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miciudadreal - 1 junio, 2018 – 10:07
El paraje de Cabañeros debe su nombre a las cabañas de los antiguos
pobladores y es una muestra esplendorosa de la diversidad del bosque
mediterráneo. Situado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo,
abarca una superficie superior a las 40.000 hectáreas, que proporcionan
hábitat natural a casi trescientas especies de vertebrados. Allí,
precisamente allí, en el llamado “serengeti” manchego, decidió emplazar
un campo de tiro primero el gobierno de UCD y después el formado por
socialistas.
Es
una verdad a medias decir que el expresidente José Bono Martínez
impidió la instalación de un campo de tiro en Cabañeros. Yo me inclino
por la presión popular y las movilizaciones ciudadanas como elementos
primordiales para evitar tal desmán, que, eso sí, hicieron tomar partido
en contra al líder socialista. Por tanto, como se ha visto en el
artículo de la semana pasada, fue en realidad la presión ciudadana la
que impidió la ubicación en Cabañeros de un polígono de tiro. Pero es
que, además, a la vez que el entonces presidente anunciaba la
declaración del espacio como parque natural, avanzaba las próximas
líneas de actuación. Y las negociaciones entre Bono y el Gobierno
central implicaron necesariamente la aceptación por parte del primero de
una instalación militar en la Región.
Por eso, pocos días después se hacía pública la decisión de
establecer un campo de tiro en Anchuras, término municipal cercano a
Cabañeros y de similar ecosistema natural. El 20 de julio un real
decreto señalaba Anchuras como zona de Interés para la defensa nacional,
concretamente el espacio comprendido en las coordenadas geográficas 4°
49,3’O/39º 26,7’N; 4º 53,1’O/39º 24,2’N: 4º 57,2’O/39º 27,4’N; 4º
53.4’O/39º 30,3’N. (BOE, 27.7.1988)
El mismo día 20, el gobernador civil de Ciudad Real, Joaquín Íñiguez
Molina, convocaba al alcalde de Anchuras, Santiago Martín Campos, que
había encabezado en 1987 la candidatura IND-1 (Agrupación de Electores
Independientes de Anchuras), para hacerle saber la decisión
gubernamental e intentar neutralizar la oposición del pueblo. Incluso,
con viaje en helicóptero para ver en Madrid al ministro Narcís Serra.
Pero el alcalde no se doblegó y, por el contrario, lideró un intenso
movimiento de resistencia a la ubicación de las instalaciones militares,
apoyado fundamentalmente por organizaciones ecologistas y por Izquierda
Unida.
Íñiguez llegó a llamar “carroñeros” a los periodistas de la provincia
tras la decisión del Ministerio de Defensa de instalar un polígono de
tiro en Anchuras, pues la movilización aumentaba, como se puede ver en
el folleto reproducido junto a este artículo, con un dibujo de Forges.
Es sólo un ejemplo de la apasionada y honda oposición que se suscitó.
Recoge los actos desarrollados en Anchuras a finales de mayo del año
1989 y contiene una larga relación de artistas, poetas y cantantes que
se solidarizaron con esta reivindicación.
El Treviño manchego, así llamaba la prensa a Anchuras por aquellos
años, pues es una isla de la provincia de Ciudad Real enclavada en la
provincia de Toledo, se llenó de pancartas (por ejemplo, con la leyenda
“Anchuras está viva, no nos matéis”). Y premió claramente su lucha, al
obtener la Agrupación de Independientes de Anchuras (ADEIDA) por él
encabezada cuatro concejales en las elecciones de 1991, por dos el PSOE y
uno el PP.
Las municipales de 1995 fueron ganadas también por ADEIDA, con Martín
a la cabeza, pero este fue desplazado de la alcaldía a pesar de haber
obtenido 173 votos (3 concejales), frente a 145 (3) del PP y 52 (1) del
PSOE, pues el candidato del PP fue elegido alcalde gracias al voto del
concejal del PSOE.
Finalmente, tras la derrota electoral de los socialistas en 1996, el
gobierno del Partido Popular zanjó la cuestión renunciando a instalar el
campo de tiro en Anchuras. Dicha decisión se reflejó legalmente con la
aprobación del decreto del Ministerio de Defensa 863/1998, de 8 de mayo
(BOE, 23.5.1998) por el que se derogaba la declaración como zona de
interés para la defensa nacional del espacio comprendido entre las
coordenadas geográficas correspondientes al término municipal de
Anchuras (Decreto 811/1988, de 20 de julio).
Las municipales de 1999, con resultados similares a las de 1995,
tuvieron como consecuencia la vuelta de Santiago Martín a la alcaldía
gracias al pacto de ADEIDA con el PSOE. Y a partir de 2003 hasta 2015,
ya con Martín y los suyos en la órbita socialista, se repiten resultados
en cuanto a número de concejales, cuatro para el PSOE y tres para el
PP. Santiago Martín continúa en la alcaldía de Anchuras después de
tantos años. Cabañeros y Anchuras siguen manteniendo su ecosistema
tradicional, mientras que la necesidad perentoria de instalación militar
se logró parar gracias a la movilización.
Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia
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