Pero lo terrible es que, a pesar de tanto sufrimiento, el conflicto
no sirve para solucionar los problemas de España, muy al contrario.
Cuando el historiador y diplomático Ángel Viñas Martín reseña en su
bitácora el libro La guerra civil española, 80 años después. Una guerra internacional y una fractura cultural
(2019), afirma que su lectura lleva a una desgarradora conclusión
final: “la guerra civil no resuelve los problemas reales del país y
supone un retroceso inaudito en todos los órdenes”. Efectivamente, la
regresión provocada por los militares africanistas con su golpe lleno de
fascismo tarda décadas en ser neutralizada y superada.
Entre las numerosas y muy diversas actividades desarrolladas durante
2019 con motivo de los ochenta años del fin de la guerra y el comienzo
del exilio republicano recuerdo sólo cuatro. El Centro de Estudios de
Castilla-La Mancha organiza una exposición con la guerra como
protagonista, que puede verse en la Facultad de Letras. Es el embrión de
la que desde el 25 de noviembre a 11 de diciembre se presenta en la
Université Clermont Auvergne, con el título de 80 ans après. La guerre civile espagnole (1939-2019).
El resultado de la colaboración entre la universidad francesa y la
Universidad de Castilla-La Mancha dedica atención al exilio republicano
en Francia.
2019
Otra muestra, en este caso al otro lado del Atlántico, se desarrolla
en Ciudad de México, sede de un numeroso grupo de exiliados. Hasta el 8
de diciembre se ha podido ver la muestra 80 años. Artistas del exilio español en México,
exposición del Museo Kaluz, dentro del marco de la conmemoración
nacional del ochenta aniversario de la llegada del buque Sinaia con los
primeros refugiados republicanos a México.
Esta exposición, con 167 0bras, es una selección de una treintena de
artistas entre los que se pueden recordar algunos: José Bardasano Baos
(Madrid, 1910 – Madrid, 1979), Enrique Climent Palahi (Valencia, 1897 –
Ciudad de México, 1980), José García Narezo (Madrid, 1922 – Xochimilco,
México, 1994), Elvira Gascón Pérez (Almenar de Soria, 1911 – Ciudad de
México, 2000), Kati Horna (Budapest, 1912 – Ciudad de México, 2000),
Josep Renau Berenguer (Valencia, 1907 – Berlín Este, 1982), Antonio
Rodríguez Luna (Montoro, 1910 – Córdoba, 1985), Lucinda Urrusti
(Melilla, 1929) o Remedios Varo Uranga (Anglès, Gerona, 1908 – Ciudad de
México, 1963).
Cartel
Es interesante también la exposición que se puede ver en la
Biblioteca Nacional de Madrid, desde el 5 de noviembre de 2019 hasta el 2
de febrero de 2020, acompañada por toda una serie de actividades
paralelas. Tras la caída de Barcelona los republicanos huyen hacia la
frontera con Francia y el departamento de Pirineos Orientales, que
entonces tiene unos 250.000 habitantes, recibe en pocas semanas a unas
500.000 personas. Pues bien, con el título de El exilio republicano de 1939, ochenta años después
y el comisariado de Manuel Aznar Soler y José Ramón López García, se
pretende reconstruir la actividad cultural desarrollada a lo largo de
1939 por el exilio republicano en las cuatro lenguas de la República
literaria: castellano, catalán, gallego y vasco. Además, quiere ser
también un homenaje a la memoria de los exiliados republicanos de 1939. Clermont-Ferrand (25.11.2019)
Finalmente, hay que citar la que tiene lugar en la sala de
exposiciones La Arquería (Nuevos Ministerios), organizada por el
Ministerio de Justicia, que se puede ver desde el 5 de diciembre de 2019
hasta el 31 de enero de 2020. Su título es 80 aniversario exilio republicano español y en realidad son tres muestras simultáneas: 1939 Exilio republicano español, La sangre no es agua (de Pierre Gonnord) y Caminos del exilio: La obra humanitaria y fotográfica de Philippe Gaussot.
Con ella se trata de dar a conocer diversos aspectos relacionados con
el exilio, así como algunas de las manifestaciones culturales,
artísticas y literarias más relevantes. En un magnífico catálogo,
con más de 700 páginas, se reúnen los trabajos de un buen número de
reconocidos especialistas, que ayudan a contextualizar una muestra cuya
contemplación merece mucho la pena. Exposición en el Museo Kaluz (Ciudad de México 2019)
Exposición en la Biblioteca Nacional de Madrid (2019)
La Mancha, por otra parte, está en deuda con el exilio por muchas
razones. Entre ellas una que atañe directamente a nuestra región. Muchas
de las personas que abandonan España colaboran en la divulgación de Don
Quijote y Sancho, mediante el uso de múltiples recursos. Además, como
escribe Miguel Cabañas Bravo en el catálogo citado, contribuyen a hacer
de Cervantes y su Quijote tanto símbolos como armas de la cultura
española en el exilio. Y es que, “además de acogerlos como fuentes de
inspiración, con su labor creativa ayudaron a convertirlos en combativos
iconos tutelares de los ideales, las convicciones y la españolidad que
compartieron en su destierro”.
5.12.2019 a 31.1.2020
En fin, hay que recordar que los exiliados elaboran su propia memoria
colectiva, aunque en España por desgracia es poco conocida, fuera de
los ámbitos académicos y de minoritarios sectores culturales o
políticos. Sólo una idea más. La historia de la cultura española del
siglo XX no puede entenderse, desde luego, sin considerar la aportación
de las miles de personas que abandonaron nuestro país al finalizar la
Guerra Civil. Pero esa contribución, además de evocarse y conocerse debe
ser reconocida.
En el año que ahora termina se cumplen ochenta años del fin de
nuestra última guerra civil y del inicio del exilio republicano. Cerca
de medio millón de españoles, que huyen de la represión y la muerte, se
ven obligados a salir de España por luchar contra el fascismo y defender
la democracia hasta las últimas consecuencias.
El éxodo está formado por arquitectos, científicos, cineastas,
dramaturgos, escritores, escultores, fotógrafos, historiadores,
juristas, literatos, músicos, pedagogos, pensadores, periodistas,
políticos, profesores o, sencillamente, hombres y mujeres leales a la
República. Este es, sin duda, uno de los acontecimientos más penoso de
nuestra historia reciente. Ediciones de 1937 y 1938
Con tal motivo, se realizan durante el año 2019 una serie de
actividades promovidas por muy diversas asociaciones e instituciones:
archivos, sociedades memorialistas, ayuntamientos, bibliotecas, centros
de estudio, filmotecas, grupos de investigación, ministerios, partidos
políticos, publicaciones periódicas o universidades (conferencias,
ciclos, congresos, documentales, ediciones, exposiciones, homenajes,
jornadas…) con las que se pretende desarrollar la investigación
relacionada con muy diversos aspectos del exilio republicano, además de
preservar y difundir sus legados y de la guerra.
1938
Ya conocemos las denigrantes e injuriosas fotografías que la
propaganda franquista y neofranquista realizan de los republicanos. Pero
esas imágenes tienen autores que las propagan a lomos del odio y la
mentira. Se puede recordar una muestra con la visión que Enrique Suñer
Ordóñez (1878-1941), médico, escritor y presidente del Tribunal Nacional
de Responsabilidades Políticas, traza de los republicanos en el libro Los intelectuales y la tragedia española
(1937), en el que se unen calumnias y simplezas para armar uno de los
ataques más furibundos dirigido a la Institución Libre de Enseñanza,
considerada por el catedrático de la Universidad de Madrid gran enemiga
de la tradición y de España.
Este largo párrafo es una síntesis de su pensamiento al respecto: “La
famosa libertad tan decantada por los demagogos, admiradores
hipócritas, inconscientes o ignorantes de la Revolución francesa, no ha
aparecido en ningún momento de la vida pública de estos hombres
horrendos, verdaderamente demoníacos. Sádicos y vesánicos unidos a
profesionales del hurto, de la estafa, del atraco a mano armada y del
homicidio con alevosía, han ocupado carteras de Ministros,
Subsecretarías, Consejos, Direcciones Generales y toda clase de puestos
importantes. Dentro de este cuadro vergonzoso hemos contemplado en el
agreste paisaje «jabalíes» y «ungulados» corriendo por el que fue
Congreso de los Diputados, en busca de víctimas propiciatorias de sus
colmilladas y de sus golpes de solípedos”. Patético.
1968
Muy diferente es la la mirada del escritor Max Aub Mohrenwitz (París,
1903 – Ciudad de México, 1972), cuando se refiere a ellos en su obra Campo de los almendros,
cuya primera edición publica en el exilio mexicano y que el hispanista
Ian Gibson considera la mejor novela del exilio español. Narra en ella
el caos, el horror y el pánico de los últimos días de la Guerra Civil en
Alicante y la tremenda represión de los días siguientes. El título está
relacionado con una explanada junto a la ciudad de Alicante, con gran
número de almendros, donde se improvisa un campo de concentración para
encerrar a los republicanos capturados en el puerto.
El párrafo que sigue es sólo una muestra: “Estos que ves ahora
deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar,
cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados,
son, sin embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de
España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus
manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos,
por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido,
sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que
ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio
muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor
del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides
nunca, hijo, no lo olvides”. Conmovedor.
1988
En el artículo de la semana pasada recordaba que en las primeras
elecciones de la Segunda República celebradas en 1931, el 28 de junio y
otros comicios parciales, son elegidas las tres primeras diputadas de la
Historia de España, pues por primera vez ellas pueden presentarse como
candidatas: Clara Campoamor Rodríguez (Madrid, 1888 – Lausana, 1972),
Victoria Kent Siano (Málaga, 1891 – Nueva York, 1987) y Margarita Nelken
Mansberger (Madrid, 1894 – Ciudad de México, 1968). Evidentemente, para
evitar el holocausto, en expresión de Paul Preston (El holocausto español: Odio y exterminio en la Guerra Civil y después, 2011), las tres tienen que huir de su país y mueren en el exilio.
Pero, además de exilio exterior, en nuestro país hay otro interior,
caracterizado por el forzado silencio. Suele definirse como la situación
de aislamiento, exclusión y persecución vivida por intelectuales y
escritores españoles próximos a la República que quedaron en el país
durante la represión que siguió a la victoria de los sublevados en la
Guerra civil española. Se puede ver el libro de Miguel Salabert
titulado, precisamente, El exilio interior (1988), en el que habla de un “verdadero autismo social”.
Dionisio Ridruejo Jiménez (1912-1975), poeta y ensayista, se refiere
al exilio externo y al interno al ocuparse de “La vida intelectual
española en el primer decenio de la postguerra” (Triunfo,
16.6.1972). Respecto al segundo escribe lo siguiente: “Esto para los que
quedaban o aparecían. ¿Pero cuántos quedaban? ¿Y cómo aparecían?
Muertos, depurados, inhabilitados o voluntariamente inhibidos, quedaban
fuera de campo quizá los dos tercios de nuestros universitarios,
profesores de instituto, maestros, investigadores, profesores,
escritores puros, divulgadores, traductores”.
Es la tercera mujer en gobernar Finlandia y la más joven en ocupar el
puesto. Además, la primera ministra más joven del mundo, según destaca
la prensa. Se trata de Sanna Marin, socialdemócrata de 34 años cuyo
nombramiento aprueba el Parlamento finlandés el pasado martes, 10 de
diciembre. De los 200 miembros, 99 votan a favor, 70 en contra y treinta
diputados están ausentes.
Evidentemente, parece lógico que ocurra en el país nórdico, si
recordamos con brevedad algunas cuestiones históricas con la mujer como
protagonista. El capítulo VIII del libro de Ángel Ganivet titulado Cartas finlandesas
(Granada, 1898) trata “Diversos estados sociales de la mujer: solteras,
casadas, viudas y divorciadas”. Escribe, como premisa, que la mujer
finlandesa sabe usar de su libertad. Incluso, dice más, que tiene la
“manía de la libertad”. Otra idea que expresa es que el finlandés cree
en la veracidad de la finlandesa y la finlandesa considera injurioso que
se dude de su proceder. Es inevitable la comparación con la mujer
española en los amenes del siglo XIX, cuya situación está a mucha
distancia de la finlandesa.
El escritor granadino describe así el ambiente que rodea a la
finlandesa: “Hay muchas señoritas que viven solas como los hombres: unas
vienen a estudiar o a pretender empleos; otras trabajan en oficinas
públicas o privadas; dan lecciones de idiomas, de música, de pintura.
Tienen sus amigos y dan pequeñas reuniones en las horas libres de
trabajo o en los días de fiesta. No hay inconveniente en que una joven
vaya a casa de un hombre soltero a dar lecciones o a tomarlas, ni en que
a su vez invite a un amigo a tomar una taza de té y a charlar un rato”.
1920
Con la imagen de las mujeres proporcionada por Ganivet no extraña que
las finlandesas sean las primeras europeas en conseguir el derecho a
votar. Aunque, aparte de esa fotografía, es necesario indicar la
cuestión de la organización femenina. En 1884 se funda la primera
organización de mujeres, Asociación de Mujeres Finlandesas, y en 1892 el
Movimiento Unido para los Derechos de la Mujer. Desde esas y otras
organizaciones la lucha por el sufragio es importante. Por comparar con
España, todavía tienen que pasar años para ver ese tipo de asociaciones.
Sólo un dato, hasta 1887 no hay libertad de asociación en nuestro país.
Olga Forslund, 1918 (Museo de la Ciudad de Helsinki)
Efectivamente, el sufragio realmente universal llega a Finlandia en
1906. Es decir, las mujeres pueden votar y, muy importante, también
pueden ser elegidas parlamentarias. En este sentido es preciso recordar
que en España el llamado sufragio universal se aprueba en 1890, pero
sólo posibilita votar a los hombres. Las mujeres tienen que esperar
hasta que durante la Segunda República se apruebe la ley que permite su
voto, que ejercitan por vez primera en las elecciones de 1933. No
obstante, en las elecciones republicanas de 1931 son elegidas las tres
primeras diputadas de la Historia de España, pues por primera vez ellas
pueden presentarse como candidatas: Clara Campoamor Rodríguez (Madrid,
1888 – Lausana, 1972), Victoria Kent Siano (Málaga, 1891 – Nueva York,
1987) y Margarita Nelken Mansberger (Madrid, 1894 – Ciudad de México,
1968).
Pues bien. Las primeras elecciones finlandesas en las que votan
mujeres y hombres tienen lugar en 1907 y son un éxito. Vota casi el 71
por ciento del censo y no se registran irregularidades ni incidentes.
Los socialdemócratas se convierten en el partido mayoritario, al obtener
80 de los 200 escaños. Se presentan 62 candidatas y son elegidas 19
(un 9,5 por ciento), la mayoría de ellas por el partido
Socialdemócrata. Si seguimos con la comparación, hay que evocar que si
los socialistas finlandeses ganan las elecciones en 1907 en España el
primer diputado socialista no es elegido hasta 1910, año en que el
tipógrafo Pablo Iglesias, gracias al voto de 40.899 personas, ocupa un
escaño en el Congreso de los Diputados.
Trece de las 19 mujeres elegidas parlamentarias, 1907 (Museo de la Ciudad de Helsinki)
Y ahora, Marin, feminista convencida y defensora de los derechos de
las minorías sexuales, llega a la jefatura del Gobierno. Es
vicepresidenta del SDP (Partido Socialdemócrata Finés) y representa al
ala más progresista y ecologista del partido, por lo que los analistas
auguran un leve giro hacia la izquierda para el resto de legislatura,
unos tres años y medio. Ministra de Transporte y Comunicaciones en el
anterior gobierno de Antti Rinne, quien dimite tras unos seis meses en
el poder, declara en varias ocasiones que lo más importante son los
hechos y no la edad o el sexo.
Preside un gobierno de coalición con cinco fuerzas políticas: Partido
Socialdemócrata, Partido de Centro, Verdes, Alianza de Izquierdas
(formada por Liga Democrática del Pueblo Finlandés, Liga Democrática de
las Mujeres Finlandesas y Partido Comunista de Finlandia) y Partido
Popular Sueco. Los cinco partidos están liderados por mujeres, cuatro de
las cuales tienen menos de 35 años. Así, el nuevo Ejecutivo cuenta con
una abrumadora mayoría de mujeres, doce de diecinueve, o sea, un 63 por
ciento, casi todas menores de 35 años.
El Ministerio del Interior, cartera importante, está a cargo desde
junio pasado de Maria Ohisalo, de 34 años, líder del Partido Liga Verde.
El de Economía lo dirige Katri Kulmuni, de 32 años, cabeza del Partido
del Centro de Finlandia. También 32 años tiene la presidenta del partido
Alianza de la Izquierda, Li Andersson, ministra de Educación. Una
abogada y política más veterana, Anna-Maja Henriksson, de 55 años,
dirige la cartera de Justicia. (bbc.com, 9.12.2019).
Sanna Marin, primera ministra finlandesa (elperiodico.com 9.12.2019)
Hay que ver la evolución del gobierno de Sanna Marin. Pero no cabe
duda que rompe moldes de todo tipo. Procede de un entorno humilde, hija
de madre soltera, criada por dos mujeres –madre biológica y su pareja–,
ecologista, feminista, defensora de las minorías sexuales, primera
ministra más joven o jefa de un gobierno formado por un buen número de
mujeres jóvenes. No cabe duda, las mujeres finesas rompieron moldes en
1906. Y vuelven a romperlos ciento trece años después.
Un último apunte. Aquí, en España, se hunde el mundo por la entrada
de los “comunistas” en el gobierno, según los Grandes Medios de
Persuasión y Propaganda (GMPP), en manos de los poderes económicos.
Allí, en Finlandia, los comunistas entran en el gobierno y no parece que
exista problema. Quizá sea porque creen en la democracia y en el
diálogo entre diferentes. Aquí, los poderes económicos e importantes
sectores mediáticos y políticos sólo creen en ella si controlan el
cotarro. El diálogo para ellos es cosa de tontos. Creen en la imposición
por uno u otro medio, pues es a lo que están acostumbrados. Algunos
políticos, como Felipe González Márquez, capitalista y rey de las
puertas giratorias, están de los nervios. Incluso, el socialista
Emiliano García Page-Sánchez se permite realizar comentarios homófobos
con la vaselina. Así estamos.
El franquismo, cuarenta cuatro años después de la muerte del
dictador, es un tema de estudio en muy diversos proyectos universitarios
de investigación. Igualmente es materia tratada en congresos, jornadas y
publicaciones científicas.
Pero es también, como afirma el profesor Julián Casanova en su
bitácora, “objeto de controversia política y de discusión pública, de
mentiras y propaganda, utilizado como instrumento de opinión e insulto
frente a la investigación y el conocimiento históricos”.
La Prensa (Santa Cruz de Tenerife 17.9.1936)
Intentar un acercamiento al pasado no debería provocar insultos y
exabruptos contra el historiador. Sin embargo, cuando el escrito no
resulta del agrado de algunas personas, estas, a veces, pasan a la
ofensa, al improperio e, incluso, a la injuria. No entran al análisis
del escrito, atacan de manera intensa al escritor, en este caso al
historiador. Allá ellas, si conciben así la relación del presente con el
pasado y no les importa perpetuar las mentiras.
Mentira como la que intenta propagar el fascismo español con la
muerte de Federico García Lorca (1898-1936). Ya vimos que a partir del
29 de agosto de 1936, once días después del fusilamiento, la prensa
republicana se ocupa del asesinato del poeta, primero con errores y
confusión, desde el 8 de septiembre con claridad y contundencia. Pero
desde el bando rebelde se observa con preocupación la reiterada
información generada sobre el tema, tanto en la prensa republicana como
en periódicos de otros países, y la mala imagen que puede dar de los
golpistas. Y, como ocurre después con el bombardeo de Guernica, del que
la propaganda franquista acusa a “los rojos”, se decide culpar del
asesinato de Lorca a los republicanos.
El Pensamiento Alavés (Vitoria 18.9.1936)
La máquina propagandística empieza a funcionar un mes después del
asesinato en Granada y el primer periódico –al menos el primero que yo
he visto– en achacarlo a los republicanos es La Prensa, diario
de la mañana editado en Santa Cruz de Tenerife: “DOS ESCRITORES
FUSILADOS. Radio Colonial Francesa.- Un comunicado de Havas dice que las
milicias marxistas fusilaron al poeta Federico García Lorca y al autor
de Nuestra Natacha, Alejandro Casona” (La Prensa,
17.9.1936). No sólo Lorca es fusilado, también Casona (Alejandro
Rodríguez Álvarez 1903-1965), que, como se sabe, tras estar en Madrid y
Valencia abandona España en 1937.
El Liberal (Murcia 22.9.1936)
Al día siguiente aparece la noticia en el tradicionalista de Vitoria El Pensamiento Alavés:
“Se dice y se sabe, que el poeta García Lorca ha sido asesinado por
elementos marxistas”. El 19, entre otros, el diario salmantino El Adelanto
repite la cantinela: “Se sabe que el poeta García Lorca ha sido
fusilado por los marxistas. Esta noticia ha causado gran impresión,
tanto por ser García Lorca un excelente poeta, como porque estaba
considerado como hombre de izquierdas, pues era el que dirigía el teatro
«La Barraca» de la F.U.E.”. El 20, con un suelto referido a Madrid, Extremadura,
diario de Cáceres insiste en que “los milicianos marxistas han fusilado
al poeta”. Y el 21, en parecidos términos, figura la mentira en el
bisemanario Labor, de Soria.
Vuelve El Adelanto a la mentira el día 22, con un cinismo
mayúsculo, al indicar que la emisora de Telégrafos de Madrid, “que es el
último alarido –por no decir el último rebuzno– del odio marxista”,
culpa del asesinato de Lorca a los fascistas. El mismo día, el diario Heraldo de Zamora
alude asimismo a la noticia de la emisora F.P. 1, de Telégrafos de
Madrid. En cambio, Lisboa, muy bien enterada, “asegura que fue muerto
por los rojos el pasado día 16 de agosto, al descubrirse el escondite
donde le tenía oculto un conocido comerciante madrileño amigo suyo”.
Por otra parte, durante unos días, la prensa republicana se hace eco
de unas declaraciones de Cipriano Rivas Cherif (1891-1967) en las que
afirma que tiene la impresión de que Lorca no ha muerto. Las he visto en
las ediciones del 22 de septiembre de 1936 de los diarios El Liberal y El Tiempo, de Murcia. Pero la impresión del escritor y periodista no tiene ningún viso de realidad a esas alturas.
El Bien Público (Mahón 29.10.1936)
Por fin, el 17 de octubre de 1936 Antonio Machado Ruiz (1875-1939)
publica “El crimen fue en Granada”, elegía con la que expresa el dolor
por la muerte de Lorca, elogia al poeta y realiza un profundo homenaje.
Es un estremecedor y extraordinario poema con el que trata de desmentir
todas las noticias sobre la muerte del poeta granadino en diversos
lugares y por parte de los propios republicanos. No, la muerte es en
Granada y es fusilado por orden de las autoridades franquistas. Aparece
por vez primera en el número 22 de Ayuda, semanario de la solidaridad y luego lo recogen El Mono Azul (22-10-1936) y un gran número de publicaciones periódicas, además de incluirse en La guerra (1936-1937), libro de Machado editado en Madrid en 1937.
En el otro bando, el periódico falangista de San Sebastián, Unidad,
publica el 11 de marzo de 1937, una sentida elegía firmada por Luis
Hurtado Álvarez (1917-1989), amigo de Lorca, titulada “A la España
imperial le han asesinado su mejor poeta”. El autor tiene problemas con
las autoridades franquistas, a pesar de este párrafo: “Yo afirmo
solemnemente, por nuestra amistad de entonces, por mi sangre derramada
en la más altiva intemperie de un campo de batalla, que ni la Falange
Española ni el Ejército de España tomaron parte en tu muerte. La Falange
perdona siempre; y olvida. Tú hubieras sido su mejor poeta; porque tus
sentimientos eran los de la Falange: querías Patria, Pan y Justicia para
todos”.
Unidad (San Sebastián 11.3.1937)
Ante este artículo, S. B. (Antonio Sánchez Barbudo, 1910-1995) escribe lo siguiente en la revista Hora de España
(Valencia, mayo de 1937): “Suponemos el asombro del lector, que será,
sin duda, tan grande como el nuestro. Y suponemos su ira ante tal
monstruosidad y cinismo”. El artículo de Hurtado, en suma, es una
muestra de la actitud camaleónica de la derecha, que, además, intenta
apropiarse simbólicamente de todo lo bueno del país. Sánchez Barbudo,
irritado y rotundo ante semejante cinismo, escribe: “Con el
procedimiento usado por un pedante así podríamos convertir
inmediatamente en fascista al mismo Lenin”.
Por cierto, en
un reciente artículo de Víctor Fernández (“Luis Hurtado: la pasión
oculta de Lorca”, La Razón.es, 26-11-2019) se puede leer lo
siguiente: “En los medios del bando franquista no se publicaría nada
sobre la muerte de Lorca hasta ese 11 de marzo de 1937”. Todavía, en
2019, se escriben mentiras como la aparecida en el diario
ultraconservador. Las referencias de este artículo, sólo algunas de las
muchas existentes, demuestran claramente la facilidad con que se intenta
cambiar la Historia en nuestro país.
El partido ultraderechista en ascenso, blanqueado por algunos de los
Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP), hace gala de un
discurso abiertamente identitario, homófobo, machista,
ultranacionalista, racista y xenófobo. Además, es una formación que
ataca derechos fundamentales, defiende y legitima el franquismo y
frecuentemente utiliza la mentira como arma política importante.
A ese blanqueamiento han ayudado periodistas que dirigen diversos
programas de televisión, como Mamen Mendizábal, Jordi González, Bertín
Osborne, Susanna Griso, Ana Rosa Quintana, Diego Revuelta o Pablo Motos.
Así lo muestra en un interesante análisis el periodista Eric Lluent,
titulado “Set moments televisius que han ajudat a blanquejar l’extrema
dreta” (Mèdia.cat, 12.11.2019). Lo que desconocemos es quién
lleva la iniciativa en esos programas de legitimación, los profesionales
o instancias superiores.
Fuente: docs.google.com
El tema de la mentira es recurrente en el fascismo de ayer y en la
ultraderecha 2.0 de hoy. En el caso español, a principios de noviembre,
más de 2.500 investigadores e investigadoras del ámbito de las ciencias
sociales suscriben un manifiesto en el que denuncian “el falseamiento y
la manipulación” de datos e informaciones de Vox. Lo hacen con otras
cuestiones, pero principalmente con temas sensibles como funcionamiento
autonómico, igualdad o inmigración. Se trata, afirman, de una
“estrategia” fundamentada “en una agenda ideológica de nacionalismo
extremo basado en la intolerancia, el racismo y la xenofobia” (eldiario.es, 7.11.2019). LEsquella de la Torratxa (Barcelona 3.9.1936)
Pero, ya se sabe, de casta le viene al galgo. La dictadura es, aparte
de sus horrores, una gran mentira, sólo creíble gracias a la tremenda
propaganda franquista. Lo dice muy claramente el hispanista británico
Paul Preston en su reciente libro: “La victoria del general Franco
supuso el establecimiento de un régimen de terror y pillaje que les
permitió, a él y a una élite de secuaces, saquear con impunidad,
enriqueciéndose, al mismo tiempo que daba rienda suelta a la ineptitud
política que prolongó el atraso económico de España hasta bien entrados
los años cincuenta” (Un pueblo traicionado, España de 1874 a nuestros días: corrupción, incompetencia política y división social, 2019). El Liberal (Murcia 5.9.1936)
Los servicios de propaganda del régimen eran maestros en utilizar la
mentira y “Franco mintió sobre casi todo”, como asegura el citado Paul
Preston en varias ocasiones. Por ejemplo, con el asesinato de Federico
García Lorca, acaecido el 18 de agosto de 1936, tras su detención. Es
conocido que el gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán consultó
con Gonzalo Queipo de Llano y Sierra lo que se debía hacer, a lo que el
marqués enterrado en la sevillana Basílica de la Macarena respondió:
“Dale café, mucho café”. Según el historiador Ian Gibson, se llega a
acusar al poeta de “ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos
por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser
homosexual”.
Nuestra Lucha (Murcia 8.9.1936)
Se ha dicho que hasta mediados del mes siguiente no empiezan a
difundirse los rumores sobre su muerte, de forma confusa. He realizado
un seguimiento en la prensa y no es así. Veamos. Ya el día 29 de agosto
–sólo once días después del fusilamiento– tanto el diario republicano El Día, de Alicante, como Nuestra Lucha,
portavoz murciano de la unidad obrera, publican la noticia de la muerte
de Lorca, aunque la sitúan en Córdoba y por orden del coronel Ciriaco
Cascajo Ruiz. El día siguiente, Nuestra Lucha (30.8.1936)
vuelve a ocuparse del tema: “Federico García, el bueno, Federico Garcia
Lorca, según las nuevas infaustas que nos angustian, ha muerto, fusilado
por los traidores”. Se habla de Lorca como “el bueno”, en
contraposición con Federico García Sanchiz, “el malo”.
Dos días después, el diario madrileño La Libertad (1.9.1936)
da la noticia con este titular: “Se asegura que los rebeldes han
fusilado al poeta García Lorca”. El breve texto es el siguiente:
“Guadix, 31.- Rumores procedentes del frente cordobés, que no han sido
hasta ahora desmentidos, dicen que por orden del faccioso Cascajo ha
sido fusilado el gran poeta Federico García Lorca”. También ABC, en Madrid, y La Vanguardia, en Barcelona, se hacen eco de la información. Como en Barcelona, el anticlerical y republicano L’Esquella de la Torratxa (3.9.1936).
UHP (Guadalajara 9.9.1936)
El 5 de septiembre la muerte de Lorca se extiende por la prensa editada en la zona leal. Nuestra Lucha
vuelve a ocuparse del tema con este titular: “Se tienen más noticias
acerca de las últimas hazañas de los leales y de las canalladas
cometidas por los facciosos, entre las cuales ocupa lugar preferente el
fusilamiento del gran poeta español Federico García Lorca”. En la
información se cita a un miliciano evadido de Granada, que no quiere
revelar su nombre para evitar represalias contra “su compañera y sus
padres”. Afirma, “de una manera rotunda e indubitable”, que Lorca no ha
sido fusilado en Córdoba, sino en Granada, “hará próximamente unos
quince días”. Es decir, ya se centra el lugar del asesinato en Granada y
se abandona la versión de Córdoba. Otros periódicos, como el diario de
la mañana El Cantábrico, de Santander, y El Liberal, de Murcia, se ocupan asimismo de la muerte del escritor.
Unos días más tarde, en el diario madrileño La Voz (8.9.1936), se confirma “la ejecución del gran poeta García Lorca”. El mismo día, Nuestra Lucha inserta un poema de Roger de Flor (Jesús Menchén Manzanares), publicado antes en el El Pueblo Manchego,
diario de Ciudad Real. Y durante los días 9 a 17 de septiembre la
muerte del escritor granadino se extiende por las páginas de los
periódicos republicanos, con la expresión del dolor y la repulsa por el
crimen.
Llega a mis manos un librito, editado en 1915, que leo con
atención. Su autor, que se oculta tras el seudónimo de Claror, elabora y
presenta al público una serie de reseñas biográficas, reunidas bajo el
elocuente título de Oro y Escoria. Semblanzas breves pero íntegras,
correspondientes a personas con alguna incidencia social durante aquellos
lejanos años.
Una de las biografías, que figura en el primer cuaderno de la serie
primera, me llama la atención. Se trata de la relativa a José Miranda
González y no resisto la tentación de transcribir un párrafo: “Como
republicano, de los mas radicales, obtuvo su primer acta de concejal y a
los pocos años militaba en la extrema derecha del partido conservador,
en el que ha reconocido, lo mismo que en el republicano y liberal, a
todos sus prohombres como jefes. Ha sido republicano de todos los
matices, liberal de todos los colores, anarquista, socialista,
integrista, tradicionalista y para terminar con los ista, pancista,
única idea a la que guarda fidelidad y consecuencia”.
1915
Además, se cuenta, que la víspera de unas elecciones, en época en que
puede “mangonear”, reúne en su despacho a “cuatro acaudalados
caballeros” y les dice que quien quiera ser diputado puede depositar en
el cajón de su mesa 5.000 pesetas. Todos las depositan y los cuatro son
elegidos. Esto es, dice el autor, “tener palabra… y poca vergüenza”.
Desde luego, no falta actualidad a biografías como la de don José.
Eso de cambiar de casaca, como se decía entonces, está también hoy a la
orden del día. Estamos, como siempre, en tiempo de trasvases políticos.
Estamos, una vez mas, utilizando una palabra coloquial que todos
entendemos, en temporada de “chaqueteros”. El fenómeno se muestra en
todo su esplendor y el chaqueteo (Cambio interesado, y a veces repetido,
de ideas o de partido, según la RAE) está de moda. Fuente: www.eldiestro.es (16.2.2019)
Un chaquetero importante, aparte de su calidad literaria, es José
Martínez Ruiz, más conocido como Azorín. Al principio de su carrera
literaria se muestra como escritor rebelde y revolucionario, en sintonía
con el anarquismo. Luego entra en política y es diputado conservador
por varios distritos. Después está cercano al dictador Primo de Rivera,
luego es republicano y durante la guerra vive en París. En el franquismo
alaba sin fin al principal “mártir” del Régimen, por supuesto también
al dictador, y en compensación es elevado a la categoría de símbolo, de
modelo de escritor, casi de mito literario.
El chaquetero, en las tres acepciones de la RAE (Que chaquetea, que
cambia de bando o partido; adulador; y dicho de una persona: servil o
rastrera), es toda una institución en la política española. Vaya por
delante el derecho que tienen todas las personas a militar en el partido
político que crean más conveniente. Hasta ahí de acuerdo y lo ampara la
Constitución. Es preciso aclarar también que en muchas ocasiones se
producen en los individuos evoluciones ideológicas, más o menos
sorprendentes, que les hacen cambiar de partido.
2003
Se conocen militantes procedentes de aquella Fuerza Nueva de Blas
Piñar, falangistas o antiguos simpatizantes de la extrema derecha, que
recalan en formaciones como el Partido Popular e, incluso, el Partido
Socialista. Todos sabemos de anteriores comunistas que militan en el
Partido Socialista e, incluso, en el Partido Popular. También algún
antiguo pepero ha llegado a partidos de la izquierda. Es posible
asimismo ver hoy en el partido ultraderechista a antiguos militantes del
PP.
Advertimos cosas sorprendentes en el terreno político y en su aspecto
mas vistoso, o sea, en las diversas candidaturas. Se producen trasvases
variados pues el chaquetero, no hay que olvidarlo, es acomodaticio,
adaptable, arribista, camaleónico, cínico, interesado y oportunista. Lo
mismo dice una cosa que dice otra y en política salta de cama en cama.
No merece la pena recordar muchos nombres de los que, en el argot
político y con cierta cursilería, se denominan tránsfugas. Pero parece
inevitable citar algunos.
El viaje desde el comunismo hasta el ultraderechismo de Federico
Jiménez Losantos o Fernando Sánchez Dragó es un ejemplo muy conocido.
Los tránsfugas Eduardo Tamayo Barrena y María Teresa Sáez Laguna son
protagonistas principales del denominado tamallazo (2003), que propicia
la elección de Esperanza Aguirre y Gil de Biedma como presidenta de la
Comunidad de Madrid.
Los nombres de José Ramón Bauzá Díaz, Celestino Corbacho Chaves, Íñigo Errejón Galván, Joan Mesquida
Ferrando o María Soraya Rodríguez Ramos están entre los últimos
políticos que han practicado el chaqueteo. Lo de Rosa María Díez
González pidiendo el voto para el Partido Popular es un clara muestra de
transfuguismo político. Sólo hay que recordar que es militante del
Partido Socialista Obrero Español hasta 2007, formación con la que llega
a ser diputada foral de Vizcaya, parlamentaria del Parlamento Vasco,
consejera del Gobierno Vasco (1991-1998) y europarlamentaria
(1999-2007). Después es cofundadora del partido Unión Progreso y
Democracia, del que es la figura más destacada desde su creación hasta
julio de 2015.
Los protagonistas de los trasvases, hablan, y no paran, de lo
insoportable de su situación anterior, de su afán por dignificar la vida
política, de su gran fe democrática... ¿Buscan sólo el oro del
que habla el ya citado Claror? Se desprenden de la escoria sus
anteriores formaciones políticas? En algunas cosas hemos cambiado poco. Oro y escoria, chaqueteros, como en aquellos lejanos tiempos. Por cierto, ¿Cuántos de estos chaqueteros son fundamentalmente pancistas?
Ha muerto el prestigioso hispanista estadounidense Gabriel
Jackson (1921-2019), discípulo de los grandes historiadores Jaume Vicens Vives
(1910-1960) y Pierre Vilar (1906-2003), verdadera autoridad en historia de
España de los años treinta del siglo pasado y víctima del maccarthismo por su
defensa de los derechos civiles. Su obra La República española y la guerra
civil aparece en 1965, es traducida al castellano dos años después y
editada en México por Grijalbo, pero no llega a nuestro país hasta 1976, ya
muerto el dictador.
La República, defiende Jackson en el libro, tiene desde el principio
muy pocas posibilidades de sobrevivir, como evoca Julián Casanova
(“Historiar la primera democracia española”, El País,
7.11.2019), debido a la “hostilidad del mundo financiero”, en el que
anidan los grandes nacionalistas españoles. El catedrático de la
Universidad de Zaragoza recuerda también que la República es para
Jackson “la primera democracia de la historia de España”, destruida por
el fascismo travestido después en franquismo, es decir, termina, como se
sabe, con el triunfo del nacionalismo más radical.
Fuente: Informe de Oxfam Intermón nº 53 (Octubre de 2019)
¿Dónde están hoy los grandes patriotas españoles? Están en mayoría en
los partidos de la derecha, PP, CS y VOX. Últimamente muy activos y
relanzados gracias a la situación en Cataluña. Pero la cuestión catalana
no es algo nuevo. Desde el siglo XIX hay un problema endémico que es el
de la coexistencia de los nacionalismos periféricos con la idea de
España que tiene el nacionalismo español. Tras la dictadura, los
partidos nacionalistas vasco y catalán actúan como bisagra y favorecen
la formación de gobiernos. Hasta el fin del bipartidismo, cuando esa
situación cambia. Además, la crisis económica de 2008 ayuda a explicar
el auge del independentismo en Cataluña, que ha duplicado en pocos años
su presencia parlamentaria y su influencia en la sociedad.
Fuente: Informe de Oxfam Intermón nº 53 (Octubre de 2019)
Pero esa derecha y ultraderecha política no es nada sin el apoyo
entusiasta de los patriotas del dinero, de la oligarquía que
tradicionalmente controla el país. Camarilla que propicia que hoy las
empresas del IBEX 35, por ejemplo, mantengan 805 filiales en paraísos
fiscales, según el Informe de Oxfam Intermón nº 53 (Octubre de
2019). Pandilla que hace hablar a sus Grandes Medios de Persuasión y
Propaganda (GMPP) de España y de la Patria como bien supremo y consigue
falsear temas que afectan a la mayoría de la población. Grupo que sigue
apostando por un modelo social caracterizado por la búsqueda de
rentabilidad en el corto plazo, por la combinación de altos beneficios y
bajos salarios, por la no contribución a una prosperidad sostenible y
compartida para todos. Conciliábulo de poderosos que evaden los
impuestos que pueden, legal o ilegalmente, mientras alaban a la patria.
Fuente: Annual report (ACER-CEER octubre de 2019)
El citado informe es demoledor con la actividad de las grandes
corporaciones y su falta de transparencia: “La primera dificultad con
que nos hemos encontrado es que las empresas aportan esta información de
manera muy desigual y, en general, de manera poco consistente, lo que
complica enormemente realizar comparativas. A pesar de ello, las
conclusiones del análisis apuntan a que las empresas del IBEX 35
propician el aumento de las diferencias, al priorizar atender el interés
de los miembros de los estratos más favorecidos, sus accionistas, en
detrimento de la gran mayoría, formada por las personas que trabajan en
estas empresas, sus proveedores y consumidores, y la sociedad en
general”.
Esos grupos económicos consiguen imponer sus políticas económicas
gracias a herramientas diversas. Desde el control de los citados GMPP
–ya se sabe, la manipulación mediática, según Noam Chomsky, “hace más
daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros”– hasta la
potenciación de las “puertas giratorias” –con José María Aznar López
(Endesa) y Felipe González Márquez (Gas Natural Fenosa) como máximas
expresiones de ellas–, pasando por la presencia mediática casi única de
los economistas del establishment, el escaso pago de impuesto en
comparación con los grandes beneficios, el agrandamiento de los créditos
fiscales en detrimento de la recaudación por el impuesto de sociedades o
la insistencia en mantener la brecha salarial de género.
Precio de la electricidad en los hogares. Fuente ACER-CEER
Los negocios del grupo de eléctricas y gasísticas son un buen
ejemplo. Según la Agencia Europea de Cooperación de Reguladores
Energéticos (ACER) y el Consejo de Reguladores Europeos de la Energía
(CEER) los hogares españoles pagan la mayor subida de la luz en la Unión
Europea. El recibo aumenta un 66,3 por ciento entre 2008 y 2018, como
puede apreciarse en la tabla adjunta, porcentaje muy superior a la
media, 28,2. Por otra parte, la subida para la industria, 22,9 por
ciento, es la sexta más elevada, aunque muy lejos del 1,4 de media en la
UE. Algo similar ocurre con la subida del precio del gas, la tercera
más alta con un 25,4 por ciento en el mismo período, sólo por detrás de
Francia (29,9) y Croacia (32,4), muy lejos de la media (9,1). Respecto a
los consumidores industriales en la UE los precios han caído en la
última década un 19 por ciento, mientras en España han subido un 2,4. La
labor de los González y los Aznar, como puede apreciarse, ha sido
magnífica para las empresas y nefasta para la mayoría de la población.
Pero la operación con los bancos se lleva la palma en los años de
crisis. Recordemos algunas noticias para ver la dimensión de la
inverecundia en España en comparación con otros países europeos: “El
Commerzbank alemán devuelve US$ 20.400 millones al Estado” (Infobae.com, 6.4.2011); “ING devuelve a Holanda los 10.000 millones de su rescate” (Expansión.com, 7.11.2014); “Londres recupera los 23.800 millones del rescate del Lloyds y gana casi 1.000 millones” (El País.com,
17.5.2017). España es otra cosa y los de siempre ganan como siempre:
“El Banco de España da por perdidos 60.613 millones del rescate y no
asume errores” (eldiario.es, 16.6.2017) o “El Estado pierde el 90% del dinero del rescate bancario y va a más” (elmundo.es, 26.3.2019).
Precio del gas en los hogares. Fuente ACER-CEER
Está claro que para ellos la patria es “su” España, considerada suya
de forma excluyente. El patriotismo del dinero es sólo una cosa que los
“antipatriotas” les achacan, pues su nacionalismo españolista, dicen, es
inconmensurable. Que las clases populares sufran en nuestro país la
mayor crisis social de los últimos cuarenta años, resultado de las
políticas neoliberales, a ellos les da igual; que su bienestar social
descienda de manera importante a ellos les trae al pairo. Esos sectores
tan patrióticos, según afirman, no tienen cultura democrática, dado que
hacen siempre lo que les viene en gana.
Por lo demás, como al verdadero poder en España no le gusta el
resultado de las elecciones ya se han celebrado cuatro en cuatro años.
La situación ahora se caracteriza por más diversidad y más complejidad.
Vox gana terreno, con el abrazo al nuevo nacionalismo españolista y al
populismo, y lo pierde, de manera estrepitosa, Ciudadanos. Y es que
parece que el Ibex 35 ha abandonado al partido veleta. Incluso lo dice
Juan Carlos Girauta Vidal, que no logra revalidar el escaño por la
provincia de Toledo: los resultados suponen un fracaso sin paliativos,
dice, y culpa “a un movimiento telúrico” (eldigitalcastillalamancha.es,
11.11.2019), propiciado por la banca y las multinacionales, además de
tener en contra a todos los medios de comunicación.
Los
patriotas del dinero se radicalizan y sus GMPP blanquean a Santiago
Abascal Conde de manera vergonzante y el efecto es una importante subida
en diputados. Pero hay que recordar que esas élites económicas subieron
a Alberto Carlos Rivera Díaz al séptimo cielo y ahora le dejan caer a
los infiernos.
La izquierda cainita a lo suyo, a la división, aunque parece que los
de Pablo Iglesias Turrión ganan la partida a los de Íñigo Errejón
Galván, a pesar del decidido apoyo de los GMPP a la fracción del
politólogo. Por otra parte, hay que esperar noticias del sueño de Pedro
Sánchez Pérez-Castejón a partir de ahora. La pérdida de treinta y cuatro
parlamentarios (3 diputados y 31 senadores) por parte del PSOE y de
siete por UP ha tenido el efecto de facilitar el fulgurante y rápido
preacuerdo entre ambas fuerzas políticas.
Muchos patriotas de antaño, generalmente de familias
pudientes, “aman” tanto a España que cuando la cosa se pone mal y llega la
guerra impiden a sus hijos defender a la patria. Sencillamente, no se
incorporan al ejército. Otros muchos, incluso, hacen lo mismo aunque sin
conflicto bélico. Para ello sólo tienen que pagar una cantidad de dinero que
libra legalmente de hacer el servicio militar.
Es la denominada redención a metálico, importante desigualdad de
clase que lleva a los hijos de los pobres a la guerra y mantiene en casa
a los vástagos de los ricos. Efectivamente, en 1878 se instaura la
posibilidad de la redención mediante el pago de 2.000 pesetas y en 1885
se establecen dos cuotas distintas, 1.500 si el mozo tiene que hacer el
servicio en la Península y 2.000 si tiene que prestarlo en África o
Ultramar, cantidades que permanecen invariables hasta 1912.
Colección particular
Recordemos uno de aquellos certificados, entregado a cambio de tal
“sacrificio”, que reciben los mozos de las familias, normalmente lo más
granado del nacionalismo español del momento, tras el pago de una
importante cantidad. La certificación del Teniente Coronel de la Caja de
Recluta de Ciudad Real muestra cómo una persona, tras el abono
correspondiente, evita servir a la Patria. Comienza exactamente así:
“Certifico: Que el recluta del reemplazo de 1904 (...) ha entregado en
Caja el día veintisiete una carta de pago original, fecha 27 de
septiembre de 1905, expedida por la Delegación de Hacienda de esta
capital y señalada con el numero 44, en la cual consta haber consignado
en la Caja de dicha dependencia la cantidad de mil quinientas pesetas,
con destino a redimirse del servicio militar activo en el reemplazo
actual...”.
Mozos redimidos
Al mismo tiempo, los pobres, que no pueden pagar esa cantidad,
engrosan las filas de un ejército defensor de la Patria, según se dice
constantemente, aunque en realidad ampara intereses económicos de unos
pocos. Las cifras que aparecen en la tabla adjunta puede dar idea de la
situación. Los datos de AC (https://almirantecervera.com/,
consulta el 3.11.2019) muestran que cerca de cinco mil mozos se libran
de la mili en 1891, casi diez mil en 1894, con motivo de la campaña de
Melilla. Durante el año siguiente el número de no incorporados al
ejército aumenta considerablemente al comenzar las hostilidades en Cuba y
la cifra llega a su punto culminante en 1898, cuando 23.284 hijos de
grandes nacionalistas españoles no pueden defender a la Patria.
Los hijos de los ricos se libran de ir al ejército gracias a su
dinero, aunque con frecuencia tienen la palabra España en la boca, pero
los pobres también lo intentan. Sobre esa cuestión tengo la fortuna de
leer hace tiempo una interesante novela. Recuerdo que un largo viaje en
tren me permite “devorarla” de una vez, como se leen las obras que
apasionan. El profesor Carmelo Romero Salvador, escribe un libro con
raíces en nuestro pasado, una novela histórica titulada,
significativamente, Calladas rebeldías, publicada en Soria por el autor en 1995 (Y después por Prames en ediciones de 1998, 1999, 2010 y 2015).
2010
Se puede leer en ella las aventuras y desventuras del tío Cigüeño,
hijo del Renegrido y la Centena, su vida en un pequeño pueblo
castellano, su filosofía sobre la Iglesia y, entre otras cuestiones,
como se las apaña “para librarse del matadero”. Y contando las
peripecias del tío Cigüeño, el historiador –el oficio de
Romero–, describe las diferentes formas que nuestros abuelos utilizan
para librarse del servicio militar. Los que disponen de posibles pagan
la cantidad estipulada, como se ha visto, y santas pascuas. El problema es, como siempre, para los humildes.
Y... ¿qué pueden hacer los pobres? Unos, sencillamente, no tienen que
incorporarse legalmente pues son hijos de viudas, de sexagenarios o no
dan la talla. Otros, desaparecen. Los residentes en poblaciones costeras
lo tienen más fácil, pueden subir a un barco y viajar a América. Pero
los que viven en el interior prácticamente sólo tienen la opción de
“echarse al monte”. Las páginas de los boletines oficiales de nuestro
belicoso siglo XIX y parte del XX están repletas de requisitorias para
la búsqueda de prófugos.
1930
Otros tratan de utilizar los resquicios de la ley para evitar el
largo y peligroso servicio militar: se cortan el dedo índice, se sacan
el ojo derecho, se arrancan algunos dientes... El tío Cigüeño
se libra de la mili con un método más ingenioso: empequeñece para no dar
la talla. Una vez en el monte, se puede leer en el libro, llena las
alforjas de pedruscos, los carga sobre ambos hombros y a cuidar las
ovejas. El día de la talla se apunta, tras varias mediciones, un metro
cuarenta y nueve centímetros.
Esos patriotas del dinero se dedican históricamente a obtener
beneficios, que en realidad es lo que les importa, con el vocablo España
siempre en la boca. Manuel Azaña, como presidente del Ateneo de Madrid,
en su discurso de la sesión de apertura de curso el 20 de noviembre de
1930, identifica a esa minoría en referencia a mediados del siglo XIX,
pero se puede extender a otras épocas en lo que respecta al
aprovechamiento del poder para beneficio propio y de los grandes
capitales: “Bajo la férula del moderantismo, lo más granado de la
sociedad española se aplica a vendimiar el poder, haciendo bueno el
apóstrofe de Javier de Burgos: ¡Hay mucha gloria que conquistar; mucho
dinero que ganar!” (Tres generaciones del Ateneo, Madrid, 1930).
2018
Se trata de una oligarquía preocupada, según manifiesta con
entonaciones diversas, por Dios, Patria, orden y propiedad y que huye
como de la peste de cultura, reflexión y pensamiento. Pero lo que
realmente le importa son sus negocios y la forma de aumentar los
beneficios, a costa de lo que sea. Y si no hay otra forma de mantener
sus privilegios, tampoco le hace ascos a la utilización de la fuerza
militar.
Y también están los jefes patriotas presentes en el ejército,
demasiadas veces preocupados en desarrollar la forma más eficaz de
obtener ganancias, aunque sea a costa de sus inferiores. Arturo Barea
Ogazón (1897-1957) describe en su obra, publicada en principio en
Londres, la situación durante la guerra de África: “Y para escapar a mí
mismo, comencé a hablar. Les conté lo que había visto con todos sus
detalles; les hablé de los muertos de Melilla, de los moribundos del
hospital de Tetuán, del hambre y los piojos, de las judías agusanadas
cocidas con pimentón, de la vida miserable de los soldados españoles y
de la desvergüenza y de la corrupción de sus jefes” (La forja de un rebelde, 1940-1945).
Barea habla de acabar con esa situación: “Los otros, los otros, los
herederos de la casta que había regido España durante siglos, los que yo
había conocido manejando la guerra en Marruecos, con su corrupción
estupenda, con sus glorias retiradas, cebándose en latas de sardinas
podridas, en sacos de judías llenos de gusanos: esto era lo que había
que combatir”. Los españoles intentan luchar contra ese estado de cosas,
pero los militares facciosos y africanistas protagonizan un golpe de
fuerza en julio de 1936. Por cierto, que Alejandro Amenábar describe de
forma magnífica en su película Mientras dure la guerra para el caso de Salamanca.
Hace pocos días fallecía el
gran historiador Santos Juliá Díaz (1940-2019). Sus investigaciones históricas
son muy importantes, pero quiero destacar hoy su interés por estar presente en
la prensa con sus trabajos de divulgación, actitud no muy extendida entre el
profesorado universitario. Y es que ese mundo está demasiado encerrado en la
Academia y, además de impartir docencia e investigar, es necesaria una labor de
divulgación para intentar devolver a la sociedad una parte de lo mucho que la
Universidad recibe de ella.
No obstante, también es cierto que los Grandes Medios de Persuasión y
Propaganda (GMPP) no cuentan habitualmente con profesores
universitarios, como sí ocurre en otros países. Personas especializadas
en las diversas materias pueden trastocar el mensaje mentiroso que
trasladan y prefieren a dóciles tertulianos, generalmente afines a los
partidos del turno, que son capaces de hablar de todo, de lo divino y lo
humano, de lo conocido y lo desconocido. Son los todólogos, que “de
todo saben y a nadie tienen que rendir cuenta de su ignorancia”, como
escribe Carlos Taibo en el libro Contra los tertulianos (2010).
Son los opinadores, que demasiadas veces dan ejemplo de lo que no debe
ser una tertulia, con descalificaciones, gritos, interrupciones, mala
educación y sectarismo. Todo para que esos medios consigan imponer sus
“amables” patrañas.
2010
Dentro de esa labor divulgativa de la Historia, Santos Juliá da a la
luz pública hace un año el espléndido artículo titulado “Corrupción
española”. En la magnífica síntesis de la evolución de la corrupción
evoca la siguiente frase de Javier de Burgos: “Hay mucha gloria que
conquistar; mucho dinero que ganar”. Ya en el siglo XIX ese es el
objetivo de algunos políticos, que hoy también se manifiesta,
explícitamente o no, con frases como aquella de “yo estoy en política
para forrarme”.
Y Juliá recuerda el funcionamiento del turnismo: “Cada partido
contaba con su ‘proletariado de levita’, en total una masa de 80.000 a
100.000 hombres que esperaban vivir de la política y cuyo to be or not to be se cifraba en esta expresión: cuando manden los míos” (El País,
20-10-2018). O sea, puestos y cargos muy diversos cambian con la
alternancia partidista. Muchos desempeñados por los conocidos como
segundones (la tercera acepción de la RAE para segundón es “Persona que
ocupa un puesto o cargo inferior al más importante o de mayor
categoría”), que en ocasiones ascienden a los primeros puestos.
Por ejemplo, Francisco Martínez Ramírez (1870-1949), nacido y muerto
en Tomelloso, es un segundón o secretario durante una parte de su vida.
Estudia derecho y trabaja durante algún tiempo en el ayuntamiento de
Málaga. A fines de siglo, ya en Madrid, es secretario de Melquiades
Álvarez, político republicano por entonces. A comienzos del XX edita y
dirige El Obrero de Tomelloso y encabeza diversas campañas
favorables a la producción vinícola. Potencia, asimismo, la construcción
del ferrocarril Tomelloso a Cinco Casas, cuya compañía dirige hasta
1932.
Francisco Martínez Ramírez (1870-1949). Fuente AAFTA
No pretendo afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni mucho
menos. Tampoco que todos los segundones de antaño son buenos, también
los hay rastreros y aduladores, pero existe en la época una aceptación
generalizada de su papel. Ayudan, al lado de las primeras figuras, a la realización de fines concretos, depuran las
críticas a una labor determinada y se forman para “volar” después por
sus propios medios, si tienen capacidad y conocimientos necesarios. La
figura de Francisco Martínez, “El Obrero”, sirve como ejemplo de
segundón. Lo es en un periodo de su vida, pero tras la formación
necesaria desarrolla y lleva a buen término proyectos importantes como
figura destacada.
Hoy los segundones siguen existiendo en muchos ámbitos y son
necesarios, aunque se les reconoce como asesores. Frecuentemente
necesitan, si quieren “hacer carrera”, ser disciplinados y en muchas
ocasiones también aduladores y serviles. No obstante, es difícil
encontrar pautas generales de comportamiento. Incluso hay sectores en
los que la critica constructiva es bien recibida y considerada un
elemento interesante.
2016
Encontramos a muchos segundones en el sector publico, en diferentes
niveles de las administraciones, nombrados por cargos electos o no. Su
caracterización resulta compleja pero pueden identificarse como personas
que ocupan temporalmente escalones altos en la estructura
político-administrativa, generalmente asesores o jefes de gabinete.
Primero quiero decir que no pongo en duda la necesidad de su
presencia, dadas las características de nuestra vida política y
administrativa. También que, afortunadamente, no todos esos cargos son
ocupados por personas como las que ahora trataré de describir. Los
segundones a que me refiero son déspotas, mezquinos, pelotilleros,
rastreros y, en muchas ocasiones, “más papistas que el Papa”.
Con referencias del Diccionario de uso del español (1967),
de María Moliner, depurada por el Régimen franquista, déspotas porque
suelen imponer su voluntad a otros sin ninguna consideración a la de
ellos; mezquinos en el sentido de que están faltos de generosidad y de
nobleza, ademas de guiarse exclusivamente por el interés material,
personal o partidista; pelotilleros ya que adulan y halagan
frecuentemente a sus superiores; rastreros pues se valen para lograr sus
propósitos de procedimientos viles, como la adulación o la delación; y
“mas papistas que el Papa” debido a que generalmente exageran la defensa
de cuestiones superando, incluso, a los directamente interesados (sus
superiores, claro esta). Lo malo para ellos es que a la mayoría se les
acaba, más tarde o más temprano, irremediablemente, el chollo o la
bicoca.
Hay que partir de una idea
previa. Sin un periodismo que controle al poder, independiente, libre y
riguroso, resulta más complicado defender los derechos de las personas:
atención social, educación, justicia, medio ambiente, sanidad, servicios
públicos de calidad, trabajo o vivienda... Es decir, se puede afirmar que sin
periodismo libre no hay verdadera democracia.
En esa línea, con gran variedad, están hoy medios como Civio (Datos que cuentan contra la opacidad), El Diario.es (Periodismo a pesar de todo), El Salto (Defiende el periodismo libre), InfoLibre (Información libre e independiente), Maldita.es (Periodismo para que no te la cuelen), La Marea.com (Periodismo para gente independiente) o Público.es.
Medios elaborados por periodistas que, generalmente, proceden de las
entrañas de los GMPP (Grandes Medios de Persuasión y Propaganda) y en un
momento determinado fueron despedidos. El Roto (El País, 17.10.2019)
Por el contrario, esos GMPP, dependientes de los poderes económicos,
están para tergiversar, mentir, lanzar medias verdades, ocultar,
manipular, supeditar la información al espectáculo y, fundamentalmente,
defender el capitalismo depredador y el sistema neoliberal. Y en estos
días, condenar de manera selectiva la violencia e incitar a la
crispación bajo el disfraz de periodismo. El Roto (El País, 20.10.2019)
Esos medios callan vergonzosamente ante el rescate de las autopistas
(1.800 millones, aunque pueden ser 2.000), los bancos (60.600 millones
de euros) o el Castor de Florentino (1.700 millones, que pagaremos los
usuarios en la factura del gas). Y, sin embargo, consideran intolerable
el coste económico de los disturbios en Cataluña, por ejemplo. Ya se
sabe, su razón de ser es la defensa de sus amos, sus negocios y, sobre
todo, sus imponentes beneficios.
Esos medios funcionan, si no estamos prevenidos, como decía Malcolm
X, para conseguir que amemos al opresor y odiemos al oprimido.
Desarrollan su labor para ocultar en la medida de lo posible los
verdaderos problemas de las personas, aunque tengan que utilizar
torticeramente enfrentamientos como el que ahora se intensifica entre
nacionalismo españolista y nacionalismo catalanista; aunque para ello
tengan que servirse vergonzosamente de la guerra de enseñas, como la que
padecemos hace tiempo entre banderas borbónicas y esteladas. En España
esos GMPP no informan sobre la utilización encubridora del
enfrentamiento entre nacionalismos, que sí ponen de manifiesto
frecuentemente medios del exterior. Por ejemplo, el sociólogo Carlos
Desclós afirma en The Guardian (21.10.2019) que “La crisis en
Cataluña es política, pero los nacionalistas de ambos lados prefieren
explotar los enfrentamientos para su propio beneficio”.
2019
Pues bien, la semana anterior me refería a uno de los últimos libros leídos (Ganar la guerra, perder la paz. Memorias del general Rafael Latorre Roca) y ahora recuerdo otra lectura del pasado verano, la obra de David Jiménez García titulada El director. Secretos e intrigas de la prensa narrados por el exdirector de El Mundo.
Como el militar en el caso anterior, el periodista analiza los medios
desde dentro. Puede decirse, con una frase periodística, que Jiménez se
ocupa de las cloacas del periodismo, tan presentes en nuestro país como
las cloacas del Estado.
En la naturaleza del poder está el deseo de dominar a los GMPP y en
la del periodismo el intentar controlar al poder, que cada vez hace en
menor medida. De manera que hoy en España la libertad de información
está en grave riesgo, a la vez que hay una falta de credibilidad
impresionante de esos medios. El autor entra de lleno en las múltiples
miserias existentes en dichos medios, que los poderes económicos y
políticos quieren controlar y utilizar para su beneficio propio. La
mejor muestra de la situación en los GMPP y su confabulación con los
poderes económicos es recordar algunos pasajes del libro.
El turnismo político es lo que tiene, cuando los partidos llegan al
poder unos hacen criba y viceversa. Por ejemplo, la toma de posesión de
los populares en 2011 comienza “como la de tantos otros gobiernos, de
uno y otro bando, con una purga en los medios públicos”. Y, asimismo,
Moncloa fuerza el despido de periodistas incómodos, utiliza la
publicidad institucional para castigar a los desobedientes y controla
por uno u otro medio las tertulias políticas.
2019
El sistema periodístico funciona en España durante mucho tiempo
gracias a una mezcla de empresarios y directores de medios surgidos de
la Transición, cuyos principales componentes identifica el autor como
los Tres Tenores: Juan Luis Cebrián Echarri (El País), Pedro José Ramírez Codina (Diario 16 y El Mundo) y Luis María Anson Oliart (ABC y La Razón),
buenos periodistas, afirma, que terminan malográndose en los pasillos
del poder. Su fuerza era muy grande: “No se dedicaban solo a contar
noticias, sino a generarlas; ni a criticar a ministros, sino a
nombrarlos y cesarlos; y tampoco se conformaban con editar periódicos,
sino que los utilizaban como armas en batallas de poder donde ejercían
de fiscales, jueces y, en ocasiones, verdugos”.
Esos GMPP juegan un papel central en los enjuagues de la “policía
clandestina de Villarejo”, como medios propagandísticos necesarios, que
actúa “con impunidad bajo once ministros del Interior diferentes”. Entre
los “clientes” que contratan los servicios del comisario en algún
momento están “los tres principales bancos del país, Santander,
Caixabank y BBVA, las grandes empresas energéticas, Repsol e Iberdrola”.
O sea, la trama perfecta entre los poderes económico, mediático,
político y policial.
En suma, el libro no tiene desperdicio y animo a su lectura pues
permite apreciar la “calidad” democrática de España. Se puede citar un
párrafo en esa línea: “El más poderoso entre los presidentes del IBEX
era César Alierta. Había construido un formidable entramado de poder e
influencia utilizando Telefónica, una de las grandes empresas del país,
como su cortijo personal. Se podía caminar por los pasillos de las
plantas nobles de su sede y ver en las puertas de los despachos los
carteles con los nombres de sus colocados: exministros tanto del PP como
del PSOE (Trinidad Jiménez o Eduardo Zaplana), familiares de dirigentes
políticos (Iván Rosa Vallejo, marido de la vicepresidenta Sáenz de
Santamaría), cercanos a la realeza como el ex jefe de la Casa Real
Fernando Almansa e incluso la realeza directamente. El cuñado del Rey,
Iñaki Urdangarin, fue enviado por Alierta a Washington con un generoso
sueldo en cuanto empezó a tener problemas con la justicia”.
Mientras tanto, los periodistas discuten en congresos, jornadas y
reuniones la situación actual de la prensa, nada halagüeña. Y en algunos
casos hasta descubren la pólvora como en el ciclo de conferencias de la
Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) titulado Volver al periodismo, clave del futuro de la profesión
(Madrid, octubre de 2017), financiado por el IBEX, por supuesto. Si se
trata de retornar al periodismo y dejar la intensa persuasión quizá sea
por la preponderancia actual en los GMPP de la propaganda y la
ocultación en favor de los poderosos.
No obstante, algunos sectores de la profesión son críticos con la
grave situación del periodismo y vuelven a hablar de cuestiones como la
ética periodística. Como en la jornada celebrada en la Asociación de la
Prensa de Madrid el pasado mes de junio, organizada por la FAPE y el
Consell de la Informació de Catalunya (CIC): La ética periodística como respuesta al nuevo desorden informativo.
Alguna de las conclusiones es interesante pues para solucionar los
problemas lo primero es conocerlos: “La precariedad laboral, las
presiones, la mercantilización y la búsqueda de la audiencia mediante el
espectáculo amenazan la ética periodística”.