miciudadreal - 17 enero, 2020 – 08:33
Cuando la Real Academia concede el Nobel a Gerhart Johann Robert Hauptmann, Heraldo de Madrid (17.11.1912) se pregunta si ha influido en la decisión “la especie de alegato que en favor de Menéndez Palayo envían a Suecia los reaccionarios españoles”.
Hay que constatar –y no justificar– la postura contra Galdós por parte de la reacción. Ramón Pérez de Ayala describe a la perfección la importancia de su obra en la lucha contra el fanatismo: “Raro es el libro de Galdós donde no se insinúan o se desarrollan los términos cardinales en que debe estar planteado el problema religioso, en cuanto problema capitalmente humano. Por eso su obra es la mejor profilaxia contra el fariseísmo, contra la superstición y el fanatismo, contra el ascetismo. Aunque obra de creación, es, en el tuétano, obra de crítica, de contraste de valores y selección de los más serios y vitales, como lo es –como debe ser– la propia vida de los hombres dignos en sociedad” (El Sol, 27.12.1923). Rechazo del fanatismo, si, también de la superstición y de la intransigencia religiosa.
Pero no se trata sólo de la frecuente actitud crítica de Galdós en su obra. Lo que remueve a sectores conservadores, clericales y reaccionarios es su praxis política, sobre todo la toma de partido por el republicanismo primero y en favor de la Conjunción Republicano-Socialista a partir de 1909. Su carrera política, a la que no suele prestarse demasiada atención en las biografías, comienza a principios de los ochenta del siglo XIX. Se recuerda a continuación, con datos oficiales del Congreso (http://www.congreso.es/), la evolución de su presencia parlamentaria .
Se afilia al Partido Progresista de Sagasta y desde 1886 a 1890 es diputado por Guayama (Puerto Rico). Todavía funciona la vergüenza del sufragio censitario y en aquella circunscripción sólo figuran 118 electores, de los que votan 112, todos a Galdós. Sólo tienen derecho a voto los que cumplen ciertos requisitos, fundamentalmente tener un nivel económico elevado. Poco a poco el escritor evoluciona del monarquismo al republicanismo, sobre todo tras el estreno teatral en 1901 de su obra Electra, denostada por la prensa católica, con acaloradas críticas desde periódicos como El Correo Católico o El Siglo Futuro. Aunque no abandona el pensamiento liberal, pierde la fe en la burguesía como transformadora de España, corroída por caciquismo, oligarquía e Iglesia católica.
En 1907 encabeza la candidatura republicana por Madrid. Lógicamente, la prensa afín alaba al escritor metido a político. El diario republicano El País (16.3.1907) lo presenta así: “Galdós es un amante decidido –ahí están todos sus libros– de una España redimida por el trabajo y la cultura; de una España libre, alegre, rica, ilustrada, amable; de un Estado europeo emancipado de la tutela afrentosa del Vaticano. He ahí algo de lo mucho que significa D. Benito Pérez Galdós al frente de la candidatura republicana, candidatura franca, valientemente antivaticanista, antijesuitica, anticlerical”. Es preciso recordar que la postura del Vaticano, fielmente reflejada en la Iglesia católica española, es absolutamente contraria a la secularización de la sociedad y que en 1910 establece para todos los religiosos el llamado juramento antimodernista, mantenido hasta 1967.
Por el contrario, la prensa conservadora y católica siembra ataques sin fin. Por ejemplo, el diario tradicionalista El Correo Español (19.4.1907) le dedica estas lindezas: “Galdós, en ésta su tercera salida pancesca á la vida política, se mueve y se agita como un azogado para lograr un acta de diputado republicano por Madrid”. Y es que el escritor reprueba en sus artículos al tremendo cáncer del caciquismo, al que suma los que considera no menos importantes de clericalismo y ultramontanismo.
Es elegido diputado por Madrid con 16.879 votos, junto a los abogados republicanos Luis Morote y Greus (16.272) y Rafael Fernández Calzada (16.263). Después se suma al Bloque Liberal, que coaliga a liberales, demócratas y republicanos de tendencia moderada, encabezados por Melquíades Álvarez. Hace campaña por diferentes lugares de España hasta que el también denominado Bloque de Izquierdas se deshace.
Pero cuando se convierte en receptor de las iras de los elementos conservadores, clericales y reaccionarios es al figurar como presidente de la Conjunción Repúblicano-Socialista. En mayo de 1910 se ponen a la venta retratos de Galdós y de Pablo Iglesias al precio de diez céntimos y eso es algo que esos sectores no pueden tolerar, ellos, tan españoles y tan monárquicos. Además, encabeza la candidatura de concentración por Madrid, en la que figura también Pablo Iglesias, que obtiene el triunfo y todos los componentes son elegidos diputados. Galdós consigue el mayor número de votos y Pablo Iglesias, a pesar de su tercera posición, el menor, pero se convierte en el primer diputado socialista.
Las siguientes elecciones se celebran el 8 de marzo de 1914 y esta vez el escritor se presenta, ciego y con 71 años, por la circunscripción de Canarias y distrito de Las Palmas, bajo el paraguas del Partido Reformista, que su amigo Melquíades Álvarez pone en marcha en 1912. Con 11.204 votos es el candidato más votado. El 24 de marzo de 1914 es la fecha de alta, el 12 de mayo la de jura y el 16 de marzo de 1916 causa baja en el Congreso.
En suma, tanto la participación política de Galdós, expresada desde el republicanismo, como su crítica contra fanatismo religioso, egoísmo, superstición o prejuicios sociales, enfurece a la jerarquía eclesiástica, enerva a muchos grupos de la Iglesia y exaspera a los sectores más reaccionarios. Por otra parte, sus ideas y su práctica son aplaudidas por la sociedad liberal y progresista.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
e figura también Pablo Iglesias, que obtiene el triunfo y todos los componentes son elegidos diputados. Galdós consigue el mayor número de votos y Pablo Iglesias, a pesar de su tercera posición, el menor, pero se convierte en el primer diputado socialista.
Las siguientes elecciones se celebran el 8 de marzo de 1914 y esta vez el escritor se presenta, ciego y con 71 años, por la circunscripción de Canarias y distrito de Las Palmas, bajo el paraguas del Partido Reformista, que su amigo Melquíades Álvarez pone en marcha en 1912. Con 11.204 votos es el candidato más votado. El 24 de marzo de 1914 es la fecha de alta, el 12 de mayo la de jura y el 16 de marzo de 1916 causa baja en el Congreso.
En suma, tanto la participación política de Galdós, expresada desde el republicanismo, como su crítica contra fanatismo religioso, egoísmo, superstición o prejuicios sociales, enfurece a la jerarquía eclesiástica, enerva a muchos grupos de la Iglesia y exaspera a los sectores más reaccionarios. Por otra parte, sus ideas y su práctica son aplaudidas por la sociedad liberal y progresista.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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