miciudadreal - 2 junio, 2017 – 13:35
La familia real portuguesa sale del palacio ducal de Villa Viçosa, cerca de la frontera española, en busca de la muerte y la encuentra en la Plaza del Comercio de Lisboa el 1 de febrero de 1908. Después se proclama la república. En la bonita población del Alentejo central está la sede de la Casa de Braganza, convertida en reinante, pero allí hay mucho más. La Historia, presente de manera significativa, enseña arquitectura popular, palacios, iglesias, ermitas, museos, castillo, pelourinho y mármol, mucho mármol. Merece la pena una visita a la villa, con un buen número de naranjos, rodeada de olivares, alcornocales, encinares y plantas aromáticas.
Florbela de Alma da Conceição Espanca nace en Vila Viçosa en 1894, lo que marca su vida de forma indeleble, y muere en Matosinhos, cerca de Oporto, en 1930. Autora polifacética, conocida como Florbela Espanca, escribe poesía, cuentos, un diario y muchas cartas. Hace traducciones diversas y colabora a lo largo de su vida en muy diferentes publicaciones periódicas.
Tiene una vida plena, tumultuosa, inquieta y llena de sufrimientos íntimos. Su padre biológico no la reconoce, hay abortos, separaciones, amores… Pero Florbela sabe transformar sus vivencias en poesía de alta calidad, cargada de sentimiento, erotismo y feminismo. Entre sus obras se pueden recordar Livro de Mágoas (1919), Livro de Sóror Saudade (1923), As Máscaras do Destino (1927, publicado después de su muerte) o Charneca em Flor (1931). Es posible consultar y descargar sus libros en la página Luso Livros.
En España su figura literaria se trata en algunos artículos publicados en revistas especializadas, en periódicos o en unas pocas obras. En 1921 Umberto Pelagio cita a Florbela Espanca y a Virginia Victorino como “interesants poetesses” (La Revista, Barcelona, 1.7.1921). En 1927 Augusto d’Esaguey incluye a Espanca en un grupo de ilustres poetisas portuguesas y habla de sus admirables sonetos (Gaceta Literaria, Madrid, 15.2.1927).
En 1979 Santiago Castelo retrata así a la poetisa: “Será su propio tormento interior, su rabioso feminismo, su afán de tramutación, lo que nos ofrezca esa poesía ‒atenida prodigiosamente a las formas clásicas‒ tan llena de pasión y de vida. Florbela Espanca en su dolor o en su melancolía hará juegos con el idioma, buscará la palabra más certera; pero ésta bailará con ella y la traerá y llevará como en una danza a veces macabra de amargura y de risa. Se diría que intenta ahogar su propia desesperación en el hallazgo mágico, recreado, de los fonemas lusitanos: Saudades de saudades que nao tenho… Sonhos que sao os sonhos dos que eu tive…” (ABC, 26.1.1979). Doce años después, Florencio Martínez Ruiz afirma que Florbela mantiene “su voz de mujer en toda su enraizada fiereza, empastada y realzada con su soberano oficio literario” (ABC, 14.9.1991).
Es en 1991 cuando se publica un libro sobre ella escrito en castellano. La autora, María Tecla Portela Carreiro, presenta en Florbela Espanca, quimera y sausade, una visión de la figura femenina más representativa de la poesía portuguesa contemporánea, con una introducción dedicada a su vida y a su obra y una antología de sus poemas. Y en 2011 José Carlos Fernández publica en Badajoz Florbela Espanca, poetisa del amor. Biografía y poesía completa, donde se puede apreciar la importancia de una mujer que no se resigna a interpretar el papel reservado entonces a las mujeres.
Florbela, como escribe en uno de sus sonetos, vive intensamente: “Yo me bebo la vida a grandes tragos / como un vino divino de Falerno. / Cayendo sobre ti mi amor eterno / igual que caen las hojas en los lagos…”.
Sus tres divorcios son motivo de escándalo, su afán por llevar una vida independiente la ponen en el punto de mira de la tradición y la fuerza de su poesía erótica ofende a las almas timoratas. Además, su hermano Apeles Espanca muere en 1927, al desaparecer en el Tajo el avión que pilota.
Y esa vida intensa, tumultuosa, apasionada, termina muy pronto. Llega una grave enfermedad. Escribe Tecla Portela que su estado físico se deteriora: “tiene fiebres altas, padece un cansancio que la aniquila, sufre insomnios durante días seguidos, y sólo puede dormir con la ayuda de somníferos”. Intenta el suicidio en dos ocasiones y a la tercera lo consigue. Es el día 8 de diciembre de 1930, cuando cumple treinta y seis años.
Se pretende hacer homenajes, pero la Iglesia es contraria a ellos e, incluso, a su obra. No obstante, en 1964 regresa a su tierra natal y un grupo de amigos sufragan los gastos de un panteón, hecho en mármol, que se sitúa en la misma entrada del cementerio de Vila Viçosa. Hoy en la población su presencia es abrumadora. Teatro, restaurante, escultura, calle, placas diversas. Un pueblo culto que la recuerda y está orgulloso de ella.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
Hola
ResponderEliminarEn su entrada hace referencia a dos artículos, uno de 1.921 y otro de 1.927, ¿tiene acceso a ellos?. Gracias
Un saludo
Si, por supuesto. Si me pasa una dirección de correo-e se los puedo facilitar
ResponderEliminarapadeba77@yahoo.es
ResponderEliminarEl de Augusto d´Esaguey he conseguido encontrarlo, el otro no.
Gracias
un saludo