viernes, 12 de febrero de 2016

Revolución ciudadana en Ecuador

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- 12 febrero, 2016 – 08:45

Hay ruido de sables en Ecuador. El presidente Rafael Correa cesó al Alto Mando militar hace pocas fechas y un día después declaraba lo siguiente: “Yo soy el Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y no permitiré que nadie me desobedezca”, para terminar con la afirmación de que no tolerará la vuelta a “las prácticas del pasado”.

isidroSanchez

La intentona policial para derrocarle en 2010 seguramente pesó en la decisión y en las declaraciones. Y es que una vez ganadas las elecciones por la derecha en Argentina y Venezuela se van a producir intentos de revertir situaciones políticas en otros países de la zona, incluso con golpes de Estado como en Honduras (2009) o Paraguay (2012).

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El gran número de ecuatorianos repartidos por el mundo fue consecuencia de una nefasta gestión en los años noventa del siglo pasado. Tras lustros de políticas neoliberales, a finales del XX se produjo en Ecuador la mayor crisis financiera de su historia, provocada en gran medida por la quiebra de la banca privada. Como sucedió en otros países de América del Sur, el Estado rescató a la oligarquía económica y congeló los depósitos de millones de familias ecuatorianas que vieron cómo se esfumaban sus ahorros, desaparecían los empleos y se lanzaba al exilio económico a más de dos millones de personas, principalmente hacia Estados Unidos, España e Italia.
También llegaron a la provincia de Ciudad Real. En 2005, según cifras oficiales, había 3.119 ecuatorianos. En 2010, ya con la crisis en marcha, el número se había reducido a 2.550 y en 2015 a 1.224. En este último año se concentraban principalmente en las poblaciones siguientes: Bolaños de Calatrava (261), Ciudad Real (238), Tomelloso (181), Socuéllamos (79), Valdepeñas (68), Puertollano (66), Alcázar de San Juan (64) y Almagro (59). Destaca Bolaños de Calatrava, que se ha llegado a denominar “la pequeña Quito” por el número de andinos que viven en la población. Muchos ecuatorianos han vuelto a su país y en ese regreso ha tenido que ver la tremenda crisis española. Pero no sólo. Allí se desarrolla desde hace tiempo un gran cambio, la Revolución ciudadana, que es conveniente recordar pues está transformando al país andino.

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Tras una gran inestabilidad política –desde 1996 hasta 2006 hubo hasta nueve gobiernos–, de cara a las elecciones de 2006 se constituyó Alianza País (Patria Altiva i Soberana), impulsada por el economista Correa, en cuyo seno se encontraron más de treinta organizaciones políticas y sociales de izquierda, que ganó las presidenciales en segunda vuelta y llegó al poder. Lógicamente, los sectores conservadores, “los de siempre”, con el control de los medios de comunicación, empezaron a predecir grandes desgracias para Ecuador, resultado de la acción política de AP, claro.
En 2011, tras cinco años de gobierno presidido por Correa, visité Ecuador y observé en directo la situación. Pude comprobar la rabia de los poderosos, que no las tenían ya todas consigo. El acogotamiento a que han sometido tradicionalmente a la mayoría peligraba con el resurgir de los movimientos populares. Precisamente, en 1922 hubo en Guayaquil una matanza de obreros que se manifestaban pacíficamente para reivindicar distintas mejoras, lo que se recuerda en el Malecón con una exposición permanente. Igual que se recuerda la casa en que vivió el Che en Guayaquil, al lado del río Guayas, en el barrio de Las Peñas. Por cierto, Ernesto Guevara es un símbolo presente en Ecuador. Su imagen está en mercados, autobuses, comercios turísticos y otros establecimientos. Por ejemplo, en la taberna “El negro Che Guevara”, de Puerto López, acompaña al letrero la famosa imagen del revolucionario argentino y cubano.

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El país es extremadamente bello e impresionante en mucho sentidos, con una vegetación exhuberante y unos bonitos paisajes. Por eso los carteles sobre defensa de la naturaleza son abundantes, como “Recupera el paisaje, protege la vegetación”, “No contamines la ciudad, limpia las calles y cuida las áreas verdes”, “Deposita los desperdicios en su lugar”, etcétera.
También pude ver abundantes carteles propagandísticos de la Revolución ciudadana, identificándola con progreso, patria, país y obras públicas. Lo cierto es que las carreteras han mejorado de manera notable y pude constatar en los 3.000 kilómetros recorridos la existencia de obras por todas partes, mejora de carreteras, ampliación de carriles, puentes, ferrocarriles, hospitales, escuelas, acequias… Incluso se estaba trabajando a pasos acelerados en el nuevo aeropuerto de Quito a 25 kilómetros de la capital que, finalmente, fue inaugurado el 20 de febrero de 2013 como Nuevo Aeropuerto de Quito Mariscal Sucre.

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La propaganda habla de hacer país, ahora de todos, lo que viene a sugerir que antes era de unos pocos. Y recalca, un tanto machaconamente, los logros obtenidos en variados campos. En esta situación es posible imaginar los exabruptos de la prensa de siempre. Además, los yanquis, manejantes del país durante más de un siglo, ahora tocan poca bola. Hay, como en otros países del mundo, médicos y maestros cubanos, que realizan un labor muy eficaz y necesaria. Pero también, parece ser, hay “asesores” caribeños que despiertan en la población sentimientos encontrados.
Este año se cumple una década de Revolución ciudadana y Ecuador avanza, como muestra el crecimiento entre 2006 y 2014 según el Banco Mundial, cerca del cinco por ciento de media. La pobreza medida por ingresos disminuyó de 37,6 por ciento al 22,5 y la pobreza extrema se redujo de 16,9 al 7,7. A diferencia de España, donde las políticas aplicadas han hecho aumentar considerablemente la desigualdad, el coeficiente de desigualdad de Gini se redujo siete puntos, de 0.54 a 0.47, ya que el crecimiento benefició más a los más pobres, por encima de la reducción regional de dos puntos. China, por otra parte, está apoyando a Ecuador con negocios variados y la construcción de infraestructuras diversas, como centrales eléctricas, eólicas o hidroeléctricas.

Isidro Sánchez

Apuntes de historia

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