miciudadreal - 6 marzo, 2020 – 08:48
Los ingresos económicos de Emiliano García-Page Sánchez, presidente del gobierno de Castilla-La Mancha, proceden durante toda su vida de la actividad política, directamente del PSOE o de fondos públicos.
Después, según Wikipedia, todo llega concatenado: teniente de alcalde y concejal de Festejos en el Ayuntamiento de Toledo (1991-1993), consejero portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha –GCLM– (1993-1997), diputado por Toledo en las Cortes de Castilla-La Mancha –CCLM– (1995-2007), consejero de Obras Públicas del GCLM (1997-1998), secretario provincial del PSOE de Toledo (1997-2012), consejero portavoz del GCLM (1998-1999), consejero de Bienestar Social del GCLM (1999-2000), presidente del Grupo Socialista en las CCLM (2000-2001), consejero portavoz del GCLM (2001-2004), consejero de Relaciones Institucionales del GCLM (2004-2005), vicepresidente segundo del GCLM (2005-2007), concejal en el Ayuntamiento de Toledo y alcalde de Toledo (2007-2015), senador por designación autonómica (2011-2015), secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha (desde 2012), diputado por Toledo en las CCLM y presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (a partir de 2015) .
Y todo ello con la vista puesta, sobre todo desde 2015, no tanto en Castilla-La Mancha y en los problemas de sus habitantes, sino en Madrid, en la política nacional. Es uno de los barones socialistas con más presencia mediática en la capital del Reino, cosa difícil, gracias a sus posturas ultranacionalistas y a sus salidas de tono como, por ejemplo, la de la vaselina. Y gracias también a alguna mentirijilla, como la que lanza en 2017, órdago en toda regla según se escribe en ABC (1.4.2017): si Pedro Sanchez gana las primarias del 21 de mayo, no volveré a ser candidato del PSOE. Entonces está alineado con Susana Díaz y tiene, como la mayoría de los “jarrones chinos” socialistas, amplia presencia en La Brunete Mediática, es decir en los medios afines al Partido Popular.
Pues bien, esa trayectoria quizá impida ver que los sucesivos puestos ocupados en las diferentes administraciones se los pagamos los ciudadanos y que su actividad política debe dirigirse a servirnos. Tantos años en el poder lleva, en ocasiones, a un sentido patrimonialista del mismo. Hay que entender, que patrimonialismo es la condición del ejercicio del poder que hace pensar a su detentador que tiene la propiedad de bienes, servicios y personas relacionadas con su cargo. Puede llevar, no siempre, a la corrupción, al beneficio propio o a creer que no tiene que dar cuenta de sus actos, a pesar de que su cargo está remunerado por todos nosotros.
José Ramón Cossío Diaz, en un artículo titulado “La persistencia del patrimonialismo” (El País, 6.10.2015), analiza su presencia en nuestras sociedades democráticas y afirma que hay al menos dos razones por las que actualmente el patrimonialismo no se ve. La primera tiene que ver con su importante extensión. Políticos o funcionarios de distintos países realizan cotidianamente acciones de apropiación o de “indebido aprovechamiento de los bienes, servicios y personas que tienen encomendados”, cuya normalidad se asume como realidad. La segunda razón tiene que ver con la creencia de que el “patrimonialismo” sólo se encuentra en el pasado histórico. Sin embargo, dice Cossío, “la suposición de propiedad de lo público está tan presente en los regímenes democráticos, como lo estuvo o lo está en los despóticos”. Y así se entiende el ejercicio del poder y así se asumen sus beneficios.
Sólo teniendo presente esta cuestión previa se puede explicar la negativa de muchos políticos a hacer públicas determinadas cuestiones, a facilitar datos de la actividad administrativa. Page, por ejemplo, se resiste reiteradamente a hacer públicos los puestos de libre designación y ahora recibe un golpe su política de falta de transparencia (ver, por ejemplo, eldiario.es, 26.2.2020).
Efectivamente, el Juzgado contencioso-administrativo número tres de Toledo hace pública una sentencia el 19 de febrero pasado en la que estima de forma íntegra el recurso planteado por STAS-CLM Intersindical y condena al Gobierno de Castilla-La Mancha a proporcionar, en el plazo de dos meses, datos sobre los puestos de libre designación, comisiones de servicio y dotación de plazas de funcionario que este sindicato había solicitado sin conseguirlos. Se indica, además, que no entregar esa información atenta contra los derechos fundamentales y libertades sindicales.
Fuente: www.castillalamancha.es
La decisión, según puede leerse en la página Web de STAS-CLM, supone una condena a la política de opacidad y mal gobierno que desarrolla el gobierno de Page desde su llegada a la presidencia de Castilla-La Mancha, “al ocultar información determinante para el control de la política de personal llevada a cabo por el gobierno, sobre todo en los puestos discrecionales de la administración, cuyo dominio debería ser público, puesto que con dinero público se paga” (https://stas-clm.com/). Es preciso recordar que el sindicato solicita la información en escritos de 05.06.2018 y 18.06.2018 y, tras no recibir respuesta, vuelve a pedirla el 02.05.2019.
Pero no hay problema, el bombo y el autobombo es continuo. Por ejemplo, el 5 de marzo de 2020, la Web oficial del Gobierno regional presenta un carrusel de imágenes que se muestran de forma reiterada. Son seis, ocupan prácticamente toda la página y cuatro de ellas son del presidente, con estas leyendas: “García-Page reclama ‘unidad y cohesión’ en la defensa del agua y de los fondos europeos para seguir creciendo en ‘igualdad de oportunidades’”, “García-Page propone incorporar el Palacio Ducal de Pastrana a la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha”, “Artículo del presidente García-Page con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética” y “Castilla-La Mancha presentará un ambicioso Plan de Depuración antes de verano para 600 depuradoras y una inversión de 180 millones de euros en esta legislatura”.
¡Ay!, las cosas que se hacen con Drupal 7. Antes se utilizaba el efecto Lightbox para destacar una imagen, ahora sencillamente la fotografía ocupa toda la página. Un poquito de culto al líder sí que hay. Transparencia, menos.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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