miciudadreal - 6 enero, 2017 – 10:46
Con el escándalo en marcha, Bankia realiza una investigación interna y el resultado es remitido al Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) que, a su vez, considera muy graves los hechos y los pone en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción. Entonces empieza la instrucción del llamado caso Bankia por parte del juez Fernando Andreu, con la acusación del colectivo ciudadano 15MPaRato y de UPyD.
Los grandes medios, con El País a la cabeza, intentan capear el temporal con ocultaciones hasta que es imposible. Entonces se ponen a la cabeza de la manifestación y con un torrente de información comienzan las maniobras de distracción. En 2014 El País publica el Informe elaborado por Bankia y enviado a la Fiscalía por posibles hechos delictivos.
La cosa es que de 87 consejeros de Caja Madrid con tarjetas opacas se sientan en el banquillo 65 como sospechosos de apropiación indebida. Además de diferentes cargos de la propia Entidad, 28 consejeros son propuestos por el PP, 15 por el PSOE, 5 por IU, 11 por los sindicatos CC OO (6) y UGT (4), aunque uno no llega a utilizar la tarjeta, y 3 por la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE.
Derrochan poco más de quince millones de euros con sus tarjetas black u opacas entre 1999 y 2012, pero únicamente se juzgan las operaciones posteriores a 2003 porque las anteriores han prescrito. Ildefonso José Sánchez Barcoj, director financiero, gasta 572.187, 00 € (2.743 apuntes) y José Antonio Moral Santín, consejero por IU, 447.769,73 € (1.215 apuntes). Son las máximas cantidades pero Miguel Blesa de la Parra, presidente entre 1996 y 2010, llega hasta los 423.068,49 € (1.565 apuntes) y a los 99.041,09 € (519 apuntes) Rodrigo Rato y Figaredo, presidente de 2010 a mayo de 2012, que había sido vicepresidente del Gobierno de España y Ministro de Economía durante los gobiernos de José María Aznar. Todo eso mientras la Entidad desarrolla acciones financieras contra miles de ahorradores indefensos.
Pues bien, con la estética de la trilogía Back to the Future, conocida como Regreso al futuro en España y Volver al futuro en Iberoamérica, un grupo de jóvenes (Montera34) ha elaborado una página en Internet, con los datos del citado Informe del diario de Prisa, denominada Tarjetas Black To The Future. En ella se pueden ver los gastos de los diferentes implicados desde 2003 hasta 2012, concretamente en qué se empleaban las Tarjetas black hace diez años. Es decir, si hoy viernes seis de enero accedemos a la página citada vemos el nombre de gastadores, importes, conceptos y total de gasto del día. Si se quiere saber más es posible consultar gráficamente la visualización y obtener el gasto total de cada una de las personas implicadas.
Generalmente se han realizado análisis de las cantidades totales, pero la página permite seguir el día a día, el minuto a minuto de lo pagado. Es la mejor manera de acercarse al tipo de gasto que hacían: de un euro en un aparcamiento a 3020 euros en joyas, por citar algunos ejemplos de estos días. Un consumo importante se hace en cafeterías, restaurantes y tabernas, pero hay pagos en todo tipo de comercios, desde florerías hasta instrumentos musicales, pasando por agencias de viajes, antigüedades, clubes deportivos, estaciones de esquí, herbolarios, hoteles, joyerías, librerías, perfumerías, supermercados o zapaterías.
En fin, “la vida de Blesa, Rato y otros 63 con sus tarjetas ‘black’ era una lujuria de dispendios” (el mundo.es, 3.10.2016). Es verdad que Moral Santín, profesor universitario, diputado en la Asamblea de Madrid por IU, presidente de Telemadrid entre 1991 y 1995, vicepresidente de Caja Madrid (1995-2012) y miembro del Consejo de Administración de Bankia (2011-2012), se convierte en un arquetipo de la izquierda del régimen del 78, pero la cuestión de las tarjetas opacas representa mucho más. Implica la podredumbre del régimen de 1978, –aquel que pactaron Santiago Carrillo (PCE) y Felipe González (PSOE) con la derecha de siempre reconvertida en democrática–, que llega a Casa Real, corporaciones empresariales, Ejército, entidades financieras e Iglesia y que pasa por partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, sin que, evidentemente, se pueda generalizar. Significa, en definitiva, la putrefacción del capitalismo español, con una clase dirigente podrida hasta la médula.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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