viernes, 4 de noviembre de 2016

El nacimiento de una región

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- 4 noviembre, 2016 – 16:00
La primera iniciativa de prensa regional, con el título de El Banzo, se desarrolló en Cuenca tras la muerte del dictador. Desde 1975 hasta 1977 apareció mensualmente como “revista de información Regional” editada y dirigida por José Luis Muñoz, recientemente nombrado socio de honor de la Biblioteca Regional.

 isidroSanchez

Se trataba de “hablar de las cosas de Cuenca y, por extensión, de la región en que Cuenca se inscribe”, nacía con vocación de presente y anunciaba tiempo de cambios. Se afirmaba que era mejor elección que designación y se realizaban preguntas sobre nuestra región, posiciones que, no podía ser de otro modo, crearon quebraderos de cabeza a sus promotores.

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El Banzo. Mayo de 1976)

Sus páginas permiten hoy tener una idea de los primeros años de la transición en relación con la construcción regional. Por ejemplo, la revista publicó en su número correspondiente a mayo de 1976 un informe sobre la cuestión regional que incluía datos y opiniones diversas, entre las que destacaba una denominada “Declaración regional”, elaborada y firmada por un grupo de procuradores franquistas reunido en Mota del Cuervo (Cuenca) para tratar un tema de actualidad en aquellos momentos.
Por Albacete –entonces región con Murcia– asistió sólo Daniel Silvestre Morote, representante de diputaciones provinciales. Llegaron de Ciudad Real Fernando de Juan y Díaz de Lope Díaz (representante de diputaciones), Luis Álvarez Molina (representante del sector del Seguro), Francisco Bernalte Bernardo (alcalde), Luis Martínez Gutiérrez (representantes de la Familia), José Manuel Poveda Murcia (Asociaciones, Colegios y Cámaras) y Aníbal Arenas Díaz-Hellín (empresario del sector de Vid, Cervezas y Bebidas). De Cuenca Constantino Palomino de Lucas (representante de diputaciones), Juan José Alonso-Villalobos Merino (alcalde), José Emilio Sánchez Pintado (representantes de la Familia), Francisco Moreno Arenas (Presidente del Sindicato Nacional de la Vid, Cervezas y Bebidas) e Ignacio Basanta del Moral (Presidente del Sindicato Nacional de Industrias Químicas). Por Guadalajara Francisco López de Lucas (representantes de la Familia) y Antonio Lozano Viñés (alcalde). Y por Toledo José Finat de Bustos (representante de diputaciones), Antonio Hesse López (representantes de la Familia), José María Fernández de la Vega y Sedano (representantes de la Familia) y Rafael del Águila Goicoechea (Hermandad de Labradores y Ganaderos. Propietarios y cultivadores directos).
Es decir, los procuradores franquistas ya perfilaban en su reunión el nacimiento de una región como la que tenemos hoy, en la medida en que las entidades provinciales a las que representaban formarían después el ámbito territorial de Castilla-La Mancha.
En la revista se hacía un resumen de la situación que es útil recordar hoy: “Tres pilares firmes: Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Albacete, deshojando la margarita entre La Mancha y el Sureste. Guadalajara, a la expectativa. Y, en el fondo, Madrid”. Albacete, donde el sentimiento manchego era mayoritario, “entró” como se sabe en la región formada y Madrid “salió” de ella.

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La Declaración Regional (El Banzo, mayo de 1976)

Aparte de estas consideraciones sobre la configuración territorial de la región, el texto de los procuradores franquistas incidía en dos cuestiones importantes. Por una parte, la conciencia del atraso económico de la región en ese momento, de forma que la aspiración del progreso resultaba indesligable de cualquier tipo de planteamiento territorial y, en realidad, se convertía en su más pragmático impulso.
Por otra, se dejaba claro el rechazo a fórmulas federales que, desde los primeros tiempos de la transición, empezaron a barajarse en distintas partes de España, especialmente en las regiones con tradición nacionalista. “España no es un conjunto de nacionalidades” decían con vehemencia los procuradores de la región, anticipando justamente uno de los grandes debates en la redacción de la Constitución de 1978 que, como es sabido, reconoce precisamente lo contrario en su artículo 2, es decir, la coexistencia en España de nacionalidades y regiones, además de su derecho a la autonomía. Pero nada de naciones, cuestión que es hoy centro del debate político en lo que a configuración del Estado se refiere.
Hace unos días Pedro Sánchez Pérez-Castejón recuperaba en su entrevista con Jordi Évole Requena el concepto “nación de naciones”, defendido por el socialista Gregorio Peces-Barba durante el debate constitucional. Esa idea ha sido utilizada por diversos autores y sectores políticos desde que la construyera el socialista Anselmo Carretero Jiménez (1908-2002), defensor del castellanismo y de una España federal. Pero ya se sabe, para el rancio nacionalismo Español sólo existe una nación mientras que otros nacionalismos periféricos pugnan por el reconocimiento de sus naciones.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

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