miciudadreal - 13 diciembre, 2019 – 08:31
Es la tercera mujer en gobernar Finlandia y la más joven en ocupar el puesto. Además, la primera ministra más joven del mundo, según destaca la prensa. Se trata de Sanna Marin, socialdemócrata de 34 años cuyo nombramiento aprueba el Parlamento finlandés el pasado martes, 10 de diciembre. De los 200 miembros, 99 votan a favor, 70 en contra y treinta diputados están ausentes.

El escritor granadino describe así el ambiente que rodea a la finlandesa: “Hay muchas señoritas que viven solas como los hombres: unas vienen a estudiar o a pretender empleos; otras trabajan en oficinas públicas o privadas; dan lecciones de idiomas, de música, de pintura. Tienen sus amigos y dan pequeñas reuniones en las horas libres de trabajo o en los días de fiesta. No hay inconveniente en que una joven vaya a casa de un hombre soltero a dar lecciones o a tomarlas, ni en que a su vez invite a un amigo a tomar una taza de té y a charlar un rato”.

1920
Con la imagen de las mujeres proporcionada por Ganivet no extraña que las finlandesas sean las primeras europeas en conseguir el derecho a votar. Aunque, aparte de esa fotografía, es necesario indicar la cuestión de la organización femenina. En 1884 se funda la primera organización de mujeres, Asociación de Mujeres Finlandesas, y en 1892 el Movimiento Unido para los Derechos de la Mujer. Desde esas y otras organizaciones la lucha por el sufragio es importante. Por comparar con España, todavía tienen que pasar años para ver ese tipo de asociaciones. Sólo un dato, hasta 1887 no hay libertad de asociación en nuestro país.

Pues bien. Las primeras elecciones finlandesas en las que votan mujeres y hombres tienen lugar en 1907 y son un éxito. Vota casi el 71 por ciento del censo y no se registran irregularidades ni incidentes. Los socialdemócratas se convierten en el partido mayoritario, al obtener 80 de los 200 escaños. Se presentan 62 candidatas y son elegidas 19 (un 9,5 por ciento), la mayoría de ellas por el partido Socialdemócrata. Si seguimos con la comparación, hay que evocar que si los socialistas finlandeses ganan las elecciones en 1907 en España el primer diputado socialista no es elegido hasta 1910, año en que el tipógrafo Pablo Iglesias, gracias al voto de 40.899 personas, ocupa un escaño en el Congreso de los Diputados.

Preside un gobierno de coalición con cinco fuerzas políticas: Partido Socialdemócrata, Partido de Centro, Verdes, Alianza de Izquierdas (formada por Liga Democrática del Pueblo Finlandés, Liga Democrática de las Mujeres Finlandesas y Partido Comunista de Finlandia) y Partido Popular Sueco. Los cinco partidos están liderados por mujeres, cuatro de las cuales tienen menos de 35 años. Así, el nuevo Ejecutivo cuenta con una abrumadora mayoría de mujeres, doce de diecinueve, o sea, un 63 por ciento, casi todas menores de 35 años.
El Ministerio del Interior, cartera importante, está a cargo desde junio pasado de Maria Ohisalo, de 34 años, líder del Partido Liga Verde. El de Economía lo dirige Katri Kulmuni, de 32 años, cabeza del Partido del Centro de Finlandia. También 32 años tiene la presidenta del partido Alianza de la Izquierda, Li Andersson, ministra de Educación. Una abogada y política más veterana, Anna-Maja Henriksson, de 55 años, dirige la cartera de Justicia. (bbc.com, 9.12.2019).

Un último apunte. Aquí, en España, se hunde el mundo por la entrada de los “comunistas” en el gobierno, según los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP), en manos de los poderes económicos. Allí, en Finlandia, los comunistas entran en el gobierno y no parece que exista problema. Quizá sea porque creen en la democracia y en el diálogo entre diferentes. Aquí, los poderes económicos e importantes sectores mediáticos y políticos sólo creen en ella si controlan el cotarro. El diálogo para ellos es cosa de tontos. Creen en la imposición por uno u otro medio, pues es a lo que están acostumbrados. Algunos políticos, como Felipe González Márquez, capitalista y rey de las puertas giratorias, están de los nervios. Incluso, el socialista Emiliano García Page-Sánchez se permite realizar comentarios homófobos con la vaselina. Así estamos.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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