miciudadreal - 25 mayo, 2018 – 09:51
Esta semana no toca escribir sobre el partido de la corrupción, a pesar de la sentencia de la Gürtel o la detención de Eduardo Andrés Julio Zaplana Hernández-Soro, político de larga trayectoria, de UCD y PP, y “fichaje-premio” sonado de Telefónica desde 2012 hasta su detención el 22 de mayo de 2018, acusado de blanqueo de capitales y cohecho. Es mejor recordar un hecho importante para la Región ocurrido en 1988.
El 21 de marzo de 1982 la revista Quercus publicaba un artículo en el que anunciaba que diversos grupos de defensa de la naturaleza habían enviado un escrito al ministro de Defensa y al general jefe del Estado Mayor del Aire pidiendo que en Cabañeros no se instalara un campo de tiro. Además, se incidía en los valores de uno de los espacios naturales mejor conservado de Europa.
Corría junio del año 1982 y el senador socialista por Ciudad Real Rogelio Borrás Serra recibió la respuesta a una pregunta al gobierno sobre conversión de la finca de Cabañeros en campo de tiro. La contestación habitual, cargada de verdades a medias: se está estudiando el tema pero se respetará fauna y fauna de la zona. En realidad, la decisión estaba tomada y a Castilla-La Mancha le había tocado la lotería en forma de bombazos. Allí hay pocos habitantes y son dóciles, tuvieron que pensar los prebostes militares y las autoridades competentes del Ministerio de Defensa, con el ministro Alberto Oliart Saussol, de UCD, a la cabeza.
Tras el triunfo electoral de los socialistas en octubre de 1982, en diciembre era nombrado ministro de Defensa Narcís Serra Serra, que se mantuvo en el cargo hasta marzo de 1991. Le correspondió el papelón de pilotar la política de su partido en relación a la OTAN, ya que el PSOE había defendido el lema “OTAN, de entrada no”. Además, ratificó la decisión anterior de instalar un campo de tiro en Cabañeros.
Lo anunciaba en el Congreso Sebastián García Tomás el 9 de marzo de 1983, de forma no oficial, según telegrama difundido por la agencia EFE: “Soy también consciente de los problemas del Campo de Tiro de las Bárdenas, y es consciente el Gobierno, por supuesto, que está dispuesto a desmantelar este polígono cuando entre en funcionamiento el Polígono de Caballeros”. Como se ve, el diputado socialista por Zaragoza no conocía ni el nombre de la finca. Era el comienzo de una gran movilización social en España, La Mancha y, sobre todo, en la provincia de Ciudad Real, donde funcionó el llamado Comité de Defensa de Cabañeros y después la Asociación para la Defensa de Cabañeros.
El movimiento ciudadano consiguió lo que parecía imposible, que un proyectado campo de tiro se convirtiera en espacio natural protegido. Por ejemplo, el 15 de abril de de 1983 se desarrolló un gran manifestación en Ciudad Real en contra del disparate planeado y el mismo día de la constitución de las Cortes de Castilla-La Mancha, el 31 de mayo de ese año, tuvo lugar en Toledo una manifestación contraria a tal pretensión ante la iglesia de San Pedro Mártir, donde se celebraba el acto.
Además, para desgracia de las políticas de defensa de los socialistas, recién llegados al poder, la organización ecologista Phoracantha ocupaba el 12 de mayo de 1983 la finca de Cabañeros, con el objetivo de impedir que el espacio natural de Ciudad Real se convirtiera en un campo de tiro para la aviación militar, e iniciaba la construcción de un poblado dentro de la finca, además de emitir un comunicado pidiendo apoyo para su acción al pueblo español. Fue el hecho que puso el tema de Cabañeros en los medios informativos nacionales.
Pero los socialistas tardaron en dar su brazo a torcer. Hasta 1988 no se produjo el vuelco. La presión de muy diversos sectores ciudadanos llevó al gobierno Bono a la aprobación del Decreto 95/1988, de 11 de julio, sobre declaración del Parque Natural de Cabañeros (Diario Oficial de Castilla-La Mancha, 19.7.1988). Supuso un primer paso de cara a la protección del entorno, que se completó con la ley 33/1995, de 20 de noviembre, por la que se declaraba a Cabañeros Parque Nacional (BOE, 21.11.1995).
En declaraciones a la agencia de noticias EFE, el entonces presidente de la Junta de Comunidades, José Bono, señalaba que la declaración de parque natural “se ha hecho a favor de la ecología, no en contra de nadie y compatibilizar los intereses de la ecología y la defensa nacional son las tareas de un gobierno democrático serio” (Lanza, 12.7.1988). Bono manifestó, por otra parte, que la posibilidad de que sea en Castilla-La Mancha donde se ubique el futuro campo de tiro del Ejército del Aire, “es muy alta, por su situación geográfica”. Anunciaba así la segunda parte de la decisión del ministerio de Defensa.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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