Inicio » Desde el revés de la inopia
Cuando acabó la larga noche franquista había un pobre panorama periodístico en la Región, con gran presencia de periódicos madrileños. El diario Lanza salía en la provincia de Ciudad Real y en la de Albacete La Verdad, edición del homónimo murciano, y hasta 1984 La Voz de Albacete.
El Diario de Cuenca, también hasta 1984, cubría la de Cuenca, como los semanarios Flores y Abejas y Nueva Alcarria la de Guadalajara. Los habitantes de la provincia de Toledo, además del semanario La Voz de Talavera, contaban con el cuadernillo provincial que insertaba el diario El Alcázar.
Las publicaciones periódicas –periódicos, revistas, boletines y hojas– aumentaron tímidamente en la nueva situación y desde mediados de los ochenta de manera decidida, dentro de las características regionales (reducida población y muy dispersa, gran extensión, pocas ciudades importantes, limitado hábito de lectura o acusado provincialismo). Se constituían asociaciones diversas y muchas editaban su órgano de expresión; salían también boletines y revistas oficiales, gremiales, políticas, sindicales, culturales, literarias…; y, cómo no, la prensa informativa también conoció un desarrollo positivo, ligado a una tradición periodística truncada por el franquismo.
No es posible analizar aquí la situación en todas sus vertientes y presto atención sólo a los periódicos de información, a la prensa escrita, que hasta la crisis en que estamos inmersos ha tenido unas características que pueden resumirse en los siguientes puntos:
Después, con la potente crisis, ha estallado la burbuja y se ha producido una imparable decadencia Hoy los diarios en papel se han reducido a cuatro, además de la edición de ABC. Son Lanza, de Ciudad Real, más las ediciones de La Tribuna que salen en Albacete, Ciudad Real y Toledo, pertenecientes a Promecal, del constructor burgalés Antonio Miguel Méndez Pozo. Mientras tanto, siguen aumentando los medios digitales.
Isidro Sánchez
Apuntes de historia
miciudadreal - 19 febrero, 2016 – 13:02
Cuando acabó la larga noche franquista había un pobre panorama periodístico en la Región, con gran presencia de periódicos madrileños. El diario Lanza salía en la provincia de Ciudad Real y en la de Albacete La Verdad, edición del homónimo murciano, y hasta 1984 La Voz de Albacete.
El Diario de Cuenca, también hasta 1984, cubría la de Cuenca, como los semanarios Flores y Abejas y Nueva Alcarria la de Guadalajara. Los habitantes de la provincia de Toledo, además del semanario La Voz de Talavera, contaban con el cuadernillo provincial que insertaba el diario El Alcázar.
Las publicaciones periódicas –periódicos, revistas, boletines y hojas– aumentaron tímidamente en la nueva situación y desde mediados de los ochenta de manera decidida, dentro de las características regionales (reducida población y muy dispersa, gran extensión, pocas ciudades importantes, limitado hábito de lectura o acusado provincialismo). Se constituían asociaciones diversas y muchas editaban su órgano de expresión; salían también boletines y revistas oficiales, gremiales, políticas, sindicales, culturales, literarias…; y, cómo no, la prensa informativa también conoció un desarrollo positivo, ligado a una tradición periodística truncada por el franquismo.
No es posible analizar aquí la situación en todas sus vertientes y presto atención sólo a los periódicos de información, a la prensa escrita, que hasta la crisis en que estamos inmersos ha tenido unas características que pueden resumirse en los siguientes puntos:
- Mantenimiento de los periódicos del Movimiento, con lenta adaptación a los tiempos democráticos, hasta la mitad de la década de los ochenta (La Voz de Albacete, Diario de Cuenca o El Alcázar, edición Toledo). Incluso algunos siguen en el siglo XXI, hasta la crisis, travestidos de franquistas a demócratas, con variados procesos de transformación, tras un pasado “azul” (Lanza o Nueva Alcarria) o eclesial (La Verdad). Esto explicaría, junto a otros factores, el descrédito de la prensa regional, la escasez de sus tiradas y el poco apego a la lectura de sus páginas, pues se les ha visto defender unas cuestiones y sus contrarias, propagar posiciones dictatoriales y democráticas.
- Dificultades significativas en la adaptación a las transformaciones técnicas, así como escasez de buenos gestores e imposibilidad de desarrollo profesional para los directores, comidos por presiones de todo tipo, que ha tenido como consecuencia la elaboración, generalmente, de productos periodísticos muy deficientes.
- Práctica de un periodismo fundamentalmente de gabinete, atento a noticias oficiales de instituciones y organizaciones, con predominio de la información política y abandono de la vida cotidiana. El producto informativo presentado al lector tiene así escaso atractivo, es poco cercano al ciudadano, lo que no ayuda al incremento de las tiradas, cerrándose el círculo con los consiguientes salarios de miseria para muchos profesionales.
- Puesta en marcha de iniciativas periodísticas por parte de empresarios o grupos de empresarios de sectores ajenos a la actividad periodística, fundamentalmente constructores, con un intenso sesgo propagandístico y un excesivo afán de control administrativo, lo que repercute negativamente en la información y la hace poco creíble. Se puede recordar como ejemplo aquel panfleto gratuito titulado La Voz de La Sagra, luego La Voz, edición para Castilla-La Mancha, que llegó a tirar 200.000 ejemplares de la mano de Paco “El Pocero”. Todo valía en la lucha contra Manuel Fuentes, alcalde IU de Seseña, airoso de varias querellas puestas por el constructor, que tuvo un punto culminante en el artículo “El mago del ladrillo”, denunciado por Francisco Hernando.
- Provincialismo acusado, a veces con añadido provincianismo, que ha difundido visiones pacatas, pequeñas y lejos de amplios horizontes. Con informaciones y escritos sobre temas generales, normalmente mal elaborados y poco atractivos, se trata de trascender el ámbito provincial y se consigue el alejamiento de un buen periodismo cercano a las personas.
- Fracaso de la mayoría de las iniciativas encaminadas a consolidar un medio escrito de carácter regional: Lanza, grupo El Día, Diario 16, grupo La Tribuna, Las Noticias de Castilla-La Mancha…
- Cierre de muchas de las ediciones en papel con la llegada de crisis y transformación en medios digitales para conseguir la supervivencia.
Después, con la potente crisis, ha estallado la burbuja y se ha producido una imparable decadencia Hoy los diarios en papel se han reducido a cuatro, además de la edición de ABC. Son Lanza, de Ciudad Real, más las ediciones de La Tribuna que salen en Albacete, Ciudad Real y Toledo, pertenecientes a Promecal, del constructor burgalés Antonio Miguel Méndez Pozo. Mientras tanto, siguen aumentando los medios digitales.
Isidro Sánchez
Apuntes de historia
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