El anticlericalismo de la época, que representa bien la obra de
Galdós, es propiciado por un clericalismo asfixiante. En el diario
católico El Siglo Futuro (23.2.1887), por ejemplo, se vierten
afirmaciones como esta: “El liberalismo es infaliblemente pecado”. Esa
idea se puede ver también en obras como El liberalismo es pecado. Cuestiones candentes (1884), título de un libro con un buen número de ediciones, muy divulgado por la prensa y traducido a varios idiomas.
Su autor, el
clérigo Félix Sardá y Salvany (1841-1916), escribe que el liberalismo, al que
llega a calificar de secta, es pecado tanto en el orden doctrinal como en el de
los hechos: “¿Qué es el Liberalismo? En el orden de las ideas es un conjunto de
ideas falsas; en el orden de los hechos es un conjunto de hechos criminales,
consecuencia práctica de aquellas ideas”. Incide y ahonda: “Más claro, en el
orden de las doctrinas el Liberalismo es la herejía universal y radical, porque
las comprende todas: en el orden de los hechos es la infracción radical y
universal, porque todas las autoriza y sanciona”.
El pater, en
el totum revolutum de Naturalismo, mete en el mismo saco a Racionalismo,
Socialismo, Revolución o Liberalismo. Todo es lo mismo para él, todos niegan la
fe cristiana. Incluso, el Liberalismo católico o Catolicismo liberal. El
Liberalismo práctico, dice Sardá, es un mundo completo de máximas, modas,
artes, literatura, diplomacia, leyes, maquinaciones y atropellos. Es el “mundo
de Luzbel, disfrazado hoy día con aquel nombre, y en radical oposición y lucha
con la sociedad de los hijos de Dios, que es la Iglesia de Jesucristo”.
Esa posición
del Vaticano y de la Iglesia española es la que critica el liberal Pérez Galdós
en sus escritos. Por ejemplo, en el episodio Cánovas (1912), sexta y
última novela de la quinta serie de los Episodios Nacionales, se puede leer lo
siguiente: “-Dos ideas son esas, ma cherie, que rabian de verse juntas.
¿Liberal y católico? ¡Pero si el Papa ha dicho que el liberalismo es pecado! Como
no sea que el Príncipe Alfonso haya descubierto el secreto para introducir el
alma de Pío IX en el cuerpo de Espartero...”.
El Catecismo y exposición breve de
la doctrina cristiana, compuesto por el jesuita Jerónimo Ripalda en 1616,
más conocido como Catecismo Ripalda, tiene múltiples ediciones. Pues
bien, la condena del liberalismo por parte de la Iglesia tiene la virtud de
potenciar al fascismo español y la primera edición del catecismo Nuevo
Ripalda en la España nueva se publica en 1937. En 1951 sale la
trigésimoquinta edición y durante gran parte del franquismo se siguen
presentando los denominados errores modernos condenados por la Iglesia,
concretamente catorce.
Son los
siguientes, por el orden en que figuran en el catecismo: Materialismo, Darwinismo,
Ateísmo, Panteísmo, Deísmo, Racionalismo, Protestantismo, Socialismo,
Comunismo, Sindicalismo, Liberalismo, Modernismo, Laicismo y Masonería. En
concreto el Liberalismo es descrito así: “Pecado gravísimo contra la fe. Enseña
que el Estado es independiente de la Iglesia, aunque el Estado debe sujetarse a
la Iglesia como el cuerpo al alma y lo temporal a lo eterno”. Parecidas
lindezas pueden leerse en el Catecismo patriótico español (1938) o en el
Catecismo de Cristo Rey (1951), base del nacional-catoliscismo
franquista. En este último llega a decirse que hay que procurar por todos los
medios, incluso la violencia, el triunfo de los derechos de Cristo y de su
Iglesia, “hasta poner a sus enemigos a sus pies”.
Pero, además,
la relación de Galdós con las mujeres hace que sectores católicos y
reaccionarios le consideren libertino y mujeriego por su vida sentimental que,
por otra parte, no se conoce bien. La estudia Manuel Herrera Hernández en “Amores, amoríos y
rumores en la vida de Galdós” (Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, 2009) y el lector interesado puede consultar en el enlace. Quizá su
relación con la escritora Emilia Pardo Bazán es la más conocida. Pero hay otras
como las que mantiene con Lorenza Cobián, con Concha Morell o Teodosia
Gandarias.
Algunos
autores identifican a Carmen Morell con la protagonista de la novela Tristana
(1892), que convierte en magnífica película Luis Buñuel Portolés (1900-1983),
en la que, además de contar la historia del libro, recrea el Toledo de los años
treinta del siglo pasado. Se trata de una muy personal adaptación de la novela
de Galdós estrenada en 1970, que Fernando Martínez Gil presenta así: “Podría
explicarse Tristana como un triángulo cuyos vértices estuviesen
constituidos por su director, Toledo y Pérez Galdós, el autor de la novela en
que se basa” (Con él llegó el escándalo. Una historia del cine y de los
cines en Toledo (1896-1936), Toledo, Almud, 2017).
Por todo ello
no es de extrañar que, como cuenta Almudena Grandes en el extra de la revista Mercurio
(Septiembre de 2018) dedicado al escritor canario, durante la primera sesión
celebrada en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria tras la victoria de
Franco, se acuerde solicitar al Registro Civil la eliminación de la inscripción
del nacimiento de Benito Pérez Galdós en la página correspondiente al 10 de
mayo de 1843. De esa manera, el escritor liberal, laico y republicano, único
autor que puede competir con Miguel de Cervantes por el título de gran
novelista español de todos los tiempos, como afirma Grandes, entra en el limbo
de la inexistencia oficial. Es difícil, escribe la escritora “concebir una
venganza peor”.
Finalmente, recordar que para conocer vida y obra de Galdós todavía
se puede visitar la magnífica exposición organizada por la Biblioteca
Nacional de España titulada Benito Pérez Galdós. La verdad humana
(1 de noviembre de 2019 a 16 de febrero de 2020). Comisariada por
Germán Gullón Palacio y Marta Sanz Pastor, abarca sus muy diferentes
facetas: literatura, música, periodismo, pintura, política o vida
sentimental, presentadas como “Las mil caras de Galdós”. Es una
panorámica cronológica de su vida con motivo del centenario de la
muerte, con más de doscientas obras entre esculturas, grabados, libros
impresos, lienzos y manuscritos de las colecciones de la Biblioteca y de
otras entidades españolas y colecciones privadas.
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