viernes, 20 de abril de 2018

Madres presas

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- 20 abril, 2018 – 09:13

El pasado 14 de abril hubo actos en todo el país para conmemorar el 87 aniversario de la proclamación de la Segunda República. No busquen noticias de ellos en los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP), con credibilidad bajo mínimos, pues están para lo que están. Algunas manifestaciones y concentraciones han sido masivas, como las de Madrid, Oviedo, Sevilla o Zaragoza.


isidroSanchez

En la región destacan los actos celebrados en Albacete durante los días 10 a 28 de abril, con numerosa asistencia al que tuvo lugar el sábado 14 en el cementerio como homenaje a los valores republicanos y las víctimas del franquismo. El acto unitario, organizado por el Grupo de Amigos por la República “Antonio Machado”, contó con el apoyo de diversas organizaciones políticas, sociales y sindicales de la ciudad.

Madrid (14.4.2018)
Madrid (14.4.2018)

También se desarrollaron actividades republicanas en la provincia de Ciudad Real, como las de Puertollano. En el cementerio, componentes de la agrupación local del PSOE y de la asamblea Local de Izquierda Unida, junto a otras personas de asociaciones y movimientos de izquierda, han homenajeado a quienes “defendieron la libertad y la legalidad republicana”.
Pero es en Ciudad Real capital donde la celebración reviste una emotividad especial. Aparte del acto matutino en el cementerio municipal, por la tarde hubo una representación teatral, organizada por Ganemos, en el salón de baile del Antiguo Casino. Pilar Martínez mostró su vena interpretativa con Las madres presas, de Manuela Ortega Espinosa, historia real de resistencia y dignidad. Al terminar la representación la autora, junto a la actriz, dialogaron con el público asistente sobre la obra y la época. Y Manuela demostró con su gracejo y su memoria la buena cabeza que tiene todavía.

Cementerio de Albacete (14.4.2018)
Cementerio de Albacete (14.4.2018)

Los hombres encarcelados lo pasaron mal en aquella terrible posguerra, sobre todo en la ominosa década de 1939 a 1949, pero las mujeres muchas veces peor, al tener que sacar adelante hijos y casa. La autora ha declarado recientemente sobre las protagonistas que “Ni las torturas, ni la cárcel consiguieron derrotar a las madres, ni tan siquiera humillarlas. Pero sobre todo, no consiguieron doblegar lo que más las caracterizaba: su dignidad”.
La historia, muestra de entereza y solidaridad, narra la vida de dos familias y sus peripecias para sobrevivir. Josefa, militante del Partido Comunista de España, madre de una de las familias, con siete hijos, es apresada bajo la acusación de ayuda a la guerrilla y su marido también por no denunciarla. Otra familia de ocho hijos, con la viuda Aurora a la cabeza, queda en una situación desesperada cuando la madre entra en prisión por ser esposa de guerrillero.

Puertollano (Fuente: miciudadreal.es, 14.4.2018)
Puertollano (Fuente: miciudadreal.es, 14.4.2018)

Quince niños en la miseria, abandonados a su suerte. Pero desde la cárcel, las dos madres dirigen sus familias y deciden la unión de ellas en una misma casa. De la provincia de Jaén a Alicante, en función de las madres presas, y finalmente a Valencia, una vez liberadas las madres. Allí buscan oportunidades para alimentar a sus hijos y normalizar sus vidas. Lo consiguen, aunque siguen padeciendo la represión franquista hasta el final de la dictadura.
Contaba Manuela en el acto del sábado que, ya en la casa de la capital del Turia, llegaron a convivir 38 personas, ante la admiración de los vecinos, en una especie de comuna que mostraba la importancia de la unión y de la solidaridad. La obra es un homenaje a muchas mujeres anónimas que vencieron con su resistencia y consiguieron sacar las familias adelante, a pesar de pertenecer al bando de los vencidos.
Hasta aquí la emotiva obra interpretada por Pilar Martínez y legada por la memoria de Manuela Ortega. Pero se puede recordar la situación de las cárceles de mujeres gracias al testimonio de una presa británica, convertido en icono del régimen carcelario femenino, según Paul Preston (El holocausto español, 2011), que recordaba la frase de una carcelera: “Aquí dentro ‒le dijo la guardiana que le confiscó sus objetos personales‒ nada te pertenece, excepto lo que has comido. Y no siempre, porque a lo mejor vomitas”.

Pilar Martínez y Manuela Ortega (Fuente: miciudadreal.es, 14.4.2018)
Pilar Martínez y Manuela Ortega (Fuente: miciudadreal.es, 14.4.2018)

El mismo Preston recuerda en la citada obra que las mujeres sufrieron actos de crueldad considerable bajo el amparo de la retórica franquista de “redención”, como confiscación de bienes o prisión en represalia por el comportamiento de hijos o esposos. Viudas y mujeres de presos padecieron violaciones y vivieron en la más absoluta pobreza. Incluso, con frecuencia y por desesperación, tuvieron que caer en la prostitución para poder subsistir. El aumento de la prostitución, indica Preston, benefició a los franquistas en un doble sentido, pues además de aplacar su lujuria, confirmaba que las “rojas” eran fuente de suciedad y corrupción.
En ese sentido, se pueden recordar las lindezas que escribía sobre las mujeres el médico fascista Antonio Vallejo-Nájera, encargado por el Régimen de demostrar la inferioridad mental de las personas con ideología marxista, en su obra Psicología de los sexos (1944): “A la mujer se le atrofia la inteligencia como las alas a las mariposas de la isla de Kerguelen, ya que su misión en el mundo no es la de luchar en la vida, sino acunar la descendencia de quien tiene que luchar por ella”.
O las que decía el sacerdote de Agua en el suelo, película realizada en 1934 en defensa de la Iglesia católica y en contra de la República laica. Con su experiencia de confesionario afirma el clérigo que “en la tierra no hay más que un peligro, la mujer”. Mujer que, según el cura, es cólera, tifus, rayo, terremoto, peste, guerra y diablo. Las mujeres acababan de votar por primera vez en unas elecciones y eso desagradaba sobremanera a algunos sectores de la sociedad española.

Isidro Sánchez
 
Desde el revés de la inopia

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