viernes, 14 de febrero de 2020

Concepción Arenal, una precursora

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- 14 febrero, 2020 – 08:47

Hace algunas semanas traté el tema de mujeres disfrazadas de hombres por razones muy diferentes. Recordaba que Concepción Arenal asiste disfrazada de hombre y con el pelo cortado a las clases de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, hoy Universidad Complutense. Pues bien, el pasado 31 de enero se han cumplido doscientos años de su nacimiento y es pertinente evocar obra y pensamiento, aunque sea con unas pinceladas.
Concepción Arenal Ponte (El Ferrol, 1820 – Vigo, 1893) es, ante todo, una precursora: de la lucha por la igualdad, del feminismo, del tratamiento de los presos y de doctrinas sociológicas. Suya es la conocida frase “odia al delito y compadece al delincuente” y tiene calles dedicadas en un gran número de poblaciones, entre ellas Ciudad Real. Activista social, escritora, penalista y periodista, su figura es biografiada recientemente por Anna Caballé (Concepción Arenal, la caminante y su sombra, 2018), que recibe en 2019 el Premio Nacional de Historia de España por esa obra.
Primeras ediciones en 1869 y 1883
En 1870 funda La Voz de la Caridad, revista quincenal de beneficencia y establecimientos penales. Durante catorce años de vida desde sus páginas se denuncian abusos e inmoralidades en hospicios y en cárceles. Crea también la Constructora Benéfica, con el objeto de edificar viviendas para obreros y colabora en la recién creada institución de la Cruz Roja. En 1869 la duquesa de Medinaceli establece la rama femenina de la Cruz Roja y Concepción Arenal se vuelca en su organización. Dirige, durante la tercera guerra carlista, el Hospital de Sangre de Miranda de Ebro, donde se atiende a soldados de ambos bandos.
Fuente: Crónica (26-4-1931)
Sus escritos pioneros, sobre todo los dedicados a las mujeres, como La mujer del porvenir (1869) o La mujer de su casa (1883), adquieren más importancia si se rememora que en su época está muy extendida la visión que muestra lo conocido como inferioridad orgánica de las facultades intelectuales de la mujer, que sirve para justificar su inferioridad social. Las mujeres, en cuanto a sus facultades intelectuales, son presentadas generalmente como inferiores a los hombres. Y, ya se sabe, la idea propagada incesantemente por parte de la Iglesia de su papel en la sociedad, enfatizado por el franquismo durante tanto tiempo, como “ángel del hogar”.
Por ejemplo, M. Cacheiro Cardama comenta el libro La mujer del porvenir y expresa a las claras ese pensamiento: “por  disposición divina, tienen como misión principal en la sociedad el atender á las necesidades todas de la familia y al buen régimen doméstico, cual corresponde á excelentes madres y cristianas esposas, procurando con cuidado sumo cumplir los deberes que ambos conceptos abrazan” (Galicia, septiembre de 1887).
2018
Desde luego, Concepción Arenal combate esas ideas y hace afirmaciones entonces poco valoradas y en muchas ocasiones menospreciadas, pues se consideran resultado de necedad o locura. En La mujer del porvenir escribe, además de pedir para las féminas todos los derechos civiles, “Que la mujer puede ejercer todas las profesiones y oficios para que no se necesite mucha fuerza física ni sea un obstáculo la ternura de su corazón, ni tengan algo que repugne á su natural benigno”. Y expresa también “Que la mujer educada será más dulce, más benévola, porque la educación suaviza el carácter hasta de los irracionales”, “Que no hay incompatibilidad entre el cultivo de la inteligencia y los quehaceres domésticos” o “Que los hijos, en vez de perder, ganarán, cuando la madre pueda ejercer una profesión ú oficio lucrativo”.
En La mujer de su casa, obra en la que rectifica y corrige La mujer del porvenir, editada trece años antes, realiza también interesantes añadidos. Afirma que “la mujer de su casa” es un ideal erróneo, pues señala el bien  donde no está. Se corresponde con un concepto equivocado de la perfección, que es para todos progreso y que se pretende sea para ella inmovilidad.
Libro editado con motivo del bicentenario del nacimiento de Concepción Arenal (2020)
Su labor intelectual, como ocurre en otros casos, es más reconocida fuera de España que en su propio país. Por ejemplo, a pesar del apoyo de importantes personajes, no es admitida en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Tampoco se reconoce en toda su extensión la gran preocupación por los más desfavorecidos, a pesar de que preside su experiencia vital, como se manifiesta en su revista (La Voz de la Caridad, 15.3.1870). Allí se afirma que los desdichados son criaturas que sufren, no armas de ataque ni defensa –muchos políticos actuales pueden aplicarse el cuento–. Y los mismos que hacen la revista dicen que no tienen tan duro su corazón, ni tan baja su alma, para tratar de explotar el dolor del que sufre en favor de su escuela o su partido. Ese dolor, se concluye, a ninguno pertenece de forma exclusiva, “es patrimonio de la humanidad, y en nombre de ella hemos de hablar; no en el de las pasiones políticas”.

Isidro Sánchez

Desde el revés de la inopia

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