miciudadreal - 23 junio, 2017 – 08:43
Mucho ha llovido desde que se hizo la fotografía del niño de cuatro años repartidor de periódicos en Tampa, población de Florida, durante 1913. Se puede afirmar que entonces la prensa era el cuarto poder. Hoy, sin embargo, es muchas veces una sólida muleta del poder económico, del neoliberalismo, que en demasiadas ocasiones pasa por encima de los poderes clásicos, legislativo, judicial y ejecutivo.
Por eso, los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP) tienen una grave enfermedad. Sólo son la voz de sus amos, como bien sabemos en España, y han perdido la credibilidad. Ya ni se molestan en disimular, son patéticos. Si se visita la página Esto es una infamia se puede ver el primer capítulo de una serie en la que diversos periodistas, tapándose el rostro, hablan de diferentes casos de censura o presiones. Es decir, libertad de expresión sólo si no se tocan los intereses de los poderes económicos, del capitalismo.
Por ejemplo, El País, antaño periódico de la progresía, se ha convertido hogaño en el hazmerreír de un gran número de lectores, que han ido abandonando poco a poco al “periódico global”, creación en buena medida de Fraga Iribarne, el franquista recalcitrante travestido primero en reformista y luego en demócrata. Con un primer director, Juan Luis Cebrián Echarri, que partía de las cloacas de la información franquista para ser director del nuevo medio democrático, hoy presidente ejecutivo de PRISA, próximo a caer en desgracia, aunque con un buen bocado económico para su retiro.
Hace unos días se ha publicado la edición 2016 de Media Pluralism Monitor y los medios de comunicación españoles (GMPP) salen malparados una vez más, como no podría ser de otra manera. El European University Institute se encuentra en Fiesole, a pocos kilómetros de Florencia, y en él se encuadra el Robert Schuman Centre for Advanced Studies. A su vez, de este dependen una serie de organismos, como el Centre for Media Pluralism and Media Freedom (CMPF), que elabora anualmente el citado informe. La metodología es general para los países europeos, pero el trabajo lo realizan profesores de diversas universidades y profesionales de diferentes medios. La fuente de los tres mapas que acompañan este artículo, donde se puede observar el riesgo por países, es Monitoring Media Pluralism in Europe: Application of the Media Pluralism Monitor 2016 in the European Union, Montenegro and Turkey (2017).
La principal conclusión del citado informe es que se cuestiona de manera significativa la independencia política de los medios españoles. Las amenazas son las siguientes: excesiva concentración de los medios en pocas manos, poca diversidad de puntos de vista en las noticias, falta de transparencia en los intereses empresariales, claros sesgos informativos e independencia editorial sujeta a influencias políticas.
Además, reformas en la legalidad realizadas por el PP (como cambio del Código Penal y Ley Orgánica 4/2015) amenazan la libertad de expresión y el trabajo de los periodistas. Es verdad que las reformas han sido denunciadas por asociaciones nacionales e internacionales, pero todavía hay que ver si la nueva composición del Parlamento hace posible su supresión. Los autores del informe recomiendan el cambio de algunas de estas prescripciones legales para establecer un marco legal más respetuoso con la libertad de expresión.
Por otra parte, lo que ya sabemos en España, la independencia política de los GMPP (públicos y privados), está fuertemente cuestionada. Hay informes frecuentes sobre la manipulación gubernamental en su favor de los medios de comunicación públicos, tanto en la radiodifusión de servicio público estatal como regional. Asimismo, las reformas legales llevadas a cabo en 2012 facilitan el nombramiento político de los presidentes de los Public Service Media (PSM), es decir, los Medios de Servicio Público, y de los editores en jefe. Recuperar los requisitos establecidos por la ley anterior para la elección de los miembros de los órganos rectores de los medios estatales permitiría una mayor independencia.
También es precisa mayor independencia en los medios de comunicación privados. En ese sentido son necesarias reformas legales para fortalecer los consejos de prensa y potenciar al actual regulador de los medios de comunicación existente en el país, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia CNMC. Los órganos reguladores de los medios de comunicación y los consejos de prensa ‒voluntarios y de autocontrol‒ no cuentan con mecanismos útiles para garantizar la independencia editorial ni el respeto de las normas éticas. La falta de poder de estas instituciones, en manos de los gobiernos de turno, no ofrece ningún contrapeso al tremendo poder de los medios privados.
Se resalta también en el informe el empeoramiento de las condiciones de los periodistas en España durante los últimos años y 2016 no es una excepción. Inseguridad laboral, desempleo y bajos salarios son los principales problemas de la profesión, una seria amenaza para la libertad de expresión y la independencia de los periodistas.
Por último, indicar que en la investigación (con datos de los meses de mayo a octubre de 2016) se analizan veinte indicadores en cuatro áreas (Protección básica, pluralidad del mercado, independencia política e inclusividad social) y se incluyen los 28 países de la Unión Europea, más Montenegro y Turquía. Como es fácil imaginar, España se lleva algunos de los pésimos indicadores del informe y es señalada como uno de los peores países respecto a las protecciones básicas de derechos como la libertad de expresión y de información.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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