, borbónicas y esteladas, oculta el conflicto existente entre las clases populares y los de “arriba”, con la ayuda imprescindible de importantes sectores políticos y de los GMPP. Más claro, el agua.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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